“Lo que yo vendo es sexo, pasión y morbo”. Son pocas palabras, pero alcanzan para definir en primera persona una tendencia que, tras varios años, se transformó en un trabajo estable para muchos. Este es el mundo Onlyfans contado por Leandro Espósito, un argentino que llega a recaudar hasta 10 mil dólares por mes gracias a su contenido de sexo explícito grabado con mujeres y hombres.
Con treinta años de vida, desde hace tres empezó a dedicarse a la venta de contenido erótico. Pero antes de meterse en este mundo, su primer trabajo fue a los veinte como sodero. Hay chistes fáciles, anécdotas, mitos y hasta una ficción que en la tevé argentina (El sodero de mi vida) relató una historia de amor entre un sodero y una ama de casa interpretados por Dady Brieva y Andrea del Boca en eltrece. Y, un poco, esto fue lo que le pasó a él. Sin romanticismo, pero con mucha pasión.
“Es un laburo en el que generás un vínculo. Yo soy simpático y entrador. Siempre estaba con la idea fija, era como que tenía la fantasía de que me pase esto de que una clienta te invite a pasar y hacer algo como en las novelas. Si bien de entrada no se daba, ya en un momento me pasaba que la mayoría que se me insinuaba”, detalla en diálogo con Revista GENTE.
“Lamentablemente algunos matrimonios salían perdiendo”, dice entre risas sobre las parejas que se terminaron rompiendo. “En algunos casos tuve encuentros con clientas meramente por una fantasía, pero con otras era a través de un intercambio de dinero”, agrega al hacer referencia a como dio los primeros pasos en esto de tener sexo a cambio de un pago.
Pero no fue todo tan duradero y de color de rosa. “A mí me despiden porque un cliente llamó para decir que no quería más el servicio porque el sodero se acostó con su mujer. Con dos clientas la situación pasó a más porque intercambiamos números de celulares y nos mandábamos mensajitos. Yo creo que por eso nos descubrieron, aunque nunca nos vieron”, recuerda.
Una persona lo engañó por Instagram pidiéndole fotos desnudo en el marco de una charla subida de tono, las publicó en redes y le llegaron decenas de propuestas a su cuenta personal (@Leanespositoo). “Yo tenía 21 años. Intercambiamos un par de fotos y en menos de 24 horas, cuando entro a mi perfil, me encuentro con que tengo unos 200 mensajes -casi todos de chicos- preguntando por mí y pidiendo un servicio sexual”, comenta.
Y sigue: “Evidentemente las viralizó en redes sociales. Ahí uno de los que me escribió me habló de la venta de contenido y su publicación en Twitter. ‘Regalando tus fotos estás perdiendo tiempo’, me dijo. Con eso me abrió la cabeza porque yo ni usaba esa red social. Cree una cuenta y el chabón me asesoró. Así fue como arranqué. En la primera etapa subía fotos y videos en donde estaba yo solo insinuando, trabajando con el uniforme”.
En el medio, intentó desempeñarse en otro trabajo de los considerados “formales”, como empleado de un comercio de venta de juguetes infantiles. Cuenta que tuvo la chance de ascender, pero que no sintió el deseo de tomar un compromiso tan grande "en comparación a lo que significaba económicamente". “La ecuación más certera es que ganaba más haciendo videos que trabajando bajo las órdenes de un patrón una jornada laboral que en épocas fuertes del año se podría extender más de 14 horas. Me sentía explotado y eso hizo que tome la decisión de dedicarme de lleno a esto”, explica.
Hoy tiene una mini empresa: además de su cuenta de Onlyfans cuya suscripción sale 7,99 dólares por mes, tiene un canal de Telegram desde donde vende sus videos, un perfil en LoverFans por el que factura en euros, hace videollamadas -cuyos precios pueden ascender a 30 mil pesos o más, dependiendo la duración- y comercializa videos y fotos personalizadas.
Cómo es vivir de Onlyfans
“Hay gente que gana más, pero yo a eso no quiero llegar porque tenés que entregar demasiado: Es un trabajo que conlleva un esfuerzo físico y cansancio psicológico”, dice Leandro cuando habla de sus ingresos. En un buen mes recauda unos diez mil dólares, algo que le permite vivir bien, ahorrar y darse algunos gustos también, "aunque ése no es el foco", afirma.
“Yo nunca tuve unas vacaciones. Hoy aprovecho el dinero para viajar y ayudar a mi familia. Por ejemplo, le compre un auto a mi mamá y a mi tía. Ellas son jubiladas, venimos de una familia humilde y nunca hubieran podido acceder a uno. Igual el grueso de lo que gano lo destino a ahorrar”, reconoce.
-¿Qué queres transmitir a través de tu contenido?
-Si bien ahora está de moda la historia en donde se relata un hecho determinado que desencadena en un acto sexual, yo soy de los que piensa que es mejor ir directo al grano. Eso no quita que no conecte con la persona con la que estoy grabando porque es sumamente necesario para poder transmitir algo al que lo ve. Lo que yo vendo es calentura, placer, y sexo.
-¿Cómo es una grabación?
-En promedio dura entre tres y cuatro horas. Todo es natural. Empezamos las escenas, paramos de a ratos para ver cómo van saliendo y retomamos alguna en caso de que no nos cierre. Después hay que hacer la edición. En mi caso, de eso me ocupo totalmente yo.
-¿Y el post rodaje?
-Yo llego a mi casa y a mi novia no la quiero ver por dos días. Quiero estar solo y tranquilo.
-¿Eso te pasa por grabar con varones?
-Sí.
-Internamente, ¿cómo procesas el hecho de tener relaciones sexuales con personas de tu mismo sexo sin sentir atracción alguna?
-Al principio fue difícil. Necesité parar un poco por el cansancio psicológico que eso me generaba. De hecho, el año pasado casi que no trabajé y viví de lo que ya había filmado. En las primeras grabaciones pasé por momentos en los que tuve que parar e irme. Como hombre tenía que incentivarme con una pastilla o poniendo porno hetero en una tele. Pero hoy estoy acostumbrado. Te diría que en la actualidad puedo tener relaciones con un tipo tranquilamente, aunque sigo sin poder besar.
-¿Qué sentiste después de la primera grabación con un varón?
-Que iba en contra de lo que mis viejos me habían marcado. No sé cómo describir el sentimiento. Obviamente no es culpa ni vergüenza. Enseguida lo conté en mi grupo de amigos. En el barrio salía a caminar y me gritaban "p...". De inmediato pensé en donde me estaba metiendo. El qué dirán costó mucho. Aprendí a trabajarlo: ¡Que digan lo que quieran!
-¿Ya no hay tanto mercado para el contenido heterosexual?
-Hay. Pero a mí no me funcionó. Y como no pasó nada, olvidate. Vamos por este lado. Igual, yo hago de todo.
-¿Cómo elegís los perfiles con los que haces colaboraciones?
-Trato de pedir el Instagram para saber de la vida privada del otro. No me fijo en lo físico o en la cantidad de seguidores. Obvio que hacer un video con alguien que tiene 500 mil seguidores te da más visualizaciones, pero también me gusta hacer con perfiles más chicos y ayudarlos.
“Soy heterosexual, tengo novia y la amo”
Leandro se define como heterosexual, pero reconoce que es un concepto que siempre tiene que salir a explicar debido a que prácticamente la totalidad del contenido que graba es con varones. “A mi novia lo que menos le pesa es que yo esté con hombres. Al contrario. Ella me conoció así”, dice sobre su novia.
“Desde el primer día le dije qué hacía y de qué trabajaba. Saqué el celular y le mostré mis videos. La verdad es que me re banca y me ayuda en todo. Tal es así que a veces me da una mano con la ropa que tengo que usar para grabar algún video o con lo que necesito. Estoy agradecido de tener una persona así al lado”, cuenta sobre la joven que conoció en Instagram.
-Y tu familia, ¿cómo se lleva con esta tarea que tenés?
-No preguntan más porque a veces es mejor no saber de ciertas cosas. Es un tema que hoy está más aceptado. Mi vieja tiene 81 años. Es muy difícil explicar todo. Para ella es los nenes con las nenas. Así que imaginate lo que fue. Lo peor que pasó es que ella se enteró por internet. Ahí me preguntó si era gay. Lloró mucho. Una noche nos sentamos tranquilos y le hice ver las cosas que estaban pasando desde que yo me dedicaba a esto. Por otro lado, con este trabajo tengo la posibilidad de contar con más tiempo para acompañarla a ciertos lugares o hacerle compañía. Gracias a Dios me puedo acomodar la agenda para hacer esas cosas.
-¿El camino de Onlyfans va de la mano con el de la prostitución?
-Yo cobré por sexo, pero no era algo necesario para mí. Me daba adrenalina ir a la casa de alguien a quien no conocía. Dejé de hacerlo porque tuve malas experiencias. En mi caso, ponía condiciones a quienes contrataban mi servicio: no beso, no se hace nada sin protección y no consumo. En algunos casos me pasó que se quisiera vulnerar eso. Hubo oportunidades en donde me fui del servicio. La gente se piensa que porque paga tiene poder sobre vos.
-¿No creés que esto es algo efímero?
-Totalmente.
-¿Y qué pensas hacer en un futuro?
-Mi idea es tener una productora de contenido para adultos. Quiero levantar a la industria del porno argentino porque hay muy pocas productoras trabajando. Hablamos de una inversión grande. Los montos, por ejemplo, llegan a valores tope de 1.500 dólares la escena para el actor que la interpreta... Imaginate: en una película tenés a cuatro personas trabajando adelante de cámara, a las que debés sumar la parte técnica y la edición…
Fotos: Chris Beliera.
Producción: Elisabeth Correa.
Retoque: Darío Alvarellos y Gustavo Ramírez.
Vistió: Gasmokey (@gasmonkey.ind)
