“Mañana empiezo a correr”. Esta frase tan común suele ser verdadera pero tiene su talón de Aquiles: la mayoría que se lo propone lo cumple pero con el tiempo abandona. Salir a correr sin un objetivo claro, realizar siempre la misma actividad, no tener un esquema de días y horarios atenta contra la continuidad.
Por eso, los entrenadores suelen insistir en poner objetivos para lograr un progreso en el entrenamiento. Por ejemplo, agregar día a día unos minutos más o una distancia más larga al recorrido.
“Una y otra vez hay que insistir en que la progresión y la constancia son los dos pilares del buen entrenamiento. Para conseguir esto se necesita tener una organización, una agenda y, como dijimos: objetivos. Para un corredor avanzado la meta será correr un maratón o alguna otra carrera que represente un desafío y necesite un esfuerzo", explica el maratonista Santiago García.
"Para un inicio, el objetivo será sumar un día más de entrenamiento, no saltarte los ya establecidos o correr un kilómetro más que la última vez que salió. En la medida que signifique un reto, todo objetivo sirve”, agregó.
En este sentido, el autor de los libros “Aprender a correr y Correr para vivir, vivir para correr” expresó reiteró la importancia de correr de forma progresiva.
“Todos empezamos corriendo una vez por semana y seguramente mucho menos de lo que hoy corremos cada día en el que salimos. Pero en su momento, ese día nuevo que sumamos fue una meta que nos llenó de orgullo poder alcanzar. Hicimos bien en alegrarnos, cada avance es producto del esfuerzo y la tenacidad. El running es generoso: si uno se esfuerza, el resultado aparece”, expresó.
Las carreras, el gran objetivo de los corredores
Las maratones son la manera más desafiante pero a la vez más sencilla de mentalizarse para alcanzar una meta. “Si quiero correr un 10K, deberé tener varios meses de entrenamiento. Para pasar a 21K lo conveniente es haber pasado al menos un año entrenando y tener experiencia en carreras de distancias más cortas”, indicó García.
Además, hay cuestiones claves para conseguir cumplir los desafíos: ser realistas a la hora de plantearse un camino y conocer los propios límites. “Si un corredor de cincuenta años que nunca corrió en su vida dice que va a entrenar para ganar el maratón de Berlín, es prácticamente un hecho que no será posible”.
A raíz de la pandemia, las maratones se suspendieron y dejaron a los runners sin una de sus actividades claves para el cumplmiento de metas.
En casos así, García recomendó focalizar las metas en los entrenamientos: “Sumar más kilómetros, mejorar el ritmo de los entrenamientos, estudiar la técnica para poder correr mejor, fortalecer todo el cuerpo para obtener un estado físico más fuerte y menos propenso a las lesiones".
"Mejorar, buscar, encontrar un camino que nos mantenga en movimiento”, indicó en una nota publicada en Infobae.
Así, los objetivos y las metas son una pieza fundamental para mantener la motivación. “Cuando un corredor sabe a qué aspira, el entrenamiento se hace con una fortaleza mental extra. Por eso también es importante llevar un registro de los entrenamientos y tener un plan detallado”, finalizó.
