La industria automotriz atraviesa una grave crisis debido a la escasez de semiconductores, algo que ha disparado el costo de estos componentes en más de un 90%. De hecho, según datos de AlixPartners esta situación les costará a los fabricantes de automóviles unos 210.000 millones de dólares en 2021,
AlixPartners predice que se fabricarán 7,7 millones de vehículos menos al agotarse las existencias de chips, que es casi el doble de lo que había estimado previamente la consultora, unos 3,9 millones.
Los semiconductores (de silicio, selenio, etc.) tienen propiedades para conducir la electricidad y por eso se utiliza en la fabricación de chips o circuitos integrados. Actualmente, todos los sectores los usan, lo que ha incrementado su demanda ya desde antes de la pandemia. Los últimos datos de la consultora Gartner cifran los ingresos en 2020 del mercado mundial de semiconductores en 466.237 millones de dólares, un 10,4 % más que en 2019.
Las automotrices ya advierten de que los problemas se están propagando y podrían afectar a las ganancias del tercer trimestre. Los proveedores Faurecia SE y Hella GmbH & Co se unieron a la unidad de camiones Traton SE de Volkswagen AG como los últimos en hacer sonar la alarma.
Asimismo, los centros de suministro en el sudeste asiático se han visto afectados por el cierre de fábricas a medida que se propagan los brotes de la Covid-19. Actualmente, se necesitarían alrededor de 21 semanas para completar los pedidos de chips, pero los fabricantes creen que la escasez podría durar años.
Compañías como Toyota o General Motors ya se hayan visto obligadas a reducir la producción de coches en algunas fábricas debido al déficit de estos componentes, que provienen en un gran porcentaje de Taiwán y China.
Además, a medida que el número de vehículos en los concesionarios se ha reducido, los precios de los autos se han disparado, alcanzando un récord de 43.355 dólares de media en Estados Unidos en agosto, según Cox Automotive.