Gordon Murray Automotive anunció el inicio de la producción de su superdeportivo GMA T.50, el heredero del icónico McLaren F1 que revolucionó el mundo del automovilismo en los ‘90.
Este modelo, del que se fabricarán únicamente 100 unidades, se ensamblará a mano en las instalaciones de GMA de Dunsfold, en Surrey, Inglaterra, y será completamente personalizado para cada cliente.
El T.50 es uno de los superdeportivos más interesantes que aparecieron en 2020, diseñado por el propio Gordon Murray, quien también creó el McLaren F1.
El T.50 es un coche pequeño y ligero, con una longitud de 4,38 metros, una anchura de 1,85 metros y una altura de 1,15 metros, y pesa tan sólo 986 kilos en orden de marcha.
Este tratamiento de adelgazamiento es perceptible en todo el vehículo, con un monocasco de fibra de carbono que pesa tan sólo 100 kilos, un motor de menos de 180 kilos y una transmisión 10 kilos más ligera. Incluso los pedales son 300 gramos más ligeros que los del McLaren F1, y el parabrisas es un 28% más delgado para reducir el peso.
El coche cuenta con un ventilador de 400 milímetros que genera adherencia a partir del efecto suelo y que bebe del concepto que Murray introdujo en el Brabham BT46 de la temporada 1978 de Fórmula 1. El asiento del conductor está en posición central, como en el McLaren F1, y pesa menos de 7 kilos. Los asientos de los acompañantes, situados uno a cada lado, pesan menos de 3 kilos y todos están hechos de fibra de carbono.
El T.50 equipa un motor aspirado V12 de 3.9 litros de origen Cosworth, que entrega 663 caballos de potencia con un par motor máximo de 467 Newton metro. Este motor supera en 32 caballos la potencia del BMW que impulsaba el McLaren F1, siendo 60 kilos más ligero y convirtiéndose en el V12 comercial más ligero de la historia con 178 kilos. El propulsor está conectado al eje trasero a través de una caja de cambios manual Xtrac de seis velocidades en forma de H que pesa 80,5 kilos.
A pesar de su carácter de superdeportivo, el T.50 también presenta ciertas concesiones al confort, como un sistema multimedia compatible con Apple CarPlay y Android Auto o un equipo de audio formado por diez altavoces.
El T.50 tiene un precio de partida de 2,6 millones de euros, lo cual lo convierte en uno de los coches más caros del mundo. Las 100 unidades que se producirán ya tienen dueños.
