Se trata de un informe del Servicio Penitenciario Bonaerense. Los detenidos aguardan la decisión del juez de garantías al pedido de prisión domiciliaria. Mientras tanto, ya se probaron las tobilleras electrónicas y sus casas están aptas para ser monitoreadas.
La causa por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell continúa su curso. En los últimos días, la defensa de los rugbiers liderada por Hugo Tomei pidió la prisión domiciliaria para los ochos detenidos.
Durante el día de ayer los jóvenes se probaron las tobilleras electrónicas. En las primeras horas de la tarde del viernes, el Servicio Penitenciario Bonaerense confirmó que las casas de los detenidos están aptas para ser habitadas con este tipo de dispositivo. El informe se presentó ante el juzgado a cargo del juez de Garantías David Mancinelli. Si bien el magistrado aún no ha comunicado su decisión, es un hecho que se está analizando la prisión domiciliaria para cada uno de los jóvenes de Zárate, a pesar de que este beneficio es concedido únicamente “a las embarazadas, madres con hijos menores de 5, mayores de 70 años o enfermos terminales”, según el artículo 159 del Código Penal.
Si se verifica que “no hay peligro de fuga o de entorpecer la investigación”, el juez podría concederles el beneficio. Por otro lado, resta saber los resultados de las pericias psicológicas y ambientales. Por el crimen de Fernando Báez Sosa se encuentran detenidos en el penal de Dolores Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Blas Cinalli, Luciano y Lucas Pertossi, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz y Enzo Comelli. Los ochos rugbiers están acusados de ser coautores del delito de “homicidio doblemente calificado por alevosía y por concurso premeditado de dos o más personas”. En tanto, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi permanecen en libertad, pero imputados de ser “partícipes necesarios”. Ahora hay que esperar la decisión de la Justicia.