La modelo y actriz Silvina Luna brindó una entrevista exclusiva este martes a LAM, para hablar de cómo se encuentra hoy de salud. Luna, quien se mostró muy angustiada por la situación que atraviesa, se confesó con el conductor Ángel de Brito y explicó que todavía no puede hacerse el trasplante de riñón que necesita para vivir porque desde hace un año tiene una bacteria en la sangre, mientras tanto se encuentra realizando diálisis y un tratamiento.
"Estuve un mes internada y de repente me dijeron que en muchos estudios que me hicieron me salieron que los dos riñones estaban calcificados y que tenían que entrar en diálisis. Al principio peleaba un poco la situación, iba muy triste, después es como que uno se va acostumbrando" explicó.
"Te acostumbras a ver a personas y amigas y sentís que estás en la misma. Hay momentos de aceptación y otros en los que me despierto y siento que estoy viviendo en una pesadilla. Pero bueno, estoy viviendo de pie y siempre fui una persona que sabe seguir adelante y ahora siento lo mismo, aunque tenga recaídas" se sinceró la actriz.
Silvina Luna aseguró que la presión estética la llevó a someterse a una cirugía que “cambió todo para siempre”
Un tratamiento con metacrilato a cargo de Aníbal Lotocki la llevó a la modelo Silvina Luna a padecer una insuficiencia renal crónica y tener que enfrentarse a un trasplante de riñón. Un hecho que puso su vida en perspectiva y la desafió a encontrar su mejor versión.
“Siempre tuve problemas con mi autoestima. Los que me conocen saben hasta qué punto pagué por ese punto débil. Tomé una decisión cuando me sometí a una cirugía estética que no necesitaba, porque quería verme mejor, más sexy, más acorde con el estereotipo de belleza que se imponía en los medios”. Así lo cuenta Silvina Luna (42) en su libro Simple y consciente (Penguin). Y lo pagó con su salud.
Hace doce años, el cirujano “de las famosas” Aníbal Lotocki –condenado por mala praxis por este caso– le inyectó en las piernas y glúteos una polémica sustancia de relleno llamada metacrilato. A partir de ese momento, la semifinalista de Gran Hermano 2001 padeció una insuficiencia renal crónica que la obligó a tener que hacerse diálisis a diario y pasar por internaciones periódicas.
Luna tenía 30 años. La mala praxis derivó en hipercalcemia (enfermedad en la que el nivel de calcio en la sangre está por encima del normal) e insuficiencia renal. Un cuadro crónico que, desde entonces, le exige estudios semanales y la sumergió en una investigación personal en busca de la solución.
“Cada tanto necesito internarme, mis niveles de calcio suben y mis riñones no funcionan bien. Requiero más corticoides, medicina que vengo tomando de forma crónica hace 8 años. Y hoy estoy buscando otras drogas que puedan reemplazarlo”, explicaría durante una de sus internaciones.