Salud pública inclusiva: México abre la primera clínica para personas trans con trabajadores transgénero – GENTE Online
 

Salud pública inclusiva: México abre la primera clínica para personas trans con trabajadores transgénero

El hospital cuenta con dos médicos generales y cuatro especialistas, teniendo un total de 32 trabajadores, de los cuales son 11 mujeres y hombres trans.
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Recientemente, México dio un paso histórico para la inclusión en el colectivo LGBTIQ+ con la inauguración de la primera clínica pública para personas transgénero. Las instalaciones fueron una promesa de campaña de la alcaldesa Claudia Sheinbaum, y cuenta con 32 trabajadores, de los cuales son 11 mujeres y hombres trans con quienes se busca generar confianza a los usuarios.

La clínica está instalada en un edificio de dos pisos en el centro de Ciudad de México, y cuenta con dos médicos generales y cuatro especialistas. El proyecto nace bajo el propósito de acabar con la confusión y el rechazo que suele sufrir la comunidad trans cuando busca atención médica.

En este marco, según indicaron del establecimiento, en seis semanas de funcionamiento, la clínica ha recibido a unas 200 personas, que en su mayoría buscan atención psicológica para iniciar tratamientos hormonales y cambiar de sexo.

Alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum

Una atención inclusiva

Respecto a la correcta atención del personal de salud con personas del colectivo LGBTIQ+ podemos señalar que la falta de educación sobre sexo y diversidad hace difícil que las instituciones de cualquier índole puedan verse capaz de contener a personas "queer" (término utilizado para referirse a la identidad sexual o de género que no corresponde a las ideas establecidas de sexualidad y género)

“No todos los centros de salud tienen la capacidad o están familiarizados con la comunidad trans.  Muchas veces los pacientes trans se sienten discriminados o tienen miedo al maltrato”, aseguró Erika González, coordinadora de la clínica. 

Karim Gutiérrez, un enfermero que trabaja en la clínica, sabe muy bien lo que se siente al ser discriminado por ser transgénero, lo que ayuda al tratar con los pacientes: “pueden recibir tratamiento sin preguntas como ‘¿qué eres?’ cuando realmente somos personas”, reflexionó el trabajador de la salud.

En ese marco, eso supone una gran diferencia respecto a otras clínicas en las que los pacientes trans “se sienten violentados, excluidos y discriminados”, afirmó Oyuki Martínez, activista y asesora del centro de salud, y destacó: “La comprensión de los compañeros genera confianza, empatía y calidad de servicio”.

Y así lo confirma Sandra Montiel, una trabajadora sexual de 43 años en Ciudad de México, quien dio un duro relato al contar que se encontró con problemas para que atendieran a una amiga trans de Montiel.

Sandra detalló que su amiga desarrolló una infección luego de inyectarse biopolímeros en los glúteos y debía ser revisada de urgencia, sin embargo, en otros hospitales, “ni siquiera querían tocarla, revisarla o limpiarla, y eso es discriminación”.

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