En los últimos cinco años varias automotrices han mostrado proyectos relacionados con la creación de autos voladores. Incluso, empresas ajenas a esta industria han hecho público sus adelantos en los denominados eVTOL, es decir vehículos voladores eléctricos de aterrizaje y despegue vertical. Estas máquinas podrían estar disponibles en los próximos tres años, aunque establecer las reglas para administrar el tráfico aéreo tomaría más tiempo.
La consultora de gestión McKinsey & Company afirmó que alrededor de 250 empresas están buscando construir este tipo de máquinas. Algunas de las más renombradas son Honda, Toyota, Hyundai y Fiat Chrysler, pero también hay otras menos conocidas como XPeng, que fabrica autos en China; o Urban Aeronautics, de origen israelí.
Hugh Martin, director ejecutivo de Lacuna Technologies, una compañía que ayuda a las ciudades a crear y cumplir las políticas de transporte mediante la construcción y gestión de herramientas digitales de código abierto, afirmó que sería posible el lanzamiento de este tipo de autos voladores eléctricos en 2024.
El experto indicó que la disponibilidad de los vehículos aéreos será clara solo dentro de un tiempo, cuando se haya desarrollado la industria. Algunas personas podrán permitirse viajar en coches voladores, aunque la mayoría probablemente todavía optará por hacerlo en carretera sobre vehículos eléctricos o autónomos. Sin embargo, destacó que estas nuevas tecnologías serían óptimas transportar cargas y paquetes.
Esta tendencia obligará a la creación de nuevas regulaciones para controlar el despegue, el aterrizaje, la distancia entre los vehículos y el momento en que se les permitirá volar. “En lugar de un aeropuerto en cada gran ciudad, deberá haber miles de aeropuertos dispersos por toda una ciudad”, subrayó el experto.
Debido a este panorama, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y la NASA están trabajando con los proveedores de drones y taxis aéreos para considerar cómo será el tráfico aéreo en el futuro.
Los expertos de McKinsey & Company están de acuerdo en que el desarrollo de sistemas reguladores requerirá mucho tiempo y una cantidad significativa de mano de obra calificada.
También destacan que la industria también deberá abordar varios desafíos relacionados con la infraestructura ya que la movilidad aérea requiere altos niveles de electricidad, que de manera ideal debería provenir de fuentes renovables para promover la sostenibilidad y la seguridad medioambiental.