A veinte días del fallecimiento de Silvina Luna (1980-2023) y del dolor que generó su partida, colegas, familiares y distintas personalidades pusieron el foco en las presiones y mandatos que atraviesan mayormente las mujeres respecto a sus cuerpos. Discusión que también movilizó mucho en las redes sociales, donde el tema sigue abriendo debate.
En diálogo con la psicóloga Elvecia Trigo repasamos cómo algunos factores relacionados a los mandatos y la violencia estética (ejercida tanto desde los medios como en las redes sociales) afectan las psiquis de muchas personas, sean o no famosas.
Para abordar este asunto tan profundo, la Licenciada aclara que su opinión se basa en su experiencia profesional y lo que ve en su consultorio en estos tiempos. "En países latinoamericanos vemos con mayor frecuencia psiquis con mayor fragilidad y vulnerabilidad", comienza.
El caso de Silvina Luna y los riesgos de la fama
Sobre el trágico caso de la modelo, la psicóloga consultada opinó: "Lo que ha sufrido Silvina Luna es de un grado de profundo dolor y angustia desesperante. Ella ha sufrido en manos de un perverso que no entiendo cómo no está preso. Ella y su familia han sufrido de manera inconmensurable". De todos modos, la licenciada nos invita a pensar más allá del caso particular y entender, dentro de la complejidad de cada persona, que estas duras presiones afectan a toda la sociedad.
"¿Quién no quiere la fama? Todos en nuestro ego interior queremos la fama, el éxito y llegar al podio", dispara con sinceridad Elvecia Trigo. En este sentido, llama a reflexionar sobre sobre los costos intrínsecos: "El tema es que no hay que perder los límites de la realidad y la ética. Todos queremos la fama. El tema es en qué condiciones. Tenemos que tener muy en claro cuáles serán las consecuencias".
Sobre la presión mediática y el impacto en los cuerpos, analiza: "Tenemos qué pensar cómo atraviesa, mueve y desarma la fama. Es una ilusión casi perversa. Cuando del otro lado tenés a alguien que exige que vos tengas un cuerpo determinado, genera que una persona frágil sienta que debe cumplir con esos ideales mágicos, imposibles y perversos. Está el que exige y domina a esa persona en un estado de vulnerabilidad y sabe que va a conseguir el objetivo, porque la persona en cuestión –al no tener claro y definido los límites– va a intentar cumplir con esos mandatos casi delirantes con la perfección del cuerpo".
Así mismo, la psicóloga aseguró que estos riesgos no están únicamente en el mundo mediático. "Estas personalidades frágiles, vulnerables e indefensas son presas fáciles de perversos que pululan por doquier en consultorios, estudios jurídicos o gobiernos. Esta gente anda por todos lados y la población a veces se come el sapo", declaró sin vueltas.
Un llamado a la reflexión
Para poder entender este tema complejo, Elvecia Trigo propone: "Tenemos que pensar qué tipo de psiquis está en juego dentro de una sociedad con parámetros inexistentes con personas abusadoras desde el poder e imágenes inalcanzables".
"La sociedad entera tiene que replantearse qué tipos de personalidades estamos construyendo hoy en día. Lo que hay es un desamparo emocional de parte de las autoridades. A nadie le importa la prevención psíquica de las personas en Argentina. Somos pocos los que trabajamos en eso", sentencia.
Este tipo de violencia y presiones sobre los cuerpos llevan al sujeto a "perder el control" de sus propias elecciones. En este sentido, la licenciada expone: "No están en condiciones subjetivas de poder tomar decisiones claras y terminan estando al servicio de esa pulsión autodestructiva en donde, al intentar querer cumplir con esos mandatos imposibles, terminan sometiéndose también a decisiones que destruyen la mente y el cuerpo".
Silvina Luna y la presión de los medios
En una entrevista con revista GENTE en la cual repasó los motivos que la llevaron a tomar la fatídica decisión de operarse con Aníbal Lotocki, la modelo explicó: "En esa etapa, la mirada de los demás en un medio prejuicioso me pesaba: sentía el 'sos linda, esto no es para vos', o 'hasta acá está bien'. Quise abarcar todo. Siempre tuve hambre de crecimiento profesional".
"Este medio es cruel: todas las miserias están sobreexpuestas. Hay que aprender a manejarlo y no involucrarse demasiado. En este país no se perdona la funcionalidad. Se condena al multifacético: si sos actriz, no podés ser conductora. Hoy entendí que los prejuicios están pasados de moda", cerraba con total franqueza sobre las presiones que la llevaron a la muerte.
Así mismo, la modelo brindó profundo mensaje: "Las mujeres debemos dejar de ser tan duras. Y no digo que esté mal operarse. La clave es hacerlo con conciencia y analizando por qué realmente queremos el cambio. A partir de ahora apuesto a otros métodos y, aunque suene a cliché, la prioridad la tiene el cuidado interior".
A tres años de la primera operación que se realizó con Aníbal Lotocki, reflexionaba: "Estoy arrepentida de haber querido ser perfecta y hoy pago mi error. Pienso en lo que hice y digo: '¡Qué agresiva que fui conmigo misma! ¿Por qué me castigué tanto?'. Creo que durante mucho tiempo no me daba permiso de ser feliz, no permitía que finalmente llegasen las cosas buenas de la vida. Todo eso me jugó en contra frente al espejo".