Carrozzeria Bertone, fundada Giovanni Bertone en 1912 por y desarrollada por su hijo Nuccio, tenía su sede cerca de Turín, en Italia, y realizaba diseños de automóviles de prestigio para numerosas marcas de todo el mundo. No todos los trabajos terminaban en autos de serie, como lo demostró en 1972 cuando materializó un deseo de Citroën: realizar un “dream car” sobre la base del Citroën GS.
El diseñador que se ocupó materialmente del proyecto fue Marcello Gandini que empezó a trabajar en este vehículo entre finales de 1970 y los primeros meses de 1971 y que pudo finalmente presentarlo a la marca en 1972.
El GS era una berlina media de cuatro puertas y cinco cómodas plazas dotada de suspensión hidroneumática, cuatro frenos de disco de alta presión con limitador automático en el eje trasero en función de la carga y de su reparto, una precisa dirección de cremallera y un confort y un comportamiento en carretera típicamente Citroën. Uno de los puntos fuertes del GS era la carrocería, diseñada por primera vez con ayuda de un ordenador y extremadamente aerodinámica y fluida.
Un motor de cuatro cilindros con muy bajas vibraciones (gracias a la arquitectura bóxer de cilindros opuestos), refrigerado por aire, brillante en sus prestaciones y cuya cilindrada se incrementó con los años hasta 1.300 c.c. permitía al GS (y al posterior GSA) alcanzar 150 km/h de velocidad máxima.
Para bautizar el proyecto la inspiración llegó del propio GS y, más concretamente, del lugar donde había presentado a la prensa en 1970. La ambientación elegida para el evento fue la región francesa de la Camarga, célebre por sus salinas por las que corren en libertad grandes grupos de caballos blancos. De ahí llegó la elección del nombre de Citroën GS Camargue.
Este dream car perfectamente funcional se presentó en 1972 en dos de los salones más importantes de Europa, el de París y, posteriormente, el de Londres. En ambos fue un gran suceso.
Con el Citroën GS Camargue, el equipo de diseño consiguió desarrollar una cupé compacta que ponía de manifiesto el estilo moderno y aerodinámico del GS. Sus líneas fluidas le conferían una notable mezcla de elegancia y dinamismo.
La altura libre al suelo, más baja que la del GS, le daba una posición de conducción más deportiva. El frontal se caracterizaba por su diseño innovador, con líneas geométricas cuadradas muy regulares.
Claramente aerodinámico, el perfil de la carrocería era fluido y regular, subrayado por la línea continua del techo que confluía en una luneta trasera muy inclinada.
La parte trasera se distinguía por los grupos ópticos que se extendían por toda el ancho de la carrocería formando un alerón aerodinámico y por la luneta de cristal muy grande y de líneas curvas integrada en el portón practicable, una especie de innovadora cápsula acristalada que permitía una visión completa del interior.
El espacioso y luminoso habitáculo ofrecía una habitabilidad óptima para dos ocupantes gracias a sus envolventes asientos. La suspensión hidroneumática garantizaba un confort excelente y, al mismo tiempo, un impecable comportamiento dinámico.
Hoy, el Citroën GS Camargue forma parte de la colección histórica de Bertone y de tanto en tanto se suele mostrar en exposiciones. Una de sus últimas apariciones fue en el en el salón Rétromobile de París de 2019, con ocasión del centenario de Citroën.