Sara Escobar, esposa de Mau Montaner, cumplió años el 2 de noviembre y toda la familia decidió saludarla en redes sociales. La joven se encuentra casada con el cantante venezolano desde el año 2018 y con su perfil bajo, siempre apoyando a su pareja, ha sabido integrarse muy bien al resto de la “tribu”.
Es por esto que ante la llegada de Stefi Roitman en 2019 a la vida de los Montaner, Escobar decidió ser la más amigable y compañera con la modelo. Esto fue reconocido en el día de ayer por la propia Stefi. “Un año más, un cumpleaños más para celebrarte amiguita y no sabes lo agradecida que estoy por eso”, comenzó diciendo la actriz argentina en un tierno posteo de Instagram.
“Doy gracias por tu existencia, por tu vida, por tus ideas geniales, por tu amor y tu hermandad. Creo que juntas somos un equipo ESPECTACULAR (mentira, no lo creo, lo sé) y eso es de las cosas que más amo y agradezco ”, continúo diciendo Roitman, dejando de lado la relación con una de las mujeres más importantes de la familia Montaner, Evaluna.
Pero la frase más resonante de su texto fue, “Gracias por ser mi compañera desde el día 1”, dando a entender que no todos los integrantes de la familia Montaner estuvieron tan contentos con su llegada en un primer momento. “Espero que tu año esté lleno de recuerdos hermosos, felicidad y aventuras. Feliz cumpleaños mi @saraescobar te amo mucho”, finalizó diciendo muy cálida con su concuñada favorita.
Stefanía Roitman a diferencia de Sara Escobar, ya era una persona conocida en los medios antes de su noviazgo con Ricky Montaner. Con su simpatía y carisma participó en series televisivas como Simona o el programa infantil Hi-5. También poseía un gran cantidad de seguidores en redes sociales y con su ex novio Gastón Soffritti, habían sido una de las parejas más queridas por los fanáticos. Por lo que su personalidad contrastaba mucho con la forma de vida e ideales de los Montaner. Sin embargo, el haber convivido durante toda la cuarentena estricta junto a los familiares de su novio parece haberla terminado por amoldar o al menos compartir diferencias del pasado.