En los años ’50 todos estaban fascinados con la energía nuclear. Tal es así que se pensaba que en un corto periodo de tiempo iba a sustituir al petróleo y al carbón como fuente de poder de las máquinas de aquel entonces.
Eso incluía a los autos por lo que muchas marcas se imaginarios vehículos propulsados por pequeños reactores nucleares. Uno de los primeros fue el Ford Nucleon.
El singular vehículo, presentado en sociedad en 1958, fue creado por el diseñador Jim Powers, quien trabajaba bajo las órdenes de George Walker en el estudio de diseño de Ford Motor Company.
Se trataba de una especie de pick-up futurista. La cabina estaba compuesta por un parabrisas de una pieza, una ventanilla trasera compuesta y el techo voladizo. Mientras que la parte trasera ocupada en su totalidad el reactor compuesto por barras de uranio.
El objetivo del sistema era convertir el agua en vapor, que en definitiva le permitiría andar. La planta motriz incluía dos turbinas, una para proporcionar la energía a las ruedas y la segunda para obtener electricidad para el resto de auto.
El Ford Nucleon no pasó más allá de una serie de maquetas en diferentes escalas ya que jamás se llegó a inventar un reactor lo suficientemente pequeño. Sin embargo, los ingenieros de Ford afirmaban que sería capaz de tener una autonomía de 8.000 kilómetros.
Otro de los impedimentos para su fabricación fue el aislamiento del reactor debido que se hubiera necesitado una gran cantidad de plomo para evitar las altas temperaturas y la radioactividad.