Si bien los incidentes con ex combatientes y familiares de caídos han sido escasos, los isleños buscan que se respete la normativa que prohíbe la exhibición de banderas, carteles o uniformes militares.
Desde que en 1999 se reestablecieron los vuelos comerciales a Malvinas, según cifras extraoficiales, cerca de un centenar de argentinos viaja anualmente a las islas, entre ex combatientes y familiares, para visitar el cementerio de Darwin y los lugares donde se libraron las principales batallas entre argentinos y británicos en 1982. Si bien son muy pocos los incidentes que se han registrado, el gobierno isleño aprobó una nueva regulación para crear un registro de quienes "alteren el orden público", prohibiéndoles que vuelvan a ingresar a las islas en el futuro.
La medida, que se enmarca en un aumento de la tensión con los isleños por la aprobación por parte del Congreso argentino de mayores multas para quienes pesquen ilegalmente en las aguas del Atlántico sur, fue aprobada por la Asamblea Legislativa de las islas, órgano de Gobierno de los isleños.
Al ingresar a las Islas, los visitantes son advertidos sobre la conducta que deben tener públicamente mediante un folleto explicativo. Bajo el título "El Respeto", se advierte:
"El Conflicto de 1982 dejó a nuestra tierra marcada con campos de batalla y recuerdos imborrables, en el caso de los que lo vivieron. Por lo tanto, le solicitamos que respete los sentimientos de los islenos, de la misma forma que respetaremos los suyos.
El ondear o mostrar banderas o pancartas argentinas, o el usar uniformes militares argentinos podría causar preocupación o aflicción, y podría ser enjuiciado. También podría ser arrestado o llevado a juicio si muestra mensajes políticos en banderas o carteles, o interpreta canciones políticas".
De acuerdo con la agencia uruguaya Mercopress, la nueva regulación está relacionada con “los reiterados problemas ocasionados por las visitas de algunos argentinos, cuya conducta desplegando símbolos de forma provocativa o, desconociendo consejos o a las autoridades locales, ocasionan alarma, estrés y hasta temor entre la población de las Islas”.
Sin embargo, la misma agencia señala que en las visitas al cementerio militar argentino en Darwin “punto álgido, y emotivo”, los isleños responsables del mantenimiento y los representantes de los familiares de caídos han alcanzado un entendimiento por escrito sobre cómo para evitar desbordes, “y aunque en ocasiones muy en los límites, ha probado ser un antecedente responsable en la materia”.
Hasta la aprobación de la nueva ordenanza, el rechazo a los visitantes se hacía bajo la Ordenanza de Inmigración, que dejaba a criterio del oficial de inmigración la consideración de que alguien “no sería conducente al bien público”.
La nueva norma busca dar previsibilidad a los rechazos futuros, especificando las razones por las cuales una persona puede ser rechazada, que incluyen antecedentes de terrorismo, delitos comunes muy peligrosos, delitos internacionales -crímenes de guerra y tortura-, corrupción -evasión impositiva, lavado de activos, soborno o fraude- y extremismo, además de “las conductas inaceptables”.
El documento especifica cuál es el umbral para la actuación policial y, según Mercopress, expone como ejemplo “un individuo flameando una bandera argentina en el muelle público”: “Se llama a la policía; se le solicita al individuo que guarde la bandera. Accede al requerimiento. La evaluación del individuo como potencialmente ‘persona prohibida’ no queda registrada. (…) El mismo individuo se rehúsa a guardar la bandera, y continúa a flamearla, obligando a la policía a actuar. La actitud del individuo es ahora suficiente para registrarlo como ‘persona prohibida’ bajo el concepto de ‘conducta inaceptable’.
Cada año, cerca de un centenar de ex combatientes y familiares viajan a las islas, en muchos casos con la ayuda económica de gobiernos municipales o provinciales que financian los altos costos de traslado, alojamiento y comidas. Si bien son escasos, los incidentes con visitantes argentinos existen: por caso, en marzo del año pasado, el ex futbolista y ex combatiente Luis Escobedo fue arrestado en Puerto Argentino (nombre que le dio por decreto el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri a la capital, Stanley) por exhibir una bandera en el cementerio y cantar el himno argentino.