¿Qué sensaciones puede tener una joven que ingresó al penal con 19 años y que volverá a pisar la calle cuando tenga 54? Pensar qué se le pasa por la cabeza a una persona con un veredicto de este tipo es complejo, teniendo en cuenta que va a pasar la parte más productiva de su vida tras las rejas.
¿Nahir Galarza es consciente de que pesa sobre ella una condena de prisión perpetua? Ese interrogante Revista Gente se lo trasladó a José Ostaloza, su abogado. El hombre hace una pausa y piensa. “Qué pregunta”, exclama. Sigue pensando. “Es una pregunta que me haces a mi y muchas veces me la hago. Lo comento con mis pares. La verdad no sé que responderte”, se anima a decir.
Y recuerda, mientras está sentado en el banco de una plaza céntrica de Gualeguaychú, la ciudad en la que se produjo el crimen de Fernando Pastorizzo, que “nunca la vi abatida o quebrada” por la situación en la que se encuentra inmersa. “Muchas veces nos reunimos en la cárcel… es una nena, una criatura. Independientemente del hecho en el que está inmersa. En ese momento tenía 19 años. No sé si realmente alcanza a comprender la magnitud de la pena y del proceso en el que se vio envuelta”, amplía.
Mientras tanto, se muestra optimista por lo que puede llegar a pasar: aguardan el fallo de la Corte Suprema de Justicia y la fijación de la pena. Pero hay algo de su relato que sorprende y es el anuncio de que la detenida podría tener a futuro un cambio en su situación. “Yo creo que va a salir antes, aplicando el Estatuto de Roma. Es una cosa que incluso la tendremos que discutir ante el juez de ejecución”, detalla.
El tratado es ley en Argentina y sanciona los crímenes más graves jamás concebidos por la humanidad. Entre ellos se encuentran los genocidios. La clave es que la pena máxima aplicable para este tipo de crímenes es de 30 años de prisión y, excepcionalmente, cuando lo justifiquen la extrema gravedad del crimen y las circunstancias personales del condenado, la pena de reclusión perpetua. Hay una salvedad en este último caso: la Corte Suprema se encuentra habilitada para revisar esa "perpetuidad" cuando se hayan cumplido 25 años de prisión, pudiendo dictaminar la reducción y brindarle al detenido la libertad.
“Creemos que podría haber algún tipo de sentencia de la Corte Suprema antes de fin de año. La causa se encuentra en el último estadío dentro del sistema de Justicia argentino. La expectativa con este fallo son todas. yo creo que el análisis de la prueba se hizo de manera parcial y no pusieron en este caso a Nahir Galarza en pie de igualdad. La Justicia de Entre Ríos la discriminó. Por otro lado, no se aplicó una perspectiva de genero a la investigación ni a la sentencia”, suma Ostaloza a Revista Gente.
-¿Por qué?
-Ellos dan por probadas las lesiones y los golpes, pero el tribunal entiende que los amigos tienen que comprobar con su testimonio que esos golpes eran de Fernando. La violencia se da un ambiente donde no hay testigos. Hay una carta de septiembre en donde él le pide perdón por la violencia ejercida sobe ella y en octubre hay un mensaje de texto en donde ella saca la foto de la carta y le pide que adecúe su conducta, en base a esa promesa que le había hecho. Por lo tanto, los hechos venían en ascenso.
-¿Nahir actuó en legítima defensa?
-Nosotros lo que planteamos es que, en el momento en el que se produce el hecho, fue algo culposo.
-¿Cuándo fue la última vez que habló con Nahir?
-Me comuniqué hoy para charlar sobre esta entrevista con Revista Gente. Hace unos 15 días tuvo una audiencia ante el juez de ejecución, y en ese marco nos vimos: allí se discutieron cuestiones relacionadas a la pena.
-¿Qué le dice sobre sus días en prisión?
-Nahir tiene contacto fluído con otros abogados del estudio que se encargan de cualquier tipo de pedido de autorización que necesite, como ir a un médico especial; las autorizaciones para una visita íntima; o lo que sea. Va al médico, al psicólogo, está trabajando en la panadería del penal y cumple horarios y estudia programación informática. Además, tiene una relación con un chico que se encuentra detenido en la Unidad Penal 1 José O’Connor de Paraná.
-¿Desde lo legal está a autorizada a abandonar la unidad para tener encuentros íntimos con su novio?
-Justamente está dentro del régimen. Ella puede salir acompañada por un funcionario del Servicio Penitenciario y con la previa autorización del juez. Para obtenerla, hay todo un protocolo desde el punto de vista psicológico y médico. No es que se conocen estudiando y al otro día tiene acceso. Se aplica todo un protocolo.
-¿Cómo es su conducta?
-Tiene un 9 de conducta y un 6 de concepto. No sé si con alguna no tiene algún problema. Es una convivencia diaria en donde seguramente los debe tener, pero si son graves es algo que se vería reflejado en alguno de esos dos puntajes.
-¿En qué la puede ayudar esto?
-A bajar la pena no, pero es algo que le podría permitir acceder a ciertos beneficios a partir de que se la fijen. A través del estudio muchas veces se descuentan meses o días en el computo de la pena, pero no es el caso de ella porque no se le fijó.
-¿Ella tiene contacto con lo que se dice en los medios?
-Pienso que sí porque la madre me ha consultado algunas cuestiones que le trasladó su hija. En los tiempos libres debe mirar televisión, pero no puede tener redes sociales.
Nahir Galarza y la posibilidad de pasar de victimario a víctima
“Los medios a veces no reflejan la realidad de la causa. El otro día tuve la oportunidad de dar una charla en la Universidad del Litoral en Santa Fe, ante unas 700 personas. Ellos no sabían de la existencia de esa carta que te mencionaba antes y tampoco conocían las lesiones que presentó Nahir en su cuerpo. Pero sí saben que son dos disparos. La crítica hacia los medios es de que muchos ingredientes no se sabían”, opina en tono crítico sobre la cobertura del caso.
-¿No es polémico poner a la víctima en lugar de victimario?
-No, ¿cómo va a ser polémico? Es algo que el código lo permite. Sino no podríamos pensar en la figura de legítima defensa. Una de las cosas que no reflejó el periodismo es que el hecho se produce en la madrugada del 28 de diciembre y ese mismo día la hacen confesar a Nahir. Es inadmisible. Llama poderosamente la atención. Se le allanó la casa y a las once de la noche terminó declarando.
-¿Por qué nunca se avanzó con la denuncia que planteó Nahir contra el padre, Marcelo Galarza?
-Yo nunca tuve conocimiento. Ella nunca me manifestó nada la respecto porque sino, lo hubiéramos articulado ante el tribunal que correspondía. Raquel Hermida Leyenda aparece involucrándolo hace dos años, mucho tiempo después de la sentencia. Nos denuncian a los abogados como encubridores. Es una situación rara. Esa causa se archivó, ni tuvo investigación. A ese estudio se le revocó el patrocinio de Nahir.
-¿Qué sabe del vínculo entre Nahir y Marcelo en la actualidad?
-No tengo mayor información sobre ese tema.
-¿Cómo está Yamina Kroh con todo lo que remueve la película?
-Me suele llamar para preguntarme qué pasa con determinadas situaciones o para pedirme que la ayude en algo. Para hacer esta nota yo le pedí autorización a la mamá y a Nahir porque todo lo que diga afecta a cuestiones personales de ambas. Está como toda madre que tiene una hija condenada. Está quebrada, aunque con toda la voluntad de seguir adelante mientras espera el fallo de la Corte Suprema de Justicia. Algunas veces que fui a visitarla a Nahir coincidimos en las visitas, ahí Nahir me contó que su mamá se había ido a vivir a Paraná.