El segmento de los vehículos deportivos tiene un nuevo jugador, DeBruyn Cars. Fundada este año por Maarten de Bruijn, una figura previamente vinculada a la extinta Spyker, la firma neerlandesa ha revelado su primer auto: el DeBruyn Ferox, un biplaza construido totalmente de manera artesanal.
Cada rincón del Ferox lleva la impronta de De Bruijn, quien ha priorizado la artesanía en cada fase de su creación. Inspirado en la estética de los coches Spyker, el perfil del Ferox exhibe un frontal bajo y afilado, líneas curvas y orgánicas en los laterales con detalles que evocan turbinas, como las filigranas en las puertas y las llantas.
Con unas medidas de 4,2 metros de largo, 1,87 metros de ancho y apenas 1,05 metros de alto, el biplaza destaca por su agresividad y la sensación de amplitud que proyecta en la zaga.
La manufactura en aluminio es la firma distintiva del Ferox, revelando incluso los remaches entre los paneles, una elección deliberada de De Bruijn. Con un peso de apenas 1.050 kilos, la producción de unidades recae en manos del especialista carrocero Jansen.
DeBruyn Cars busca que el Ferox sea uno de los últimos deportivos auténticamente analógicos disponibles. Para lograrlo, prescinde por completo de pantallas en el salpicadero, optando por un diseño simple y funcional basado en botones.
El corazón del Ferox late con un V8 de General Motors, 6.2 litros de cilindrada y una potencia de 500 caballos. La experiencia de conducción se intensifica con una caja de cambios manual de seis relaciones, cuyas varillas son una espectáculo visual para los ocupantes.
El Ferox ya se encuentra disponible con un precio inicial de 650.000 euros, sin considerar impuestos. A pesar de su reciente lanzamiento, De Bruijn ha confirmado tres pedidos, aunque las fechas de entrega aún se mantienen en el misterio.