Posiblemente, el nombre de Eleanor Thornton sea desconocido por la mayoría de las personas. Sin embargo, su recuerdo ha llegado hasta nuestros días. Es que Eleanor inspiró a la emblemática estatuilla que corona las parrillas de los modelos de la marca británica Rolls-Royce, nada más y nada menos, y que el mundo conoce como el Espíritu del Éxtasis. Pero cómo surgió esto es parte de una historia tan compleja como fascinante que incluye una historia de amor.
Eleanor Velasco Thornton nació el 15 de abril de 1880 en Stockwell, al suroeste de Londres. Poco se sabe de sus primeros años de vida: lo que es seguro es que, al iniciarse el siglo XX, trabajaba como asistente del exuberante y carismático Claude Johnson, secretario general del Automóvil Club de Gran Bretaña e Irlanda -más tarde conocido como el Real Automóvil Club- y futuro socio comercial de Charles Rolls, quien en 1904 se asoció con Henry Royce para crear Rolls-Royce.
Eleanor alquiló habitaciones en The Pheasantry en Kings Road (Chelsea), que en aquella época era el hogar de una próspera colonia de artistas. En medio de este entorno bohemio, Eleanor vivió su doble vida: durante el día, asistente ejecutiva profesional; de noche, un modelo para los artistas residentes. Uno de aquellos para quienes posaba habitualmente era el talentoso ilustrador Charles Sykes.
La vida de Eleanor cambió por completo en 1902. Ese año, a unos 160 kilómetros de Londres, John Walter Edward Douglas-Scott-Montagu, futuro segundo barón Montagu de Beaulieu; decidió salir de sus problemas económicos creando una revista especializada en los autos, The Car Illustrated. Montagu escribía, editaba y publicaba sobre la naciente industria automotriz; mientras que para ilustrar sus artículos había contratado a Sykes.
Entre el círculo de amigos automovilistas de Montagu se encontraba Johnson. Cuando, a través de él, Montagu conoció a Eleanor, su inteligencia lo cautivó instantáneamente y rápidamente la atrapó furtivamente, ofreciéndole el puesto de gerente de oficina en su revista. Leonor aceptó, y el aristocrático editor y su nuevo colega (14 años menor que ella) pronto se embarcaron en una larga relación clandestina.
A partir de entonces, Sykes y Eleanor se encontraron repentinamente juntos como colegas en The Car Illustrated, aunque ya se conocían bien en circunstancias muy diferentes. Es imposible decir si esto causó alguna incomodidad entre ellos; pero parece poco probable, ya que Eleanor pronto volvió a posar para él.
Durante este período (se desconoce la fecha exacta), Sykes produjo una “mascota” para el Rolls-Royce Silver Ghost de Montagu. Llamada El Susurro era una pequeña estatuilla de aluminio de una mujer joven con una túnica ondeando y un dedo índice en los labios. En aquella época las “mascotas” se utilizaban como piezas de personalización de los autos.
Si Eleanor fue la modelo sigue siendo un misterio, como así también si la estatuilla fue un regalo de Sykes a su amigo y empleador o si fue hecha por iniciativa de la propia señorita Thornton. Cualquiera que sea la verdad, Montagu mostró la pequeña obra de arte, ahora rebautizada como Espíritu del Éxtasis (una nueva escultura basada en la anterior) en todos los automóviles Rolls-Royce que tuvo hasta su muerte en 1929; tal vez como un discreto reconocimiento de su amor por Eleanor, que mantuvo en secreto durante tanto tiempo.
Trágicamente, Eleanor estuvo entre las cientos de personas que se ahogaron cuando el barco de pasajeros SS Persia se hundió en el Mediterráneo en 1915. Montagu estuvo entre el puñado de sobrevivientes: pasó tres días a la deriva en un bote salvavidas volcado, después de sufrir una fractura en el hombro. También estaba curando un corazón roto...
Devastado, nunca superó por completo la emoción de la pérdida de Eleanor, de la que, naturalmente, nunca pudo hablar públicamente. Durante el resto de su vida, ella estuvo con él en espíritu donde quiera que viajara en su automóvil Rolls-Royce. Hoy esa estatuilla es una pieza característica de todos los autos de la marca británica como un auténtico homenaje a ese amor secreto.