El diseño de los vehículos ha evolucionado mucho en los últimos años. Los diseñadores han cambiado sus lápices por la modelización 3D, mientras que los ingenieros prueban los futuros modelos mucho antes de que nazcan los primeros prototipos físicos a través de la realidad virtual gracias a sistemas como el Cave Automatic Virtual Environment (CAVE) que les permite “moverse” alrededor y dentro del vehículo durante su fase de concepción.
CAVE es una herramienta que permite al usuario tener una simulación de la realidad. Los ingenieros se pueden sumergir en el vehículo y valorar la percepción del conductor y de los pasajeros en cuestión de seguridad, ergonomía y confort y aplicar ajustes en tiempo real.
Para validar la arquitectura de los nuevos vehículos antes incluso de la creación de los primeros prototipos físicos, la herramienta CAVE es el aliado perfecto. Gracias a sus cinco muros en los que se proyectan vídeos estereoscópicos, este espacio inmersivo sumerge a los usuarios en una realidad que cambia de dimensión… y de dimensiones. Giran alrededor del vehículo y se suben a bordo como si se tratara de un verdadero modelo.
El vehículo puede modificarse en unos pocos clics, después de un examen completo que se realiza con gafas 3D y gracias a las interacciones múltiples entre los técnicos de ensayo. De hecho, todo se prueba con la precisión que proporcionan los seis millones de píxeles: la ergonomía de los mandos del salpicadero, la visibilidad en los distintos rincones del vehículo, la accesibilidad, el confort e incluso el diseño.
Moverse por caminos de montaña desde una habitación puede parecer imposible. Pero con CAVE los técnicos de ensayo a menudo se embarcan en misiones complejas. Por ejemplo, para analizar el confort interior se selecciona a un grupo mixto de varias personas para vivir la experiencia del mundo virtual. Altos y bajos, mujeres y hombres, oficios varios… las condiciones de selección son muy precisas para una percepción lo más próxima posible a la realidad.
El recorrido en el mundo virtual también se configura para probar todas las sensaciones, desde conducción pasiva (aparece una película que simula condiciones de conducción, aunque los pedales no están activos), validaciones estáticas (visibilidad, ergonomía, diseño) y percepciones físicas (confort, seguridad).
Validaciones rápidas, ensayos múltiples, ahorro económico, interacciones entre los usuarios… las ventajas de esta herramienta de realidad virtual son muchas y los ingenieros y los futuros dueños de los autos lo agradecen.