La frase de Joan Manuel brotó espontánea durante una entrevista en nuestro país, donde vinieron a presentar el tour No hay dos sin tres. Tal noticia coincide con las dos décadas de amor que unen al andaluz (70) con la peruana Jimena Coronado (50).
“Ya que Europa viene tan convulsionada con lo uno y lo otro, nos planteamos: ‘Ey, mejor vayamos a la Argentina, que allá todo anda más tranquilo’. Aparte, un amplio sector de nuestro corazón es argentino”, bromearon y luego se pusieron serios desde el Movistar Arena de Buenos Aires, iniciando a continuación uno de los dos shows con que los “pájaros” Sabina (70) y Serrat (75) regresaron a nuestro país para iniciar el tour que vuelve a reunirlos como en 2007 y el ‘12: Hablamos de un concierto de 174 minutos cargado de imprescindibles e imperecederos clásicos mutuos, que acercará nuevos capítulos el 7 y 8 de noviembre en Villa Crespo y el 13 en el Orfeo Superdomo de Córdoba.
Entretanto, durante una de las pocas notas que concedieron (en el caso, a Tatiana Schapiro, de InfobaeTV) revelaron sin querer queriendo ciertos gratos momentos que acaban de experimentar: “Hace dos días recibí una sorpresa muy grande, que prometí no comentar”, confesó a medias Joan Manuel. “¡¿Qué te cuesta admitir: ‘Cuando Sabina me dijo que sí a esta gira’?!”, lo toreó el andaluz. “Otra... Pero de Joaquín sí voy a contar cuando hace pocos días le pidió casamiento a Jimena (Coronado, 50, su pareja desde hace dos décadas). Se arrodilló y le regaló un anillo”, detalló el catalán ante la sorpresa –y aprobación– de su compañero de carrera y de vuelo, quien confirmó la noticia y nos inspiró a buscar en el archivo una entrevista que GENTE le realizó allá por 2009, en la que Joaquín hablaba de su relación con “la peruana que duerme conmigo”, como repetía desde su casa de Madrid…
–¿Cuánto tuvo que ver ella, la peruana que duerme con usted, en su recuperación?
–Mira, si la Jime no me hubiera quitado de la mano cosas que avanzaban derecho a atentar contra mi salud, si no hubiera tratado de saber adónde iba por las noches, a lo mejor ahora no estaríamos aquí hablando, chaval.
–¿Entonces lo ha curado, lo ha salvado, el amor?
–Ejé. A mí, que me atraen el malditismo y los poemas, las canciones y las películas escritos en el límite de la normalidad, me da pudor decirlo de una. No obstante, a pesar de las tormentas, los vendavales, los tifones y los tsunamis internos, debo reconocer que este tipo de mínimo orden doméstico me ha salvao la vida.
Fotos: Julio César Ruíz, gentileza Guadalupe Faraj y Archivo Editorial Atlántida.
Agradecemos a Agostina Mentasti y Raquel Flotta (Prensa & Comunicaciones), a Jorgela Argañarás (JA! Comunicación) y a Lola Barredo (Lol Comunicación Creativa).
