En una charla íntima con GENTE, el actor reconoció que se siente "frágil", habló de hechos de actualidad y comentó qué opina sobre los polémicos dichos de Benjamín Vicuña sobre el teatro streaming.
Por estos días, Osvaldo Laport (64) está a full dando clases del profesorado de teatro –"las arranqué con muchísimo pánico, porque lo virtual no es lo mío"– y presentando la obra de teatro Detrás del arcoíris junto a Luisa Kuliok (67), Beto Casella (60), Facundo Gambandé (30) y su hija Jazmín (24). Más allá de lo laboral el actor, que es embajador de ACNUR, asegura que "éste fue un año de reflexión y muchísimo aprendizaje".
"Todos estamos frágiles, mirando y observando qué hace el de al lado con respecto al coronavirus. Un vecino mira al otro. Un país mira al otro. Y ninguno encuentra la solución", comenta desde su estudio, donde acaba de cebarse un mate.
–¿Vos en particular te sentís frágil?
–Sí, claro que sí. Hay muchísima gente que lo está pasando muy mal en todo el mundo. ¿Cómo no vas a estar frágil? Si de pronto ves a un amigo reflexionando sobre lo que pasó en las expropiaciones de tierra y veo imágenes... ¡Es muy triste! Y no solamente para esos padres y esas familias, sino para los niños.
–¿Qué pensás cuando ves a los niños en las tomas de tierras?
–Los veo viendo cómo les queman sus casas, cómo se prenden fuego, y el niño no tiene la culpa de que esa tierra no sea de él. ¿Cómo crece? ¿Cómo avanza con esa tragedia que vive sabiendo que sus pertenencias y su lugarcito en el mundo fueron prendidos fuego?... Y la humanidad está así: llueve torrencialmente y nosotros esperando que aparezca el arcoíris.
–Imagino que de acá viene el nombre de tu nueva obra... ¿Cómo surgió?
–A mí me llamaron dos amigos, Mauro y Leo, y con ellos creamos Teatro Play, la primera plataforma teatral y ticketera que genera contenidos. Y a través de la plataforma hicimos Detrás del arcoíris. Mi idea es que esta puertita, humildemente, ayude a más colegas y formemos una buena cartelera.
–Cambió muchísimo la realidad de los actores...
–Mucho. Ya veníamos cascoteados... Imaginate ahora.
–¿Te enojaste cuando Benjamín Vicuña dijo que "el streaming no es teatro"?
–Me estoy enterando ahora. Son muchos los que lo dicen... Lo interpreto como un comentario desafortunado, por supuesto, pero lo conozco al loco y tal vez lo dijo desde el desconocimiento, porque contar historias es nuestro deber como herramienta de laburo. Es como comparar el teatro en la Calle Corrientes con el espectáculo en el off. Para mí hay que borrar estos estigmas.
–¿Los sufriste?
–Te voy a contar algo: el año pasado me convocaron para hacer Un susurro de alas, un espectáculo tremendo que hicimos en el teatro Kairós. Un día vi triste al asistente de dirección. Le pregunté qué le pasaba, y era que un colega le había enviado un mensaje de WhatsApp preguntándole: "¿Qué hace Osvaldo Laport en el teatro Kairós". Decía que yo soy un actor comercial y que no tenía que estar ahí. Para mí fue una locura. ¡Así estamos...! Es la crítica por la crítica misma. Los famosos clanes que dividen al actor que hace novela del que hace cine. Cada vez que se encendió una cámara yo sentí que estaba dando todo, sin importar el género.
–¿Vas a seguir trabajando todo lo que se pueda?
–Sí, me van a sacar de un escenario con los pies para adelante. Amo. Soy un apasionado de lo que hago... ¡y un atrevido! Porque yo desconocía todo lo virtual y me metí de lleno en esta modalidad del streaming, que vino para quedarse, guste o no. Porque se flexibilice o no la cuarentena, van a ser muy pocos los que salgan a aglomerarse: muchos van a querer ver espectáculos desde el living de su casa. Y no importa si no se corre el telón, si no están las bambalinas o si no sentimos el aplauso: el arte va a estar.