En los últimos 60 años, los asientos utilizados en los automóviles han superado etapas tecnológicas importantes. En 1955, por ejemplo, aparecen los primeros reglajes como inclinación del respaldo, altura y profundidad. Estas características, inusuales hasta entonces, llegaron a ser argumentos de venta y promoción de los modelos que los utilizaban.
La funcionalidad en el acceso a las plazas traseras también inició su andadura en los vehículos comerciales a partir de 1957. Otras innovaciones son más recientes como el fraccionamiento 2/3 1/3 de las banquetas traseras o la incorporación de una tercera fila de asientos ocultables.
Durante el Siglo XXI las marcas han invertido muchísimo dinero en hacer más cómodas a las butacas de todos los ocupantes. Las butacas de hoy en día presentan varias ventajas como una reducción de peso y una mejora en las prestaciones de seguridad y confort ya que son más ligeros, técnicos y, sobre todo, económicos.
Es que los asientos forman parte de las principales prestaciones en los vehículos y suponen un importante reto económico para las compañías. Un kit de asiento está compuesto por 150 piezas e incluye las butacas para el conductor y el acompañante y la banqueta trasera con respaldo incluido.
Para comprobar que cumplan con las exigencias, los asientos se someten diariamente a unas condiciones extremas y muy diversas a través de pruebas de resistencia, desgaste y temperatura.
A eso se suma que la noción de confort varía en función de las zonas geográficas. En Europa, la demanda se orienta en el confort de la primera fila. Los clientes esperan precisión en la postura, sujeción lateral y comodidad en trayectos largos. En cuanto a la segunda fila, se percibe favorablemente que pueda plegarse.
En China, las preferencias se centran hacia el confort de la segunda fila y la banqueta trasera, con sensaciones suaves y poca sujeción lateral. En el segmento superior, esto se completa con altas expectativas en materia de equipamiento y accesorios en los asientos traseros. Mientras que en Sudamérica la demanda prefiere la absorción y un confort vibratorio óptimo en la primera fila y la banqueta trasera.
Desde el punto de vista del cliente, los asientos de los automóviles deben cumplir tres funciones prioritarias y esenciales: situar, gustar y proteger. Al estar pegados al cuerpo del ocupante, en definitiva contribuyen fuertemente al confort del vehículo, propio de cada marca.
En el futuro, la moda tendrá una influencia cada vez más intensa en los asientos. Los colores y los materiales que se utilicen en la tapicería se inspirarán en las grandes tendencias del ‘prêt à porter’ y el mundo del mobiliario.
El bienestar también va a formar parte de las preocupaciones de los diseñadores. La integración de bolsas neumáticas en la espuma para adaptar los asientos a la morfología de los ocupantes es una de las innovaciones más recientes.
Con la llegada del vehículo autónomo, los asientos estarán, más que nunca, en el centro de la configuración interior del vehículo. Deberán ofrecer múltiples posibilidades de transformación del habitáculo ya que el objetivo será convertir el tiempo que se pasa en el automóvil en un momento de conversación distendida y descanso.
Sin dudas, la fabulosa historia de los asientos aún no ha terminado.