Ataques de pánico, ansiedad, depresión y, el más dramático y reciente hecho en uno de los exparticipantes de Gran Hermano, "intento de suicidio". Problemas de salud mental que vienen siendo tema de conversación y discusión, tanto en los medios de comunicación tradicional como en las redes sociales.
Bajo ese marco, en diálogo con GENTE, la terapeuta de niños, adolescentes y adultos Elvecia Trigo (MN 5442) explora la relación "sadomasoquista" de los jóvenes con la fama, tras participar en reality shows como GH en esta era donde las redes sociales generan un impacto avasallante en la nueva vida de estos personajes.
"Hay que pensar en qué contexto social, económico y político está la Argentina, y en ese sentido la palabra disloque es muy interesante, porque no hay nada seguro hoy día. Todo es incertidumbre, todo es imprevisible, no hay certezas de ningún tipo, y entonces los jóvenes que van a estos reality shows vienen de una construcción subjetiva con grandes baches, y sobre todo falta de confianza en su propia autoestima", analiza la especialista.
Y explica: "Cuando lo jóvenes tienen problemas en su construcción subjetiva, están vulnerables a los efectos de la fama y encandilados con las falsas promesas de éxito rápido que ofrece la popularidad. No pueden ver las consecuencias que van a provocar en su frágil andamiaje, a saber: angustia, crisis de pánico, desmayos, terrores desconocidos, falta de concentración, desorientación, actings, flagelación, ideas de suicidio o intentos, enfermedades en el cuerpo".
Respecto a la necesidad de acompañamiento psicológico durante y después de cada reality show, Trigo sentencia: "Evidentemente no se tiene en cuenta si estos jóvenes están en condiciones o no de encarar lo que sería la competencia que va a haber en un reality, la exigencia en cuanto a quedar expuestos y la exposición a la cual van a estar sometidos".
Reality shows: los "llamados de atención" y la salud mental expuesta de los participantes
Tras ser consultada sobre los problemas de salud mental que transitan -expresados por los propios participantes casi como un pedido de auxilio-, Elvecia señala que "son síntomas de alguna manera que responden a llamados de atención".
"Cuando hablo de llamadas de atención, porque por ahí hacen actings con esto de desflagelarse, pueden tener también trastornos de desorientación, pueden haber reacciones en el cuerpo, pero sobre todo, los estados de ánimo son muy cambiantes, están deprimidos, están contentos...", ahonda la psicoanalista.
Sobre el lado B de la fama, la frustración, la exigencia, el ninguneo y los haters, Trigo señala que "nadie" se ocupa mucho de la salud emocional de los participantes, quienes luego son invitados a formar parte de programas u otros reality shows: "Antes habría que ver si están preparados o no para afrontar nuevamente ese camino, yo diría otra batalla campal".
Y argumenta: "Porque si aparecen todos estos síntomas, sobre todo las crisis de angustia, los llamados ataques de pánico, la ansiedad, porque el deseo siempre es querer ganar, y si la expectativa es ganar, por ahí con esta precariedad funcional, con estas dificultades en el armado y su construcción emocional, evidentemente los jóvenes no van a tolerar la frustración, la exigencia, el ninguneo, los haters, es como que no van a tolerar todo lo que va a pasar ahí adentro".
En este sentido, y tomando como punto de partida el ataque de pánico en vivo que sufrió Tomás Holder en el Bailando o las declaraciones de Coti Romero en cuanto a su difícil momento personal y emocional, por nombrar algunos, la especialista amplía la discusión hacia todas las partes involucradas.
"Si alguien durante el reality se descompensa, evidentemente sería interesante sacarlo del juego, para protegerlo. Porque si vos tenés un agujero y seguís exponiéndote, el agujero va a ser cada vez más grande, con lo cual vas a tener menos contención interna para resolver y pensar lo que te pasa", plantea Elvecia Trigo.
La Licenciada en Psicología agrega: "Me parece que tenés acá dos actores muy importantes: un actor es el joven con toda su precariedad, en busca de esta salida mágica que va a solucionar sus problemas, o emocionales o económicos o sociales, y el otro actor es quien convoca al participante y a veces es su objeto de uso con el rating como fin".
El "débil andamiaje emocional" y la fama: "Están desesperados porque alguien los sostenga, los mire y los quiera"
Sobre esa línea, Trigo remarca: "El joven de hoy necesita los likes, la respuesta aprobadora, la mirada del otro, porque tiene una dependencia completa respecto del otro, pero completa esa necesidad de ser querido, y entonces termina siendo esclavo de esos likes, esclavos de sus historias, esclavos del otro".
"Estos chicos están en una marginalidad emocional. Evidentemente están desesperados porque alguien los sostenga, que alguien los mire, que alguien los quiera. Están desesperados", expresa al referirse sobre los peligros de que exparticipantes se expongan nuevamente.
A su vez, la especialista señala que el problema no es participar de un reality, sino la preparación o armadura emocional con la que cuentan, que en la mayoría de los casos es nula. "Por lo que se ve, son pocos los participantes que tienen bastante claro como diferenciar lo posible entre el deseo y las posibilidades reales de poder concretarlo", analiza sobre las recientes figuras que se incorporaron rápidamente en el medio argentino.
"Acá se juega mucho la frustración. Si el yo no es fuerte, no tolerará la frustración, entonces se flagela, se deprime, se somatiza. Cuando el aparato psíquico no logra resolver el conflicto, estás en el tapete, están todas las crisis de angustia, los ataques de pánico, todo este tipo de síntomas, que hay que trabajarlos", explica desde su mirada por lo que estarían transitando los Gran Hermano.
Y aclara: "Si uno trabaja estas cosas a tiempo, por ahí se subsana. Dependerá también la tela y las ganas que tenga el joven de querer enfrentarse a sus dificultades. Dicen que el miedo no es zonzo, a veces no hay muchas ganas de enfrentarse".
Los likes, la popularidad y la angustia
En cuanto a los problemas de la fama, Elvecia menciona que el joven que se siente famoso está envuelto en un "espejismo traicionero, una fantasía cuasi delirante donde el yo está engolosinado. Donde todas las angustias e inseguridades pasan a segundo plano, tapadas por la admiración o atención del otro".
“Me miro y me reflejo en la mirada y el like del otro, el otro es mi tanque de oxígeno, no vivo sin su respuesta aprobadora. Ya no soy yo, dependo totalmente de que el otro me responda y me quiera. Necesito de su aprobación, soy esclavo de la voluntad del otro. Ya no soy una persona, soy un ente”, analiza.
En el transcurso de la búsqueda de esta popularidad, la experta señala que podría significar “que los otros me afirmen en mi existir”. "Los jóvenes lidian con su angustia, por no haber podido a lo largo de su crianza construir su propia la columna vertebral de sostén, de su ser. Y esto se pondrá en marcha cuando no logren el anhelo tan buscado: ser el ganador o alguno de los 'elegidos' por las redes durante el juego. Si el andamiaje era débil, ésta emoción de fracaso o frustración será demoledora para el participante, quien comenzará a transitar los síntomas ya mencionados entre otros", cierra Elvecia Trigo en su análisis.
Los problemas de salud mental que sufren los ex Gran Hermano
Muchos han sido los testimonios de los exparticipantes de la última edición de Gran Hermano. "Lo de Maxi me shockeó. Estuve en una situación parecida y tuve que ir al hospital", rememoró Coti Romero, quien hace poco contó su verdad respecto a la complejidad que atravesó en relación a su salud mental.
Por su parte, en diálogo con LAM (América), Alexis "El Conejo" Quiroga, amigo de Maxi Giudici, analizó: "Es difícil salir de GH y no caer. Te empezás a frustrar. Las parejas fluctúan. Terminás explotando".
Además, la ex de Maxi, Juliana Díaz, quien fue clave a la hora de rescatar a su exnovio del intento por quitarse la vida, admitió: "También tengo ataques de ansiedad". Consultada en el programa conducido por Ángel de Brito sobre si habían recibido contención tras el episodio, la participante de Bailando 2023 respondió: "Nadie del canal o de la producción de GH se contactó para preguntar cómo estaba. La única persona que me llamó fuiste vos, Ángel, y el Chato. Es una cuestión de humanidad, de ser humano".
Si creés que necesitas acompañamiento o si te preocupa la situación particular de alguien que conocés, podés comunicarte de manera gratuita al 135 o al 0800-345-1435 desde todo el país.