El 20 de enero, desde la cuenta oficial de Call Your Mother Deli celebraron que alguien hubiera llevado a Bernie Sanders delante del local. El negocio de despacho de bagels llama la atención por su fachada rosa y fue otro más de los spots donde se vio la imagen del senador, convertida en meme desde el día de su asunción en el Congreso.
Todavía faltaba para que el restó, creado por la cordobesa Daniela Moreira Camia, llegara a los medios internacionales justamente por un hecho ligado a la toma de mando presidencial.
Joe Biden fue reconocido por sus rituales. Entre ellos, el que repetía cada domingo: asistir a misa y disfrutar luego del almuerzo en familia. Su llegada a la Casa Blanca no parece haber afectado esta elección. A la salida de la celebración religiosa buscó un lugar donde almorzar. En cuanto se enteraron, los fanáticos de "Call Your Mother Deli" aplaudieron esta decisión. "Después de cuatro años de un presidente que nunca se molestó en buscar comida en Washington, Joe Biden pide bagels en CYMD en su primera semana. Claramente, la nueva administración tiene un personal con buen gusto", escribió Tim Carman, especialista en gastronomía del Washington Post.
Otra periodista, Laura Hayes –editora de gastronomía en el Washington City Paper–, destacó que el negocio de la argentina ofrece mucho más que un buen producto: "CYMD no sólo tiene bagels increíbles. Son un excelente empleador, que ofrece seguro médico al personal, lecciones de idiomas y más".
Los aplausos no tardaron en llegar. Evidentemente, el sitio tenía algo especial para ofrecerle al flamante presidente de los Estados Unidos. Joe Biden asistió a misa en la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Georgetown. Luego de la celebración, la caravana de autos oficiales hizo una escala a pocas cuadras, justo delante de un local de despacho de comida con una impactante fachada rosa.
Según reportaron los cronistas que seguían el minuto a minuto del primer domingo de Biden como presidente, su hijo Hunter bajó del auto para comprar un bagel en "Call Your Mother Deli", uno de los tres negocios de comida que tiene la cordobesa Daniela Moreira Camia en Washington DC.
En 2020 la argentina –que llegó a Estados Unidos sin saber inglés y consiguió una beca para aprender cocina en el Culinary Institute of America– fue elegida entre los 30 mejores emprendedores menores de 30 años de Estados Unidos. "Soy de Alta Gracia. Hace 10 años me mudé a Estados Unidos. Cuando terminé la secundaria no sabía qué quería hacer. En realidad, sí sabía: quería viajar. No quería estudiar, no quería ir a la Universidad", confesó en charla con Lucas Maizon, de La mesa está servida. Durante la pandemia, la joven también fue noticia por preparar 1.400 desayunos diarios para personal de salud de su ciudad adoptiva.
Entonces, contó cómo algo que había odiado cuando era chica se convirtió en una oportunidad: "Papá me había dicho que tenía que estudiar. Siempre había cocinado, porque mi familia tenía un camping en el que había un comedor donde vendíamos minutas. Odiaba, eso porque durante toda mi infancia y adolescencia tuve que hacerlo mientras los demás paseaban. Pero para estudiar Gastronomía sólo había que cursar dos días por semana. Estaba avalado por la Universidad de Córdoba, por lo que iba a tener un título".
Ahí se dio cuenta de que tenía habilidades. Por primera vez fue "la mejor alumna". Consiguió un trabajo en Córdoba y en su mente iba creciendo el deseo de ganar un lugar en ese ámbito. Tenía la meta de salir de su ciudad y aplicaba a cuanto trabajo y beca pasaba por su vista. Se anotó en un programa de Au Pair (programa para jóvenes que desean alojarse en casas de familias estadounidenses).
"La primera llamada que recibí fue de una familia de acá, de Washington. No sabía nada de la ciudad ni hablaba inglés", recuerda. Trabajaba como niñera y miraba restaurantes. "Fue muy frustrante el tema del inglés", comenta, intercalando palabras en uno y otro idioma. "Encontré una escuela para adultos inmigrantes, gratuita, e hice un programa muy bueno con personas de todo el mundo. Yo quería seguir viajando. Y en la escuela me di cuenta de que no necesitaba seguir viajando para aprender de otras culturas, porque estaba lleno de inmigrantes".
Ahí se enteró de que The Culinary Institute of America ofrecía una beca de dos años con todo cubierto. Estudió dos años y como parte del programa debía conseguir trabajo para ganar currículum. Podía hacer cualquier cosa, tenía mucha libertad. "Puse 'mejores restaurantes de América' y apareció Eleven Madison Park", recuerda antes de contar que por su espíritu competitivo se ilusionaba en trabajar con alguien que ganó los mejores premios del sector. Siguió trabajando con ahínco, pero entre la competencia feroz y cuestiones familiares, la empujaron a volver a la Argentina.
Ya en Alta Gracia y de nuevo entre ollas y sartenes, recuperó su amor por la cocina. "Fue muy difícil volver. Me acuerdo que cuando me fui por primera vez mi papá me había dicho: 'Una vez que te vayas vas a sentir que no sos de un lado ni del otro'. Y es lo que me pasa. Es una crisis constante con la que vivo: cuando estoy acá, quiero estar allá y viceversa", confesó desde Washington, la ciudad a la que describe como "el lugar en el que fui feliz".
De vuelta allí, comenzó a cocinar. Iba a los mercados a comprar sus insumos y allí fue donde conoció a quien hoy es su novio, que hacía pizzas en un negocio movil con amigos. Ellos le propusieron trabajar juntos, pero ella sólo pensaba en aprender el oficio para volver a Alta Gracia a poner un food truck similar. Cada día se admiraba por la alegría y la pasión por la cocina de este grupo. Se convirtió en la chef de Timber Pizza y cuando les contó a sus papás a ellos les costó entender por qué iba a hacer pizzas después de estudiar tanto. Ella tenía su razón: allí había encontrado la raíz de su pasión por la cocina.
Tiempo después, a pesar de que el food truck de pizza funcionaba a la perfección, Andrew y Daniela se lanzaron a crear "Call Your Mother", un local de despacho de comidas de estilo judío que le dio a Daniela la oportunidad de hacer algo por los demás: dar trabajo y espacio a personas que, como ella, están intentando abrirse camino en la ciudad.
Es consciente de la repercusión que puede tener haber sido la elegida del nuevo presidente de Estados Unidos. “Esperamos que vuelva. Nosotros estamos impresionados, recién asumió el miércoles, después de 4 años muy oscuros para Washington DC. Que el primer fin de semana él salga así, que no se esconda, es una alegría. Muestra que es un presidente de la gente, no de esconderse”, le contó a un corresponsal de Clarín en Washington y agregó: "Esperamos que vuelva, que vaya a muchos negocios y restaurantes que necesitan un empujón después de todo lo que está pasando".