Como muchos músicos, Jay Kay, el cantante de Jamiroquai, es un gran apasionado por los autos y la velocidad. De hecho, ese gusto se ha reflejado varias veces en la obra de la banda inglesa de acid jazz. Tal vez el ejemplo más recordado sea la tapa del disco Travelling Without Moving, en la que aparece el “hombre búfalo” reemplazando “cavallino rampante” en el emblema de Ferrari.
Jay Kay tiene una extensa colección de vehículos, muchos de los cuales fueron usados en varios videos de Jamiroquai. En el de Cosmic Girl, por ejemplo, hay un duelo entre dos de sus Ferrari -una F355 y una F40- y un Lamborghini Diablo SE30.
En Love Foolosophy, de A Funk Odyssey de 2001, Kay también conduce un Bentley Continental S1 Drophead. Mientras que en White Knuckle Ride, uno de los sencillos del álbum Rock Dust Light Star de 2010, la velocidad se refleja con un Porsche Carrera RS 2.7.
Entre las joyas que tiene Kay en su garage de su mansión de Buckinghamshire, que tiene 500 años de antigüedad, se destacan varias Ferrai, un BMW 1602, que tiene la particularidad de ser su primer auto; un BMW Bauer Cabriolet, un Rolls-Royce Phantom, un Mercedes-Benz 300SL Roadster, un Fiat Abarth 1000, un Lamborghini Miura SV, un Maserati A6GCS 2.0 L6, un Porsche 356 Speedster y un Aston Martin DB6 Mark 1 Volante.
Para disfrutar mejor de estas máquinas también suele correr algunas competencias. En 2007 corrió la Gumball 3000 con una Maserati Quattroporte y en 2010 las Mil Millas Históricas en Italia con su Maserati AGCS.
Jay Kay siempre trata de sumar nuevos deportivos a su colección. Ahora tiene en la mira al Murray T.50 creado por Gordon Murray, un prestigioso ingeniero que trabajó en la Fórmula 1 en 1970 y 1980.
Este deportivo fue presentado en 2020 y causó mucha sensación no solo por sus prestaciones, sino por su precio: 2.6 millones de euros. El cantante ya visitó la fábrica de Murray y hasta se sacó la foto con uno de los ejemplares, que seguramente pronto tendrá lugar entre sus otras joyas.