El próximo sábado los ojos del mundo se posarán en el servicio fúnebre del príncipe Felipe, quien falleció el pasado viernes 9 a los 99 años. El Duque de Edimburgo será honrado con una ceremonia real similar a la que se le otorgó a la reina Isabel I, la reina madre. La reina Isabel II ya aprobó los planes que incluyen que el ataúd de su esposo sea trasladado por un Land Rover “especialmente diseñado”.
El vehículo en cuestión fue creado por la marca británica, que desde la década del ’50 ha movilizado a los miembros de la familia real con sus modelos. Aunque no se dieron mayores detalles del auto en cuestión todo apunta a que será similar al Defender 130 Gun Bus que el Duque le encargó a la compañía en 2005.
Un grupo de portadores de la guardia real colocará el féretro en el Land Rover en la entrada del castillo de Windsor, antes de que el vehículo inicie el viaje de ocho minutos a paso de hombre hasta la escalinata oeste de la capilla.
Los miembros de la Familia Real y de la Casa del Duque de Edimburgo caminarán detrás del ataúd desde el Cuadrángulo, por Chapel Hill y hasta el Claustro de la Herradura.
El servicio fúnebre comenzará con un Minuto Nacional de Silencio a las 15 hora local. Por la pandemia de coronavirus, la lista de invitados solo incluye a 30 personas.
El cuerpo del príncipe Felipe será transportado en un Land Rover que ayudó a diseñar en vida.