En el piso hay silencio. Yaco Pastorius se para delante de un croma verde que después de la edición se convertirá en el escenario de la iglesia del AntiMilagro. Pastorius es un pastor descreído, “un fiel que esperaba que Jesucristo resucitara en la cruz el mismo día de su muerte y no a los tres días, como profesan las Escrituras”, describe Diego Capusotto (42) a su predicador, quien se enteró de la resurrección de Jesús a través de los medios.
A la mañana, en este mismo tercer piso estuvieron el Emo y sus dudas existenciales sobre esa tragedia inevitable que en definitiva es su vida. Suponemos que de ahí viene toda su angustia. Y dentro de un rato llegará Bombita Rodríguez, el Palito Ortega Montonero, “un artista que combinó la canción berreta, populachera y pegadiza con letras que alentaban la revolución armada”, explica Pedro Saborido, el otro padre de las criaturas.
Son algunos de los personajes que surgen en una larga jornada de grabación de Peter Capusotto y sus videos. Capusotto pone el cuerpo y el apellido, Pedro Saborido los guiones y el nombre, y la era digital hacen el resto para que a esta altura este programa –que hizo tres puntos de rating en su rentrée del lunes 22 de septiembre– sea objeto de culto entre las tribus adolescentes que conocieron el producto hace cuatro años por Rock&Pop TV y de los que los siguen desde sus épocas de Cha, cha, cha o Todo por 2 pesos.
Dentro de la tele argentina, Capusotto vive en una especie de isla, donde no existe la fiebre del rating, los contratos de tres meses ni el minuto a minuto: “No, no, planilla de rating no tenemos. IBOPE lo anota en un papel de servilleta. Por eso, directamente, no estamos teniendo rating. En un llamado a la solidaridad pedimos si nos pueden traer planillas, porque sin rating no podemos seguir”, explica Diego.
–¿Qué mirabas los lunes a las 23 cuando tu programa tuvo un receso por los Juegos Olímpicos de Beijing?
–Natación al revés donde, obviamente, ganaron los chinos… porque los tipos son comunistas y si no ganás te cagan a tiros, que es lo que debería hacer todo país organizador. Sobre todo si pertenecen a una dictadura.
–¿No hiciste zapping con ShowMatch o CQC?
–No. Cuando tengo sueño no bailo. Me acuesto y listo. Además, como diría William Boo: “Me siento un extraño en mi propio cuerpo”. Yo me voy a dormir a las ocho de la noche con un caldito. Me levanto al otro día a las doce con un whisky y me acuesto otra vez hasta las cuatro de la tarde… y así es mi vida: voy hacia la autodestrucción. Pero, a diferencia del resto de la humanidad, yo lo tengo claro.
–¿Sabías que Juanse, de los Ratones Paranoicos, se sintió tocado con tu caracterización de Pomelo?
–Ah, no sé. Para mí, Pomelo tiene identidad propia. Uno cuando hace un personaje le da eso, una vida. Sea cierto o no que Juanse se sintió tocado, la gran influencia de Pomelo es otra: un mix entre Lilita Carrió y Alfredo De Angeli.
–Diego: ¿compartís la religión de Yaco Pastorius?
–Yo también soy agnóstico; después, están los agnolotis, los ravioles y los sorrentinos. Pero creo en la descomposición del cuerpo. En mi religión, el alma se separa del cuerpo… porque, al pudrirse, no aguanta el olor.
Buscando al Emo. Cuando abre la puerta de su casa de Barracas, Diego Capusotto no es ese histriónico que conocemos en la tele, sino un tipo más bien serio. Es nuestro segundo encuentro y el hombre no tiene ganas de nada. Ayer, martes, estuvimos en el back de su programa y eligió pasar la charla para hoy: “Estoy cansado con el regreso del programa, no tengo tiempo de nada… Pero dale, veníte. Con ustedes aunque sea me divierto”. Y habrá que creerle a un tipo que, lejos de las reglas del marketing, ni siquiera asistió al lanzamiento del DVD de Peter Capusotto y sus videos, o sea, su propio programa.
“Pasá, sentáte”, dice, algo frío. Le pregunto si responde al estigma del cómico que en su vida es algo depre o directamente mala onda. “Yo soy un ortiba, salvo cuando voy al dentista. Ahí sí soy copado: voy cantando. Pero vos al cómico le tocás el culo y le cambia el humor…”, rompe el hielo. Después va a empezar con una serie de delirios y cuenta su experiencia en la batalla entre floggers, emos y raperos.
–Ese día pasaba por el Abasto con mi familia –su mujer, María Laura, y sus hijas, Eva (5) y Elisa (9)–. De Vietnam a esta parte, fue lo más fuerte que viví. Me conmocionó un chico que se sodomizaba y cómo le cortaban la cabeza a un Blogger. Me quise meter, pero la violencia llegaba hasta el límite.
–¿Cuál de las dos tribus te pareció más peligrosa?
–Las dos son muy violentas. Mis nenas participaron de la pelea, porque odian a los emos y a los floggers. Incluso le patearon la cabeza a un emo.
–Diego: muchos dicen que para trabajar en Canal 7 es necesario hacer mucho lobby. ¿Cómo fue tu caso?
–Yo “lovi” a todos en Canal 7. Sobre todo porque no tengo problemas de vista. Agradezco hacer “lovi”, ya que tengo buena vista.
–¿Te pidieron que fueras a algún acto de Cristina?
–No me pidieron porque soy el que le escribe los discursos. Entonces, no tengo tiempo.
–¿Es cierto que dijiste que Kirchner era igual a Menem pero con Derechos Humanos?
–No lo voy a desmentir, pero en esa misma nota también dije que éste era un gobierno del que yo me sentía mucho más cerca. No sé por qué tipo de “lobby” o “lovi” decidieron omitirlo.
–Sos un peronista poco ortodoxo. Incluso parodiás a Perón. ¿Sabés que muchos consideran eso como un sacrilegio?
–Me encanta ser sacrílego. Además, no soy ortodoxo en nada. Como diría el General, soy heterodoxo, contemplativo y tendencioso… no ortodoxo. Yo soy peronista, pero de los de Balbín.
–Algunos te señalan como un futbolista frustrado…
–Me hubiera gustado ser el Diez de la Academia. El tema es que no se dio y fuimos para otro lado. También quise ser motonauta, pero no se me dio. Y me hubiese encantado viajar en el Challenger, pero finalmente desistí… por suerte.
–Yo soy hincha de Racing… ¿Creés que te hubiese insultado si llegabas a Primera?
–El tipo que no putea en una cancha de fútbol es porque, en ese momento, está siendo víctima de un ataque cerebral. Claro que nadie lo ve tirado en el piso, porque están todos puteando.
–Ah, entonces te la hubieses bancado…
–Sí, pero lo que más me hubiese gustado es que me apriete la hinchada, para poder investigar la sexualidad entre hombres… Pero, ojo: sin llegar a ser trolo.
Capusotto, el último genio del humor. Peronista, hincha de Racing y baterista, dice “solo soy copado cuando voy al dentista”.
Pomelo (y su “rockanrollnana…”) convirtió a Peter Capusotto y sus videos en un programa de culto, que logró que los lunes a la noche Canal 7 supere a América. Emo es un personaje triste, que vive bajo una duda existencial permanente. Yaco Pastorius es el pastor que nunca logró un milagro, “porque Dios te ayuda cuando tiene ganas”.
“La pelea de los emos y los floggers fue muy violenta. Tanto que mis nenas de nueve y cinco años participaron de la lucha. Los odian. Incluso le patearon la cabeza a un emo”