Con el precio del combustible subiendo de manera periódica en la Argentina, adoptar una conducción eficiente se convierte en una herramienta valiosa para aliviar el impacto económico. Aplicando ciertas técnicas de manejo el ahorro de consumo puede estar entre un 6% y un 12%, una cifra considerable para hacerle frente al alto valor de la nafta.
Evitar cambios bruscos de ritmo, aceleraciones repentinas y frenazos innecesarios son prácticas clave. Una conducción fluida con transiciones suaves puede reducir significativamente el consumo de combustible. Utilizar marchas largas siempre que sea posible y cambiar antes de las 2.500 rpm contribuyen a un manejo más eficiente.
Dejar el motor encendido durante paradas prolongadas aumenta el consumo de combustible y sobrecalienta el motor. En situaciones como semáforos, apagar el motor a ralentí puede ahorrar hasta un litro por hora.
Los cambios de velocidad impactan en el consumo de combustible. Mantener una velocidad constante, reduciéndola a 110 km/h en autopistas, puede generar un ahorro del 11% en el consumo.
Frenar suavemente retirando el pie del acelerador antes de aplicar el freno aprovecha la presión opuesta al movimiento, disminuyendo el consumo. La anticipación y respetar la distancia de seguridad son cruciales para esta técnica.
El aire acondicionado puede consumir entre un 4% y un 10% más de combustible. Usar la función AUTO y mantener las ventanillas cerradas a velocidades superiores a 80 km/h reduce la resistencia aerodinámica y el gasto de combustible.
Vigilar regularmente la presión de los neumáticos ahorra al menos un 1,5% de combustible. Distribuir la carga adecuadamente en el baúl equilibra el peso del vehículo, afectando positivamente la eficiencia.
También es indispensable tener un itinerario planificado. Evitar imprevistos y seleccionar momentos con menos tráfico pueden hacer que un viaje sea más eficiente y económico.