Hoy, 21 de marzo, es el día internacional del Síndrome de Down. Para Lucrecia Tronconi y Santiago Chiappe no es un día más ya que cumplen una semana de casados. Viven juntos en Recoleta y siguen trabajando en su emprendimiento: Los Porcelanos.
Definitivamente, Lucre y Santi rompen más de un estereotipo. El pasado 14 de marzo se unieron en Santo Matrimonio en la Iglesia de Jesús Sacramentado. Organizaron una emotiva ceremonia y, después, festejaron en grande con amigos y familiares.
Ella fue al Colegio Nuestra Señora de la Misericordia y él hizo la primaria en el San Pablo y luego asistió al Instituto Génesis. Ambos formaron parte de la primera camada del Programa de Educación Ambiental de la Asociación Cascos Verdes. “Estudiamos medio ambiente en la universidad, en la UCA, porque nos interesaba el tratamiento de la basura”, relata Santi.
Tienen 35 años, hacen una cantidad de actividades que asustaría al más hiperkinético: natación, pintura, gimnasia (comparten , baile, participan en un grupo de jóvenes llamado Cosechando Alegría y, todavía, les queda tiempo para planear salidas juntos y alejarse del ruido de la ciudad para disfrutar del verde en Roque Pérez, donde tienen campo. “Somos muy materos: nos gusta el mate amargo”, confiesa él y agrega que les gusta jugar a la casita robada, al dominó y a la generala.
Además de eso, comparten un emprendimiento, Los Porcelanos, que surgió a partir de un hobbie. “Hace más de 10 años hacemos porcelanas. Nosotros las pintamos. Usamos plumín y pincel. La mamá de Lucre contrató una persona, Marisa Lorenzo, que es nuestra profesora y va a la casa de ella. Las vendemos a través de nuestra página en Facebook”, relata con orgullo por los que construyen juntos.
Santi es coqueto: suele vestir camisa y saco. “A veces me lo hacen sacar”, dice con cierta resignación antes de contar que él mismo eligió dar el sí con jacket. A 24 horas del casamiento -que él, su novia y sus familias esperan con ansias- no sabía nada sobre el vestido con el que Lucre entraría a la Iglesia. “Mi vestido es sorpresa”, sentenció la novia con sonrisa cómplice tras adelantar que antes que los sobrinos de ambos entrarían a la iglesia antes que ella. Y llegó, blanca y radiante, del brazo de su hermano Nicolás.
“A Santi lo conozco desde hace 30 años. Los dos íbamos a ASDRA (Asociación de Síndrome de Down de la República Argentina)”, cuenta Lucre. Y su novio -hoy marido- la interrumpe para aclarar que se hicieron amigos enseguida. “Primero éramos amigos y después nos pusimos de novios”, comenta. Coinciden en que los hermanos de ella sintieron más celos al enterarse de la novedad que las hermanas de Santi. Están enamorados. Se nota cuando les toca contar qué les gusta del otro. Sonrojada, ella dice: “Todo. Es lindo” y él, después de responder con una risa tímida y agradecida, responde: “A mí me gusta todo de Lucre. Significa que me gusta su forma de ser”.
Tuvieron sus despedidas de solteros. Una, quizás la más multitudinaria, la organizaron los compañeros de trabajo de Santi. Y fue en Zaccaría Bistró y Vinos, donde él trabaja desde hace dos años. “Fue el miércoles pasado en el bar y fueron muchas personas: tíos, amigos… mucha gente”, recuerda y agrega que invitó a sus amigos del trabajo a la fiesta.
Eligieron que su matrimonio fuera por Iglesia ya que ambos son católicos practicantes y suelen asistir a Misa dominical. Como cualquier pareja, se prepararon para este momento. “Tuvimos un retiro el 22 de noviembre. Fuimos con un grupo de chicos y chicas a Los Toldos. Estuvo espectacular. Por un lado fue bueno para conocer algo nuevo y rezar un poco, todos juntos. Ese cura salió en la tele. Yo tengo un libro de él”, remata refiriéndose a Mamerto Menapace.
Su novia -hoy esposa- agrega cuál fue su siguiente aventura: “Hicimos campamento y dormimos en carpa”. “Nos casamos porque tenemos ganas”, sentencia con simpleza Lucre; mientras que Santi da su punto de vista: “Yo tengo ganas porque vivo solo y me gusta estar con ella”.
Estuvieron detrás de los detalles de la ceremonia a la que asistieron 180 personas. Cuentan con orgullo que sus familiares y amigos van “a rezar por nosotros y por otras personas” en las intenciones de la Misa.
Para la fiesta -que los llena de ilusión, especialmente a Lucre que se declara fanática del baile- Santi armó una lista de temas e intérpretes que entregó con tiempo al DJ y nos cuentan que la torta principal será un rogel. “Es mi torta preferida”, confiesa la novia. Los Porcelanos tenían planeada su Luna de miel en Río… aunque, por razones que son del dominio público, la playa tendrá que esperar.