Viajó para aprender gastronomía y descubrió que la experiencia de algo simple tiene un fuerte impacto en los consumidores. Pablo Massey (58) nació en Buenos Aires, donde tiene dos originales locales de gastronomía. Antes de instalarse en la ciudad aprendió el oficio en diversos lugares: desde Francia hasta Australia.
También estuvo en España e Italia, allí se enamoró de los sabores que más tarde explotó en sus propios emprendimientos. Huellas de la cocina mediterránea, se descubren en cada una de las recetas que sirve en La Panadería de Pablo y en Massey Familia, el almacén de pastas que inauguró a mediados de 2019.
No parece ser un nombre elegido al azar: en muchas ocasiones Massey contó que su amor por lo culinario es una herencia. "Tuve mucha suerte de que en la casas de mi mamá y de mi abuela se acostumbrara a comer bien. Había un cocinero y un ayudante. Había una cocina casual al mediodía, muy bien servida, y una cocina más elegante por la noche", solía contar el chef.
Antes de lanzar sus proyectos, trabajó durante una década con el reconocido Francis Mallmann. Juntos pusieron en marcha diversos proyectos: desde clases de cocina y restaurantes hasta clips de televisión. También tuvo un proyecto de pollos al spiedo con el Zorrito von Quintiero.
Durante su trayectoria profesional se las arregló para buscar proyectos que le permitieran juntar sus dos pasiones: la cocina y los viajes. Así, llegó a asesorar a grandes compañías internacionales y se convirtió en uno de los favoritos de las celebrities a nivel internacional. Y también fue chef en McDonalds. "Cerré mi ciclo haciendo chocolate para ganesha para toda Sudamérica, de México para abajo. Vendimos cientos de miles", recuerda.
Dio clases de cocina y siempre presentó sus cocinas como un espacio de aprendizaje para las nuevas generaciones. Está siempre atento a todo lo que ocurre a su alrededor, más aun cuando se trata de su cocina. Hace años, en entrevista con Joy declaró: "Soy tigre en el horóscopo chino, percibo todo lo que está pasando en el restaurante. Si veo que un plato no está saliendo perfecto de la cocina, lo detengo antes de que llegue a la mesa".
El tenis es otra de las grandes pasiones del chef, que tiene una hija adolescente llamada Juana y una media hermana, Violeta, con quien comparte el amor por la cocina. Ella tiene su propio proyecto de pastelería.