Como ya hizo en 2017 con el Rolls-Royce Sweptail, un modelo único a pedido de un cliente que pagó 12.8 millones de dólares, la marca británica de lujo vuelve a la carga con otro vehículo exclusivo, aunque en este caso realizado entre tres de sus más fieles compradores. Se trata del Rolls-Royce Boat Tail, que se ha convertido en el auto más caro del mundo jamás construido. Su precio será de 23 millones de euros, solo unos seis millones euros menos de lo que vale el pase del futbolista portugués Cristiano Ronaldo según la Juventus...
La cifra no es caprichosa ya que cada uno de los tres adinerados dueños se ha asegurado un alto grado de personalización de su Boat Tail, que está inspirado en el modelo del mismo nombre de las décadas de 1920 y 1930 y en los elegantes yates de la Clase J.
Esta nueva versión comparte varias piezas con el Rolls-Royce Phantom, como la plataforma de aluminio y motor V12 de 563 CV, pero muchas otras piezas son únicas y creadas a mano por los reconocidos artesanos de la compañía.
Con 5,8 metros de longitud presenta una estética cuidada, con una línea elegante y superficies limpias que huyen del recargo. El frontal cuenta con una nueva parrilla, que está flanqueada por unos minimalistas grupos ópticos.
Al menos en el primer ejemplar ya terminado, la carrocería luce un acabado bitono en dos colores de azul también presentes en las llantas. La parte posterior se destaca por un estilizado acabado y una cubierta de madera Caleidolegno que esconde dos estancias refrigeradas con todo lo necesario para un picnic de lujo: botellas de champán, copas, cubiertos, caviar, etc.
Hasta es posible montar un parasol y crear una pequeña zona de recreo gracias a las bandejas extraíbles y a las dos pequeñas sillas hechas de fibra de carbono.
Este Rolls-Royce Boat Tail es descapotable, aunque en lugar de tener un techo duro retráctil o una capota de lona plegable cuenta con un techo fijo que se monta y desmonta de manera manual.
El habitáculo presenta tapicería de cuero, molduras de madera, un equipo de sonido de alta fidelidad, un reloj analógico creado por el relojero suizo Bovey 1822, etc.
Para tener una idea del valor de este vehículo su precio es el equivalente a unas 40 limusinas Rolls-Royce Phantom.