Como muchas automotrices, Ferrari está atenta a las tendencias de la industria, aunque hay algunas que van contra el propio ADN de la emblemática marca. Asumiendo que la electrificación de sus modelos es algo inevitable, en Maranello miran de reojo qué sucederá con la conducción autónoma.
John Elkann, presidente de la firma de Maranello, habló sobre el tema durante la Tech Week celebrada en Italia la semana pasada. Y aunque no descartó que en algún momento los Ferrari se conduzcan solo, no lo ve como un objetivo esencial porque directamente atenta contra lo que pretende la compañía de sus modelos: que sean la cúspide del placer de la conducción.
“Sería triste tener un coche autónomo de Ferrari. La esencia de tener un Ferrari es conducirlo”, afirmó el empresario, que además es el jefe máximo de Exor, el holding al que pertenece la automotriz y también el club de fútbol Juventus.
“En un mundo en el que la tecnología autónoma irá tomando una mayor relevancia en la manera de desplazarnos, el valor de conducir se incrementará”, analizó Elkann.
“Es como cuando había caballos y carruajes: los caballos que tiraban de ellos no dejaron de existir y se volvieron más valiosos y apreciados. En este sentido es así como pienso que debería ser y donde Ferrari debería estar”, culminó.
La posición de Elkann se destaca en un sector que cada vez más apuesta a la tecnología para hacerle fácil la vida a los conductores. A las asistencias a la conducción, que ya son comunes en la mayoría de los autos de nueva generación, se han sumado en este último tiempo diferentes niveles de manejo autónomo.
El ejemplo más claro es Tesla con su Autopilot, un conjunto de funciones avanzadas del sistema de asistencia al conductor que equivale a la automatización nivel 2 en la que el propio auto puede conducirse solo en ciertas situaciones.