La presidenta de la consultora Trespuntozero escribe sobre las expectativas que crea el nuevo gobierno según un trabajo sobre mil casos en todo el país: la economía, la gran preocupación de todos.
Pocos días pasaron desde el anuncio de gabinete de Alberto Fernández y la recepción social es mayormente positiva. La impresión es que se armó un gabinete para la gente, compuesto de caras conocidas que cargan años de experiencia, pero también de miradas nuevas. El nombramiento de Martín Guzmán como ministro de Economía es el signo más claro de renovación. Sin títulos inflados como el “Mejor equipo de los últimos 50 años”, el gabinete es recibido con esperanza y otros sentimientos positivos… al menos para la mitad de los argentino.
Como viene ocurriendo, la grieta es el gran eje gravitacional de la opinión pública. Las expectativas hacia el nuevo equipo se agrupan de acuerdo a la afinidad política; entre quienes votaron al Frente de Todos aparecen sentimientos de renovación, experiencia y capacidad, mientras que en los votantes de Juntos por el Cambio predominan la reiteración, incapacidad e inexperiencia.
Volviendo a la grieta, al preguntar sobre la confianza en ambos equipos de gobierno para resolver ciertas problemáticas, el de Alberto Fernández resulta ganador. La mitad de la población confía en él para resolver problemas de trabajo, salud, educación, vivienda e incluso la complicada situación económica.
Un dato interesante es la actitud de la opinión pública hacia el famoso tamaño del Estado. Contrariamente a lo que suele circular por los medios, no se manifiesta un rechazo por un Estado grande y presente. De hecho, la amplia mayoría está a favor de la creación del Ministerio de Hábitat y Vivienda, así como el Ministerio de Equidad y Derechos Humanos.
Otra sorpresa es la expectativa hacia la agenda de Alberto Fernández. Mucho se habla sobre el control de la inflación como la primera tarea a cumplir, pero el humor social no acompaña los diagnósticos de los analistas económicos. ¿Qué se espera? Que vuelva la plata al bolsillo. La demanda principal hacia el nuevo gobierno es la reactivación económica, veinte puntos por encima del control de la inflación. En esta temática, además, la grieta pierde fuerza: el pedido de reactivación llega de los votantes de todos los espacios.
