A los 33 años, y con una impactante lista de películas cuyo número asciende a 22 –entre las rodadas y las que se vienen–, compartimos el set de Respira (que se estrenará el 27 de febrero) con “la mejor actriz argentina de su generación”, según Gabriel Grieco, el director.
En Respira, Sofía Gala Castiglione Casanova interpreta a Leticia, una traductora de libros. “Echan del laburo a mi marido Leonardo (Lautaro Delgado), que es piloto comercial. Con nuestro hijo Manuel (Joaquín Rapalini) nos mudamos de la ciudad a una zona rural, ante la posibilidad de un puesto como fumigador de plantaciones de soja. A partir de la llegada, agárrense”, deja el tendal sobre este thriller ecológico de 78 minutos, con drama, suspenso y una guerra pueblerina de familias, producido por el propio Gabriel Grieco (a la vez guionista), Crepusculum Films, Jorge Poleri y Black-Mandala, de Australia.
“Me apasiona el proceso de rodaje, hasta el tedio de las esperas entre toma y toma”, reconoce la madre de Helena (11) y Dante (5), con quienes “disfruto entrar al cine para ver lo que les guste, Disney incluido. Hay que respetar que en su caso aún se trata de un entretenimiento. ¡No voy a ponerles sólo El viaje de Chihiro!”, ríe admitiendo a la vez que “cuando voy sin ellos, bastante seguido también, no soy una espectadora pochoclo”, sintetiza quien ya cuenta con tres cintas en postproducción (La vagancia, de Ayar Blasco, con Ayar y Martín Piroyansky), Crímenes en familia (de Sebastián Schindel, con Miguel Ángel Sola y Cecilia Roth) y Cadáver exquisito (de Lucía Vasallo, con Rafael Spregelburd).
Respecto a los festivales internacionales y premios recibidos y por recibir
–situaciones y halagos que empiezan a reiterarse–, dice: “Me ponen nerviosa las alfombras rojas. Soy poco ‘girly’ para eso. No me banco estar arreglada tipo muñeco petrificado hasta pisar la zona de fotógrafos. Es un dolor de huevos. Ojalá la cosa cambie y pronto las mujeres podamos pasar como se nos cante… En cuanto a los premios, adoro ganarlos, pero no me hacen crecer en lo profesional”.
“De mis cuatro películas (Naturaleza muerta –2015–, Hipersomnia –17–, Respira –20– y Existir –21–) participa en tres”, define a puro cálculo Gabriel Grieco (39), el director de Respira, la importancia de contar con una actriz de sus características. “¿Cómo no querer convocarla siempre, si es talentosa, autodidacta, gran persona, respetuosa, creativa e intuitiva, y compartimos una misma mirada sobre el cine? Tiene la virtud de hacer de cada papel algo distinto al anterior. Y genera performances interesantes porque ella, con su particular forma de ser, ¡es un personaje cinematográfico!"
"La considero única, nuestra Asia Argento, y la mejor actriz de la generación joven de este país”, agrega el realizador, que obedeciendo a su condición de melómano acudió para la música original de Respira a Diego Hensel y su escuela clásica, y a Ale Kurz (de la banda El Bordo) y su estilo folclórico y roquero. “Con Sofi nos unen además ciertas preferencias musicales. Por ejemplo, la devoción por David Bowie”, cierra. Juntos, en marzo y en Salta, terminarán de rodar Existir, a la par de Luis Machín, Vanesa González y Victorio D’Alessandro (abajo). Se trata de un largometraje de ciencia ficción en el que también actúa Grieco y Sofía Gala encarna dos roles.
“Para participar en un rodaje, más que el guion, me convence aquello por lo que debe pasar mi personaje. Es mi punto de partida”, apunta Sofía, quien de 2008 a la fecha lleva estrenados 17 títulos. “El cine fue mi romance inicial con la vocación que hoy desarrollo. Ya de nena, mamá (Moria) y papá (Mario) me ponían filmes y no sólo de chicos. Ella, de culto; él, de género. El día que me vi en la pantalla grande por primera vez (El resultado del amor; 07), sentí la maravillosa sensación de comunión que se crea entre algo que amás y de lo que comenzás a formar parte. Jamás lo olvidaré”, memora, y pronto revela sus experiencias en acción:
“Nunca arranco y termino igual en una peli, por más corta o larga que sea. Los procesos cinematográficos me cambian. Como no soy una actriz de técnica, vivo todo, me atraviesa sin escudo protector. Entonces, mi ciclotimia se encuentra avanzada y susceptible y ando mucho menos centrada emocionalmente que cuando no filmo. En un momento creí que estaba mal. ‘¡¡No puede ser que cada vez que me meto en un personaje me vuelva loca!!’. Pero luego descubrí que, así como el dibujante trabaja con sus manos y el atleta con sus piernas, los actores lo hacemos con nuestra psiquis, y me pareció lógico: si a ellos les duele el cuerpo tras su tarea, a mí me pasa con mi cabeza. Ahí manejé mejor la realidad fuera del set”, redondea.
Fotos: .Tiff - Prensa & Comunicación
Agradecemos a Luján Cervone