En Japón el segmento de automóviles más popular es el llamado Kei Car. El nombre de kei hace referencia al vocablo japonés “Keijidosha”, es decir, automóvil ligero. Y ahí está la clave del éxito de este tipo de vehículos ya que por sus características no pagan estacionamiento, algo muy oneroso en la Tierra del Sol Naciente.
Los Kei Car se destacan por su tamaño reducido, con un límite de 3,4 metros de longitud, 1,48 metros de ancho, y un motor limitado a 660 cc y 64 CV. Para ponerlo en perspectiva, estos autos son más pequeños que el icónico Smart europeo, que los supera en ancho y en potencia.
El secreto de estos automóviles en miniatura radica en su utilidad. En Japón, donde conseguir una plaza de estacionamiento es un lujo costoso, los propietarios de Kei Car no están obligados a contar con uno. Este hecho los convierte en la elección perfecta para quienes residen en ciudades abarrotadas o en el pintoresco entorno rural, donde las calles estrechas son la norma.
Los Kei Car forman un universo diverso. Desde deportivos hasta roadsters y pequeños camioncitos, estos vehículos surgieron tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón necesitaba coches económicos.
Honda, Mitsubishi, Suzuki, Mazda, Toyota, Nissan, Dahiatsu y Subaru han contribuido a este fenómeno, ofreciendo modelos adaptados a diferentes gustos.
Además, para mantener la popularidad, los fabricantes han incursionado en la electrificación, presentando los primeros Kei Car eléctricos, como el Nissan Sakura o el Mitsubishi e-K X.
Aunque el concepto Kei Car difícilmente cruce las fronteras hacia Occidente, sus características se integran de manera sorprendente en nuevos fabricantes que apuestan por la electrificación.
Ejemplos notables son el Citroën Ami, Fiat Topolino y Opel Rocks-e, construidos sobre la misma plataforma del Grupo Stellantis. Estos vehículos, herederos del espíritu Kei Car, se erigen como soluciones ideales para desplazarse en entornos urbanos, donde las restricciones a vehículos grandes y contaminantes son cada vez más comunes.
El fenómeno Kei Car, con su encanto compacto y eficiencia, continúa su expansión más allá de Japón, influenciando incluso a fabricantes occidentales.
Estos pequeños gigantes demuestran que el futuro de la movilidad se encuentra en la simplicidad, la eficiencia y la adaptabilidad a entornos urbanos cambiantes.