Porsche decidió poner a prueba al Porsche 911, su modelo emblema, con una serie de desafíos en lugares donde es difícil llegar con un vehículo. El primer objetivo cumplido fue haber superado las escarpadas laderas de Ojos del Salado, en Chile, el volcán más alto del mundo.
La conducción del vehículo experimental estuvo a cargo del piloto francés Romain Dumas, que tiene experiencias en carreras de resistencia y el rally Dakar.
Para llegar a los 6.007 metros, el 911 conducido por el galo superó pendientes muy pronunciadas y zonas de hielo que pusieron a prueba las aptitudes tanto del coche como del equipo que lo acompañaba, en temperaturas de unos 30 grados centígrados bajo cero y con la mitad de oxígeno en el aire que a nivel del mar.
“Ha sido una aventura memorable y especial, en un lugar tan hermoso como brutal. ¡Supongo que hoy las únicas máquinas en todo el mundo más altas que las nuestras eran los aviones! Para el equipo se trataba de aprender y, desde el primer momento, el coche se ha visto que era resistente y ágil. Fuimos muy exigentes y lo exprimimos al máximo desde el principio, pero se comportó como si estuviera en casa”, afirmó Dumas.
Los vehículos utilizados en esta particular travesía fueron los 911 (tipo 992) Carrera 4S, equipados con un motor bóxer de seis cilindros turboalimentado de serie, que desarrolla 450 caballos de potencia, acoplado una caja de cambios manual original de siete velocidades.
Esta base demostró ser excelente, gracias a la combinación de una construcción de chasis robusta y a la vez ligera, una corta distancia entre ejes, una potencia elevada y la capacidad de hacer frente a altitudes extremas.