Durante el velatorio del Papa Francisco que se está llevando a cabo desde este miércoles a la mañana en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, llamó la atención la imagen de una monja que rompió el protocolo y se acercó al féretro del sumo pontífice a despedirse. Se trata de Geneviève Jeanningros, una religiosa de 81 años que habría sido íntima amiga del Papa.
El estricto protocolo permitía solo a los sacerdotes y obispos que trabajan en algunos de los dicasterios vaticanos y los cardenales presentes en Roma acercarse al ataúd. Sin embargo, durante la trasmisión del Vatican Media Live, se pudo ver que una monja se acercó a un lateral del féretro. Con una mochila verde en sus hombros y un pañuelo en sus manos, la hermana se quedó varios minutos en silencio, rezando y despidiéndose del Papa, visiblemente conmocionada.
Más tarde se confirmó que se trataba de Jeanningros, una monja franco-argentina de la Congregación de las Hermanitas de Jesús. Tiene 81 años y es la sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas secuestradas durante la última dictadura argentina. Según se supo, la monja era amiga del Papa, se conocieron cuando el ex Cardenal Jorge Mario Bergoglio era Arzobispo de Buenos Aires.
La relación entre la hermana y el sumo pontífice era tan estrecha que él le habría puesto un apodo cariñoso, 'L’enfant terrible', reconociendo su carácter fuerte y su incansable labor por los más desposeídos. Es que, la monja se dedica a asistir a las comunidades más necesitadas de Roma, como las mujeres transexuales, los homosexuales y los feriantes de Ostia, la costa de la región del Lacio, desde hace 56 años.
Desde 2022, cada miércoles, Sor Geneviève llevaba a las audiencias generales a grupos de homosexuales y transexuales a conocer al Papa. Pero su devoción por su comunidad no solo se limitaba a las visitas, sino que también organizaba encuentros donde los más necesitados podían compartir sus historias con el Santo Padre.
"Incluso una fue asesinada poco después de conocer al Papa. Se habían tomado una foto juntos, se la llevé y él rezó por ella", relató Sor Geneviève a los medios vaticanos, recordando cómo el Papa Francisco se solidarizaba con las tragedias que muchas de estas personas enfrentaban.
Gracias a su incansable trabajo, el 31 de julio de 2024, Sor Geneviève logró que el Papa Francisco visitara el parque de atracciones de Ostia, en Roma. En esa oportunidad, el Sumo Pontífice fue a bendecir una estatua en el interior del parque, una imagen de la "Virgen protectora del espectáculo ambulante y del circo". Esta fue una acción histórica que dejó una huella profunda en los corazones de quienes participaron en ese encuentro.
El espacio de noticias de la cadena de televisión española Telecinco compartió detalles de esta mujer: "Hemos sabido que ha trabajado mucho con Francisco, eran amigos y que se dedica sobre todo a ayudar a la gente del circo, ella misma vive en un autocaravana (casa rodante)". Según se supo, vive junto a una compañera monja, Anna Amelia Giacchetto, en el área de Ostia, donde compartía su vida con aquellos a quienes servía.
