La cima del lujo automotriz ha sido alcanzada con la revelación del automóvil más caro del mundo: el nuevo Rolls-Royce Arcadia Droptail. Este vehículo exclusivo forma parte del programa Coachbuild Droptail de la firma británica, una continuación de su serie Boat Tail; cuatro modelos personalizados del Droptail están planeados, con un precio estimado de alrededor de 25 millones de dólares.
Al igual que los dos Droptail anteriores, el Amethyst y el La Rose Noire, Rolls-Royce ya ha encontrado comprador para el nuevo Arcadia, asegurando que el diseño se alinea con las “sensibilidades y códigos personales de lujo del cliente, definidos por la pureza y la sutil restricción”. El nombre del nuevo Rolls-Royce hace honor al reino mítico de Arcadia, que en la mitología griega antigua significa Paraíso en la Tierra.
La carrocería del Arcadia está envuelta en un acabado sólido blanco, pero con un toque especial: está impregnada de partículas de aluminio y vidrio para crear un brillo más profundo.
En lugar de fibra de carbono expuesta en la parte inferior del cuerpo, como en otros Droptails, el Arcadia presenta esta área pintada de plateado. Las llantas de 22 pulgadas y la parrilla Pantheon están pulidas a espejo.
El interior del Arcadia es una obra maestra. Se utilizaron un total de 233 piezas de madera, con 76 solo para la cubierta trasera. Dado que el propietario planea usar el automóvil internacionalmente y en climas tropicales, la madera fue recubierta con un barniz personalizado que resistirá toda la vida del vehículo. Más de 8.000 horas se invirtieron en desarrollar la madera y su recubrimiento protector.
El reloj en el tablero del Arcadia también es único, llevando a Rolls-Royce dos años de investigación y desarrollo, seguidos de cinco meses de ensamblaje.
Cada uno de los cuatro Droptail Coachbuild Roadsters cuenta con un chasis revisado, combinando aluminio y fibra de carbono para una mayor rigidez. Impulsado por un V12 biturbo de 6.75 litros con 593 CV y 840 Nm de torque, el Arcadia alcanza los 0 a 100 km/h en alrededor de cinco segundos.