"En casa de herrero, cuchillo de palo." En pareja desde hace décadas con Marcelo Velcoff, la periodista Marisa Andino reconoce que descubrió que tenía cáncer de mama gracias a que su marido la presionó a que se haga los estudios porque llevaba dos años sin nuevos chequeos. Era 2012 y una mamografía seguida de una ecografía terminaron siendo el inicio de su camino de salvación.
“Mi marido es médico, un día me preguntó sobre mis exámenes, y habían pasado dos años de la última vez. Se puso como loco. Me hizo las órdenes y fui con una amiga que también los necesitaba. Ella buscó sus resultados, de paso retiró los míos, y se los leyó a mi marido por teléfono”, cuenta la conductora de Telenueve al mediodía a Revista GENTE en el marco de una producción especial que realizó junto a María Laura Santillán, Juariu y Majo Martino por el Mes rosa.
Y continúa: “A él los resultados no le gustaron nada, así que le pidió que se los mandara en forma urgente por un taxi, y definió que yo debía ver a un mastólogo para que me revisara bien. Fue así que llegue a Eduardo González y todo terminó en tres cirugías...”, cuenta en dos líneas su caso. Antes de comenzar a desarrollar su historia.
Lo cierto es que la comunicadora no tenía antecedentes familiares. “Uno de los mitos es que no desarrollás cáncer de mama si amamantás a tus hijos. En mi caso le había dado de mamar a los tres, a uno de ellos durante dos años y medio. Como mi menarca fue tardía, a los quince años, y estadísticamente dicen que los casos se dan más en las mujeres que la tuvieron de forma temprana alrededor de los ocho años, nada hacía poder pensar que yo tenía cáncer de mama. Pero pasó”, dice.
La primera resultó una punción que terminó siendo una intervención ya que, como el nódulo estaba demasiado atrás, la tuvieron que abrir. Fue a estudio. “El tema era la espera”, revela. “Yo estaba tranquila, pero el que estaba nervioso era mi marido. Él se enteró del resultado: llamó al médico porque no aguantaba más. Entonces, se lo dijo a uno de sus mejores amigos. No me contó nada a mí”, recuerda.
Eso fue un viernes y el domingo tenía la entrega de los Martín Fierro. No me lo comentó porque quería que yo estuviera bien. Gané el premio y a la mañana siguiente me dijo: "Tenemos que ir al médico". Fui la frase que me alertó. “Yo no entendía qué pasaba”, confiesa.
“Cuando el doctor me dijo que era maligno fue como que se me cayó un balde de agua fría. Lo que se me pasó por la cabeza en ese momento fueron mis tres hijos. En segundos se me cruzaron las caras de Juan Ignacio, Tomi y Salvador, que era muy chiquito en ese momento. Y me adelantó que lo íbamos a sacar rápido”, cuenta.
Cómo le contó Marisa Andino a su familia que tenía cáncer de mama
En medio de todo lo que significaba asimilar el cuadro, surgió el dilema de cómo hablarlo con el resto de sus seres queridos. “A mi mamá se lo dije después de que pasó todo, porque estaba entrando en un cuadro de presión alta. Me acuerdo de que le conté que me iba a operar por ‘una cuestión estética’. De mis hijos se encargó mi marido”, detalla.
Y relata entre lágrims cómo fue ese momento tan delicado: “Salvador tenía seis años, pero los otros dos eran preadolescentes. Los llevó al living a hablarles. Yo me escondí para escuchar. Resultó bravo cómo se sintieron. Él le explicó que yo iba a estar bien. Le preguntaban si me iba a morir. Fue lo más duro, lo peor para mí. No sé por qué me quedé escuchando, es lo que sentí ene se instante”.
Aprendizaje y reflexión de Marisa Andino sobre una situación límite
“Antes de conocer el resultado de que era maligno, protagonicé el famoso dicho "en casa de herrero, cuchillo de palo’": siendo esposa de un médico cirujano me puse un corpiño con alambre y fui igual a la radio a hacer el programa que compartía con Benito Fernández. Me lastimó toda la mama, me desmayé y llegué al hospital con 5-7 de presión. Debieron sacar más de un litro de sangre de la mama. Debí esperar un mes a que se desinflame todo, y me operé para vaciarme y colocarme la prótesis”, suma.
Invitada por GENTE a reflexionar sobre tan traumática experiencia, lo primero que dice es que “agarré justito la enfermedad. Por eso me parece tan importante la prevención. Resulta fundamental hacerse una mamografía y ecografía por año. No hay diferencia de edad. Antes se realizaban los estudios después de los cuarenta. En Estados Unidos ahora ya se habla de hacerlos a partir de los 35. Además de tener en mente la prevención, que es súper relevante, también hay que conocer el cuerpo de una y hacerse el famoso autocontrol”, insiste.
Y completa: “De esto se aprenden mucho. Empezás a valorar otras cosas. Al costado de la cicatriz me quedó un huequito. Me dijeron que se puede rellenar, pero va a quedar en mí. No me quiero tocar más. Estoy bien así y no tengo problema que se vea. Sí, repito, después del cáncer empezás a valorar otras cosas..., a valorar lo más importante".
Fotos: Alejandro Carra
Retoque digital y tapa: Darío Alvarellos y Gustavo Ramírez
Video: Martina Cretella y Miranda Lucena
Makeup: Daniel Britzzi (@daniel_maquillador)
Marisa Andino con look de Janis (@Janis.oficial) y zapatos Claude Benard (@claudebenardshoes) Estilismo de Natalia Lanzos (@Natylanzos).
