El virus que ya provocó más de 100 mil muertes alrededor del globo y que cada hora suma nuevas víctimas, también está acarreando consecuencias ecológicas.
Los residuos hospitalarios no dejan de incrementarse, y una muestra de ello ya se ve en nuestros océanos.
A las orillas de las deshabitadas y paradisíacas Islas Soko (ubicadas entre Hong Kong y Lantau, en China), la marea no deja de llevar barbijos descartables que se utilizaron por la población y el personal sanitario en la lucha contra el Covid-19.
Hay modelos hospitalarios y de uso particular, y todos ellos comparten la triste condición de estar confeccionados con materiales no degradables.
Además, una alarma mundial se enciende en forma de gráfico, y, sin dudas, va en picada.
La imagen corresponde al número de mediciones meteorológicas que está obteniendo la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y revela una tendencia muy preocupante.
Sucede que gran parte de los pronósticos de todo el planeta se basan en datos que recogen los vuelos comerciales. Y al haberse cancelado la mayoría de ellos... se está produciendo un impacto directo en la cantidad y calidad de las observaciones, en los pronósticos meteorológicos, y en el monitoreo de la atmósfera y clima. Hecho que, en un futuro, podría llevar a que tengan menos recursos para anticipar un desastre natural.
"La disminución continua y amplificada de las observaciones meteorológicas desde los aviones podría conducir a una disminución gradual de la confiabilidad del pronóstico", dijo Lars Peter Riishojgaard, Director de la Oficina del Sistema Tierra del Departamento de Infraestructura de la OMM. De todos modos, advierten que la ONU "está trabajando para mitigar al máximo el impacto del Covid-19 en los sistemas de observación".
Fotos: Oceans Asia y WMO.