Tras evaluar una serie de pruebas de choque llevadas a cabo en Zurich (Suiza), la aseguradora francesa AXA determinó que los accidentes protagonizados por los coches eléctricos son más peligrosos para sus ocupantes y más costosos de arreglar. No obstante, se aclaró que estos vehículos no protagonizan necesariamente más accidentes que los de combustión.
El objetivo del estudio es establecer que con el auge de los autos eléctricos es necesario cambiar el enfoque de las aseguradoras. “Nosotros, al igual que nuestros clientes, tenemos que gestionar nuevos riesgos. Aunque los coches eléctricos no causan más accidentes, a menudo pueden generar reclamos individuales más costosos”, afirmó Nils Reich, director de seguros de propiedad de la empresa en Alemania.
Entre los factores que la aseguradora ha tenido en cuenta para calificar de más peligrosos a los autos eléctricos es su súbita desaceleración, especialmente los vehículos de alta gama, que puede “poner en problemas a los conductores menos expertos o a aquellos con tendencia a distraerse”.
También influye el peso extra, mucho mayor al de los vehículos a combustión debido a las baterías. Ante la pérdida del control, el mayor volumen perjudica considerablemente las distancias de frenado.
En cuanto a los costos de reparación, las baterías, justamente, son el principal factor de encarecimiento ante la necesidad de cambiarlas en caso de accidentes que dañen aquellos lugares en las que están colocadas, por lo general en el piso del vehículo.
Sin embargo, la compañía resaltó que el riesgo de incendio no es mayor que en el caso de un coche de combustión. Y para eso se basa en las estadísticas que indica en sólo cinco de cada 10.000 coches eléctricos accidentados se queman.