Con el objetivo de cautivar al exigente consumidor de Estados Unidos, la mayoría del los fabricantes orientales han creado filiales con diferentes nombres. Nissan, por ejemplo, comercializa sus modelos en Norteamérica como Infiniti.
Desde que fue fundada en noviembre de 1988 la empresa apuntó directamente a rivalizar con las marcas de lujo como Audi, Mercedes-Benz, Volvo y Lexus (propiedad de Toyota).
Y para mostrar sus intenciones, Infiniti suele crear prototipos que son toda una declaración de intención. Eso sucede con el Infiniti Prototype 10, un vehículo que presentó en 2018 para rescatar el espíritu de los primeros speedsters y unirlos con la electrificación del automóvil.
Desvelado en el Pebble Beach Concours d’Elegance, este vehículo ha representado una manifestación física de los ambiciosos planes de Infiniti para una nueva etapa electrificada.
El Prototype 10 es decididamente futurista en lo que se refiere a la estética y representa una evolución natural del lenguaje en términos de diseño presentado por primera vez en el Infiniti Q Inspiration (2018) y en el Infiniti Prototype 9 (2017).
Su cabina de conducción es coherente con el enfoque centrado en el conductor que caracteriza a la compañía y sugiere las nuevas oportunidades que se le presentan al adoptar sistemas de propulsión electrificados y plataformas de vehículo flexibles.
El Prototype 10, además, innovó como un proyecto global que ha sido supervisado por el Centro de Diseño en Japón, diseñado digitalmente en Reino Unido y fabricado a mano en San Diego (California).