El candidato a gobernador bonaerense por el Frente de Todos votó en una escuela de Manzanares, en Pilar. Y luego, comió pizza junto a su esposa, Soledad, y su familia.
Después de una campaña intensa, de "44 meses y más de 80 mil kilómetros recorridos", según contó Axel Kicillof –el candidato a gobernador bonaerense por el Frente de Todos– al llegar a la escuela Nº 10 del barrio de Manzanares junto al intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, y el candidato de su partido en Pilar, Federico Achával.
Antes de arribar, pasó por una panadería de la zona con su esposa, Soledad Quereilhac, para comprar facturas. Lo que no sabía es que debería esperar más de 50 minutos en la fila para entrar al cuarto oscuro. La bolsa de la panadería quedó aplastada.
Finalmente, a las 12.31 llegó a la mesa 248 y pudo votar. Luego contó sus planes para lo que restaba del día: "Vamos a almorzar en la casa familiar de Pilar. Como todos los domingos, será pizza. Siempre hay una cervecita, pero hoy, como no se puede tomar alcohol, habrá gaseosas". Al mencionar las condiciones en que se dio la campaña, señaló que "fue desigual, pero hoy se va a escuchar a la gente que se expresará en la provincia. Lo bueno es que veo mucha gente votando, y que las elecciones se deben dirimir en paz".