A punto de cumplir 46 años de edad, treinta en la radio y veinte en la tevé, llega al streaming con Casi feliz, programa de Netflix de su autoría, que protagoniza con Natalie Pérez. Entretanto, sorprende contestando un cuestionario hecho a su medida.
“Estrenamos Casi feliz el viernes 1º de mayo, Día del Trabajador”, anticipa sobre la serie semi-autobiográfica de diez capítulos de media hora, dirigida por Hernán Guerschuny (también ideólogo del ciclo), en la que Wainraich encarna a un comediante y locutor de radio que ‘casualmente’ se llama Sebastián, y viene afrontando “los obstáculos de su adultez”. Entre una relación complicada con su gran amor (la ex esposa –Pilar/Natalie Pérez–) y una lista larga de inseguridades, el hombre no consigue encontrar la felicidad dentro de una vida casi perfecta.
“En la realidad yo no me separé –llevamos dieciocho años desde que nos conocimos con Dalia (Gutmann, 42, comediante, con quien tiene dos hijos: Kiara, de 12, y Federico, de 11), ni cargo con tantas inseguridades como el personaje que interpreto”, informa el caballero nacido en Almagro y criado en Villa Crespo acerca de la inminente apuesta de Netflix que, producida por HC Films y Tiger House, contará con apariciones especiales de Juan Minujín, Carla Peterson, Julieta Díaz y Adrián Suar… Entretando, ya fuera de la rigurosa actualidad, se anima a un pequeño pero revelados ping-pong con el periodista:
–Avanza hacia las tres décadas de carrera (desde su debut en una radio de barrio) y dos (desde su surgimiento televisivo en Indomables). Cuando era chico, ¿qué actividad se imaginaba desarrollar?
–De verdad, yo soñaba vivir de esto.
–¿Qué es usted? ¿Comediante en vivo, actor, personalidad de la radio, guionista, escritor...? ¿O Wikipedia miente?
–Sé que soy lo que nombraste. Lo que no significa que sea bueno en todo eso, o en algo de todo eso.
–¿Cuáles recuerda como los mayores obstáculos que debió sortear en su vida?
–La muerte de mi hermano del medio, Diego (tiene uno mayor, Raúl, hoy de 53), por una enfermedad, cuando sumaba 25 años y yo 19 (los tres, hijos de Marta, 73, y José, 75). Atravesar aquel dolor, sin dudas. Ese dolor deja muy chiquito al resto. Cualquier obstáculo posterior fue un motor para avanzar.
–Va a pasar su cumpleaños 46 en aislamiento, por la pandemia a causa del Covid-19. ¿Cómo imagina ese 23/5?
–Ehhhh, ¿vos decís que seguiremos en...? Claro, hasta el 10, confirmado. No sé de qué manera nos encontraremos. Calculo que no podremos celebrarlo como de costumbre. Pero no nos adelantemos: el 3 de mayo viene el de mi hijo. Primero hay que ver cómo resolvemos el de Fede.
–¿Alguna bronca que desee declarar antes de despedirnos?
–Sí, no haber llegado al metro setenta. ¡Me clavé en 1,69!
Fotos: Gentileza Netflix
Agradecemos a Melisa Silva (Mazalán Comunicaciones)