Hispano Suiza es una marca española cuyos orígenes se remontan a 1904. Tuvo una producción activa hasta mediados de la década de 1940 y ahora está de vuelta con dos deportivos impulsados por electricidad: el Hispano Suiza Carmen y el Hispano Suiza Carmen Boulogne, que es la versión más potente.
Cuando el histórico fabricante español resurgió en 2019, lo hizo junto a su partner tecnológico, la compañía de ingeniería española QEV Technologies, formada por un grupo de profesionales con décadas de experiencia en los principales campeonatos automovilísticos del mundo.
Hispano Suiza había decidido regresar al mundo con Carmen, un deportivo de hiperlujo 100% eléctrico, que necesitaba ese know-how para ofrecer a sus clientes un producto a la altura del legado de la marca, con un diseño que recordara a sus vehículos históricos, tecnología de vanguardia, prestaciones de ensueño e ilimitadas posibilidades de personalización.
Muchas de las tecnologías presentes en Carmen y Carmen Boulogne derivan directamente de la Fórmula E, el primer campeonato de carreras 100% eléctrico donde los integrantes del partner tecnológico de Hispano Suiza lograron el primer título de pilotos de la historia, dando soporte técnico al equipo NEXTEV Racing.
Entre las tecnologías derivadas de la competición que forman parte de Carmen y Carmen Boulogne se encuentra su tren de potencia, con cuatro motores síncronos de imán permanente alojados en su eje trasero.
El impresionante par de cada motor se controla a través de sofisticados sistemas de vectorización desarrollados internamente con la experiencia obtenida en la Fórmula E. De 0 a 6.500 rpm, los motores son capaces de alcanzar un máximo de 1.160 Nm, lo que permite una aceleración vertiginosa de 0 a 100 km/h en menos de 2,6 segundos, y una potencia y capacidad de tracción aparentemente interminable.
La batería de polímero de iones de litio tiene una capacidad de 80 kWh que le permiten desarrollar una autonomía homologada de hasta 400 kilómetros. Las mismas son diseñadas y producidas internamente e incluyen un completo sistema de control de temperatura para asegurar que las celdas puedan operar de manera óptima. Tiene una capacidad de carga rápida de más de 80 kW DC, requiriendo sólo 30 minutos para cargar de 30-80% a través de un cargador rápido CCS2.
El exterior es de fibra de carbono, un material que garantiza la máxima resistencia y ligereza, y que comenzó a utilizarse en la Fórmula 1 en los ‘80. En total, el Hispano Suiza Carmen Boulogne pesa 1.630 kg, lo que unido a sus 1.114 CV de potencia, garantiza una magnífica relación de peso potencia de 1,5 kg/CV.
También la suspensión procede de la competición: está optimizada para garantizar la máxima ligereza posible. Su diseño y arquitectura es el punto de encuentro entre el asfalto y el conductor. Conserva el ADN Racing garantizando, además, fiabilidad y seguridad.
Otro apartado importante es el software, encargado de transmitir a las ruedas los más de 1.000 CV de potencia, y que ha sido diseñado – también en base a la experiencia en Fórmula E - para que cualquier cliente pueda ponerse al volante de un vehículo de estas características sin ser un piloto profesional. A través del software, pueden seleccionarse distintos modos de conducción (Sport, ECO y Confort) que garantizan las mejores sensaciones y prestaciones en el momento adecuado.
“No es un coche hecho para batir récords, sino para transmitir a las personas la pasión por la conducción y, sobre todo, que enamore a todo el que se cruce con él. Es un vehículo pensado para disfrutar. Sus más de 1.000 CV de potencia, situados en el eje trasero, aseguran unas prestaciones excepcionales, y junto con un magnífico diseño tanto exterior como interior, único y artesanal, conseguimos un vehículo innovador, bello y confortable”, explica Joan Orús, CTO de Hispano Suiza.
“En este proyecto hemos tenido la posibilidad de convertir en realidad un sueño”, añade Orus. “Hemos podido dar forma a un boceto elaborado sobre un folio en blanco. Es el sueño de cualquier ingeniero de la industria automotriz, en el que hemos tomado toda la tecnología de la Fórmula E y la hemos llevado a un coche de calle. Con ello hemos conseguido un superdeportivo de altas prestaciones al que hemos añadido detalles de auténtico lujo, acuñando así el término hyperlux”, completó.