Sergio Sánchez, el amigo cartonero del papa Francisco, cuenta qué pasó puertas adentro del Vaticano en el funeral y revela cuál fue el regalo más grande que le hizo Bergoglio – GENTE Online
 

Sergio Sánchez, el amigo cartonero del papa Francisco, cuenta qué pasó puertas adentro del Vaticano en el funeral y revela cuál fue el regalo más grande que le hizo Bergoglio

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Entrevistado por Revista GENTE, el miembro del MTE da detalles de su relación con el sumo pontífice recién fallecido y habla de cómo ayudó durante su papado a los excluidos y descartados. "Francisco nos dejó el mensaje de que hay que seguir luchando por los pobres del mundo", dice.
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Sergio Sánchez encontró en el papa Francisco una voz, una voz para llevar su mensaje: no se olviden de los excluidos. Y fue de la mano del exSumo Pontífice que recorrió el mundo con ese lema. Estuvo en Brasil, Bolivia, Chile, en algunos países de África y visitó el Vaticano en fechas claves (fue de los pocos argentinos que estuvo en su asunción y en su funeral).

Hace pocas semanas estuvo en Roma para decirle adiós a una de las personas que más lo ayudó en los últimos años. Dicen que llegó antes que el presidente Javier Milei (que arribó ya cuando habían cerrado el féretro) y que se pudo despedir. "Me hicieron entrar por el primer cordón. Pasé yo, estuve un rato... Había crucifijos para rezar... Cuando salgo, veo que atrás venía una comitiva con el presidente de Francia", dice y bromea: "Primero, Argentina, segundo, Francia". Al tiempo que alardea de la cantidad de entrevistas que le hicieron en Italia ("Fueron como 17 en un día").

"Habían 400 mil personas, creo que más presidentes y reyes que en otras ocasiones. Fue un privilegio ser parte de esa familia, que hoy se rompió y se abrió. Tras la partida de una persona querida es difícil volver a encontrar el camino. Ojalá que su sucesor siga por la misma línea y no se olvide los excluidos", dice Sánchez, sentado en una oficina en el primer piso del predio de cartoneros en Parque Patricios donde se recuperan de 900 mil a un millón de materiales descartables por mes.

De fondo se ven miles de cartones apilados, botellas de plástico, máquinas y personas trabajando. En el centro está el altar de la Virgen cartonera, hecho con materiales reciclados. Además de cartón, con latas de gaseosas y papeles. "Fue bendecida por Francisco a distancia", cuenta orgulloso Sánchez, sobre uno de los tantos obsequios que le hizo Bergoglio.

Imagen de Sánchez, en el predio de cartoneros con la Virgen cartonera, que fue bendecida a distancia por Francisco.

Además de a la Virgen, el expapa bendijo un carro entero de cartoneros con el que Sergio viajó a Roma e hizo una peregrinación por el Vaticano con las ofrendas de todos sus compañeros de trabajo hasta la Basílica de San Pedro. También, fotos gigantes, cuadros, libros, platos y otras cosas que atesora en la casa de su madre, una creyente ferviente ("Mi madre es muy fan de Francisco y le reza a todos los Santos que hay. No necesito orar, ella lo hace por mí"). Aunque, para Sánchez, el verdadero regalo que le hizo Bergoglio no tiene que ver con lo material sino con haber bautizado a su hijo Francisco en Roma. "Tuve ese honor. Me regaló todas las fotos del bautismo. Francisco se puso muy triste con su partida", relata.

-¿Cómo nació tu relación con el papa Francisco?

-Mi relación con Bergoglio data de hace muchos años, creo que del 2003 o 2004. Nos conocimos en unas misas que hacía todos los años para pedir por los pobres. No solamente por cartoneros, sino por el tema de trata, por el trabajo excluido, por los costureros, por los vendedores ambulantes. Todas esas personas que estábamos excluidas y que él empezó a juntar en esa plaza de Constitución. En los primeros momentos se trataba de trata y de trabajo infantil, y después empezamos a construir con él una relación.

-¿Qué te acordás de él antes de ser Papa?

-Me acuerdo de las andanzas con Bergoglio. Lo acompañábamos a una misa, e íbamos a dónde él estaba. Hubo un hecho muy triste, cuando quedaron cinco chicos carbonizados, una familia entera costurera... Estaba todo clausurado y fuimos a la puerta con él a hacer una misa. Pero él recorría lugares, a veces lo acompañábamos y otras iba solito. Siempre fue humilde, se movía en colectivo y nunca cambió de postura. Hemos llegado a acompañarlo a la Iglesia de los inmigrantes, donde se hacía misa por los excluidos, por el trabajo.

-¿Qué te pasó cuando te enteraste de que había sido elegido como Sumo Pontífice?

-Cuando se pronuncia quién iba a ser Papa... No lo esperábamos, pero cuando vimos ese humo blanco que muchos estábamos esperando... Fue Francisco, el nuevo papa. Nunca imaginamos que podía pasar. De un momento a otro, me llegó una invitación, una carta, donde me invitaba a ser parte de la delegación para que viajara en el lugar de su familia.

Encuentro en Brasil, donde Francsico recibió la cruz hecha de cartón, en 2013.

-¿Y así arrancaron tus viajes a Roma?

-Sí. Tuve la suerte de que participaba en la Red de los recicladores del mundo y tenía el pasaporte. Pude llegar a la asunción en el lugar de la familia. Lo lindo de todo eso era ver pasar reyes, presidentes y que sus lugares eran más lejos de donde yo estaba... También, darle honor a nuestra ropa de trabajo y vestirla en eventos así.

-¿Como un mensaje?

-Él siempre reconoció que no quería que seamos los descartados del mundo, sino que quería que se reconociera el trabajo informal y logramos eso con esa vestimenta al lado de él. Logramos darle dignidad a nuestro trabajo.

-Y desde ahí, el vínculo siguió...

-Pasaron los tiempos, estuvimos en el 2013, en Brasil, donde reconoció a la juventud cartonera. Fue algo muy importante. Estaban los obispos, de este lado, y estábamos todos los recicladores, del otro, y él, en el medio. Como siempre, cuando terminaba esas misas, entraba y saludaba a todo el pueblo, a nuestra juventud. Tuve la suerte de, con los movimientos sociales por las 3T (Tierras, techo y trabajo) de seguirlo por el mundo. Estuve en Bolivia, en Paraguay, en Chile.

Del "Hagan lío" al pedido al papa León XIV de que no se olvide de los pobres

Sánchez, cuenta que Bergoglio siempre filtraba en sus discursos un mensaje para los que "entendían" y los motivaba a seguir luchando.

Sergio habla con soltura y nunca abandona su mensaje: los excluidos y los pobres siguen necesitando ayuda. Más allá de la partida física de Francisco, Sánchez, confía en que su sucesor siga con la misión que comenzó Bergoglio. "Lo que nos dejó Francisco es el mensaje de que hay que seguir luchando por los pobres del mundo", dice.

Al momento de la nota, todavía no había sido elegido el nuevo Papa, sin embargo Sánchez, ya tenía una mirada. "Ojalá que el que sea elegido venga del alma de Francisco", dice y, con la elección de León XIV, su pedido, de alguna manera, se hizo real.

-¿Te hizo regalos Francisco?

-Tuve la suerte de que se hizo real lo que habíamos hablado en Bolivia. Me dijo que me quedara tranquilo, que iba a bautizar mi hijo, como mensaje, para todos aquellos compañeros cartoneros, hijos de cartoneros, e hijos de inmigrantes, de que para bautizar a una persona no se necesitaba de tanta burocracia.

-¿Cómo fue ese momento?

-Lo bautizó en Roma donde lo llevé. Se llama Francisco, en su honor. Con todo esto seguimos escuchando la voz de él, los discursos de él, en los que siempre nombraba y hablábamos de los descartados del mundo. Nuestra organización quedó muy triste con la pérdida de un gran guía espiritual para el sector, el sector de todos los trabajadores que son informales. Él siempre luchó por los descartados del mundo. Por más que fuera argentino, sabíamos que su mensaje era por el mundo. Él siempre decía: "Sigan peleando, sigan peleando por los que siguen excluidos, no paren" y me miraba con esa sonrisa y agregaba: "Hagan lío".

-La frase icónica de Brasil...

-Eso. "Hagan lío organizado", porque la organización era parte pionera del movimiento MTE (Movimiento de trabajadores excluidos) con otros grupos más importantes de compañeros (algunos quedaron en el tiempo, otros murieron)... Los que quedamos seguimos luchando por el trabajo en la inclusión social, por ayudar al otro, pensar en el otro... Siempre llevamos el mensaje de Francisco y lo que nos dejó tras su partida es la fuerza por seguir peleando con las consignas de él, por las tres T. Por más que él no esté físicamente, espiritualmente va a seguir estando para todo el grupo de los que siempre creímos en Francisco y en su legado.

Sergio, junto el altar que bendijo Francisco, cuenta que el carro que llevó al Vaticano lo tiene guardado.

-¿Qué pasará con el nuevo Papa?

-Esperemos que sea alguien que crea en la misión de Francisco y que no se olvide de los pobres, ni de los que son excluidos y descartados.

-¿Cómo era tu relación personal con él?

-La relación personal... El único momento en que tuve un poco más de diálogo fue cuando bautizó a mi hijo. Charlamos un rato y le dije que nosotros íbamos a seguir con la lucha y que no se olvidara del país, ni de los pobres del mundo.

-¿Sentís que cambió al convertirse en Papa?

-No, nunca cambió. Cada vez que fui, en cada encuentro que tuve, cada vez que lo vi, nos abrazamos... Hasta en Bolivia, con Evo Morales, con cantidades de personas, él trataba a todos por igual. No importa si era un presidente. Así mostraba su humildad de saludar primero a una persona cartonera, considerada como su familia, antes que a un presidente. Eso habla muy bien de la persona y él nunca cambió. Y así como vino, casi sin nada, se fue sin nada. Nosotros notamos el cambio en la gente y en la Iglesia.

-¿Cuándo fue la última vez que hablaste con él?

-Hace rato que no lo veía, ni hablaba. Pero nosotros sentíamos el mensaje y siempre teníamos a alguien que nos mandaba a decir, nos mandaba una carta. Nos bendijo la comida del 24, nos mandó una carta bendiciendo a toda esa gente que estaba en situación vulnerable y que, entre las agrupaciones y las organizaciones, hicimos posible que esas familias, más de 3000, se sintieran como en su propia casa. Hubo 1500 voluntarios que trabajaron para que esa noche la gente tuviera una Navidad distinta.

Sergio pide que suspendan un ratito la planta para charlar con Revista GENTE, y cuenta que hay cuatro turnos y nunca dejan de trabajar.

-¿Le llevaste una cruz hecha con cartón?

-Fue la juventud cartonera. Le llevamos un cofre con una cruz de cartón hecha por las manos de compañeros. Él siempre cuando hacía un discurso metía una frase para los que sabían el mensaje, de que a la lucha no hay que abandonarla. Creo que a la organización y al movimiento les dejó una fuerza de lucha, porque la espiritualidad es muy importante para los que creímos en él.

-¿Qué mensaje concreto les dejó?

-No abandonar esto. No sabemos quién va a ser el nuevo Papa, pero ojalá sea alguien que escuche a aquellas personas que siguen excluidas en un mundo diferente y que se sigan ayudando a aquellas personas que quieren cambiar.

-¿Cómo te imaginás el próximo papado?

-No pedimos que sea igual, quisiéramos que sea mejor. Pero no creo que consigamos un Papa como el que teníamos. Espero que sea similar y que pelee por los mismos derechos y por el mismo legado que él dejó. Francisco peleaba por una consigna real no por una fantasía.

-¿Siempre fuiste creyente?

-Yo soy católico, creyente. No tengo los tiempos religiosos como para ir a una iglesia, excepto cuando iba a esos lugares. Gracias al Vaticano y a la Iglesia pude estar en esos momentos cerca del Papa, lugares que ocupan los obispos en general.

-¿Qué representa la Virgen cartonera?

-La tenemos acá abajo, donde muchos de nosotros, casi 2000 cartoneros, recordamos la visión del Papa y cuál puede ser nuestro destino. Nosotros siempre decimos: "Si ven a alguien en la calle tirado, pongan la mano para preguntar qué pasa. No hagan lo que hacen muchos fieles que van a la Iglesia y encuentran a alguien al costado tirado y pasan y es como que no ven a nadie".

Fotos y video: Ramiro Palais

 
 

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