En la nueva edición del libro litúrgico para las exequias del Papa, aprobado en abril del año pasado y publicado en noviembre último, Francisco dictaminó las nuevas formalidades para despedir a los líderes de la Iglesia Católica con un único objetivo: recibir una ceremonia austera que refleje su sencillo estilo de vida.
Tal como se explicó anteriormente, meses antes de morir, el máximo referente de la Iglesia Católica realizó muchos cambios que hoy impactan de lleno en su propio funeral, ceremonia que se dice, será recordada por su sencillez a diferencia de lo que se acostumbraba en la Santa Sede.
Lo cierto es que, pese a los numerosos cambios que se impartieron en dicho libro (como la constatación de muerte en la capilla, la deposición inmediata dentro del ataúd, y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble, entre otras), una tradición se mantuvo en pie, la de las tres estaciones.

"La estructura interna de las estaciones y los textos han sido revisados a la luz de la experiencia adquirida con las exequias de san Juan Pablo II y Benedicto XVI, de las actuales sensibilidades teológicas y eclesiales, y de los libros litúrgicos recientemente renovados", aclaró en ese aspecto el monseñor Diego Giovanni Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices.
De acuerdo a la nueva edición del Rito de las exequias del Romano Pontífice, pese a todas las modificaciones establecidas dentro de cada fase, Francisco mantuvo las tres estaciones clásicas: la del domicilio del difunto, la de la Basílica Vaticana y la del lugar de la sepultura.
Según el protocolo, la primera estación incluye las novedades de la constatación de la muerte en la capilla privada en lugar de en la cámara y la deposición del cuerpo en el ataúd de madera único antes de su traslado a la Basílica.

La segunda estación contempla un único traslado a San Pedro, el cierre del féretro y la misa exequial. Y es allí, en la Basílica Vaticana, donde el cuerpo del Papa se expone directamente en el féretro (ya no alto).
Por último, la tercera estación, se da donde será sepultado el Santo Padre. "Esta estación ha sufrido una importante racionalización debido a la supresión del depósito y cierre del ataúd de ciprés en un segundo de plomo y un tercero de roble u otra madera", explicó Ravelli.
Vale aclarar que de acuerdo a los cambios impuestos por Francisco, se puede llevar a cabo la inhumación del Papa en un lugar distinto de la basílica vaticana. Él pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, y no en la tradicional Basílica de San Pedro.
Cuáles son los cambios para relevantes que se verán en el funeral del Papa Francisco
La tradición de los tres ataúdes, el catafalco y la férula papal representan tres de los cambios más importantes que el Papa Francico estableció para su funeral meses antes de su muerte.
En una nueva edición del libro litúrgico para las exequias del Papa, el excardenal Jorge Bergoglio dispuso una serie de considerables modificaciones como la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble y la exposición a la veneración del cuerpo del Papa en un ataúd abierto y no en un catafalco tal como había sido hasta ahora.
Además, tampoco se colocará la férula papal junto al cajón donde reposen los restos del sumo pontífice durante esta exposición.