Ghislaine Maxwell (58), quien fuera encontrada por el FBI en New Hampshire en julio pasado después de estar prófuga, y a quien se le negó la libertad bajo fianza, se ha declarado no culpable de los cargos de haber facilitado a su ex novio y magnate millonario Jeffrey Epstein –quien se suicidó en prisión el 10 de agosto de 2019, poco después de ser arrestado–, niñas de hasta 14 años para que participaran en actos sexuales a mediados de los noventa.
Ahora se liberó un documento que data de 2016 y que Maxwell intentó mantener en secreto hasta ahora. Se trata de la declaración que realizó en el marco de una demanda por difamación por parte de Virginia Giuffre (una de las víctimas, también apellidada Roberts), quien dijo que Epstein la mantuvo como "esclava sexual" con la ayuda de Maxwell.
Según la transcripción del documento de 465 páginas, que ordenó hacer público la jueza Loretta Preska, la hija del editor británico Robert Maxwell respondió: "Nunca he visto a nadie tener relaciones sexuales con Jeffrey, nunca. Nunca vi ninguna actividad inapropiada de menores de edad con Jeffrey, nunca”.
En esa declaración también se refirió a la acusación de Giuffre y señaló: “Nunca, en ningún momento, en ningún momento, he participado en nada con Virginia y Jeffrey. Y para que conste, es una gran mentirosa”.
“Por mi trabajo debía llevar a la gente que él (Jeffrey Epstein) quería para varias cosas, incluyendo masajes. Ella (Virginia) vino como masajista (...) La señora Roberts se presentaba como una masajista y su madre la llevó a la casa”, aseguró.
Preguntada por si sabía que Epstein había mantenido contacto sexual con una niña de 13 años, respondió: "Estaría muy impactada y sorprendida si eso fuera cierto". Y aclaró: “Nunca tuve sexo no consentido con nadie, nunca, en ningún momento, en ningún lugar, en ningún momento, con nadie”.
Preguntada por si fue novia de Epstein, Maxwell dijo en esa declaración: “Hubo momentos en los que me hubiera gustado pensar en mí como su novia”.
Los abogados de la ex novia y socia de Epstein argumentaron que ella creía que su testimonio sería una deposición confidencial y que su publicación violaría su derecho constitucional a no inculparse. Según sus letrados, esas declaraciones podrían complicar las posibilidades de Maxwell de tener "un juicio justo", ya que podrían usar el contenido en su contra.
Así operaba la red de trata y pedofilia
“Quería rostros nuevos y jóvenes cada día”, señalaban las acusaciones presentadas en 2019, antes de que se condenara a Jeffrey Epstein, quien se suicidó en la cárcel el 10 de agosto del año pasado. Maxwell estaba prófuga de la Justicia por reclutar jóvenes menores de edad, a quienes les prometían financiamiento para sus estudios, una vida de lujo en sus residencias de New York, Manhattan y Palm Beach.
Puntualmente, como consta en las denuncias, la ‘madama’ instaba a las menores a darle un masaje a Epstein, servicio por el que les retribuía sumas de 200 o 300 dólares. Terminada esa instancia, el financista las abusaba sexualmente.
Según muchas de las víctimas, “Ghislaine muchas veces participaba del abuso”. En un interrogatorio policial de 2006, Maxwell contó: “Ésa era una parte muy escasa de mi trabajo. Contraté, ocasionalmente, masajistas profesionales para Epstein. Nunca contraté a alguien que yo supiera que era menor de edad”.
Una detención de película
Despierta, en pantalones y camiseta. Así la encontró a Ghislaine el FBI, que utilizó 15 vehículos con apoyo aéreo cuando derribó la puerta de Tucked Away, su refugio rural, para detener a la principal cómplice del pederasta. El operativo arrancó a las 9.20 AM del jueves 2 de julio, cuando agentes armados atravesaron los bosques, anteriormente sobrevolados para prever posibles fugas.
Según el Daily Mail, 24 agentes del FBI, con el respaldo de efectivos de NY y de la policía local, irrumpieron en la residencia siete horas después. “Se dio vuelta rápidamente y fue esposada. Cuestión de segundos. Extrañamente, no pareció reaccionar demasiado”, contaron los oficiales tras la cinematográfica detención.
Su rastreo y búsqueda “costó alrededor de cinco millones de dólares y cientos de horas de trabajo”, comentó una fuente de la investigación. Hoy, según la acusación presentada por los fiscales federales en New York, Maxwell enfrenta cargos relacionados con la captación y transporte de menores para actos sexuales ilegales y dos cargos de perjurio.
Su escondite por dentro
Tucked Away ("Escondida") es el nombre del que fue su refugio, ubicado a 90 minutos de Boston, qe usó para escapar de la ley. Ubicada en East Washington Road, una zona rural de New Hampshire, la residencia fue comprada por una compañía fantasma, que la adquirió en diciembre pasado por un millón de dólares.
"Si quieres un lugar para esconderte, no puedes encontrar un lugar mejor. Es una casa preciosa, rodeada de mucho verde, y está al final de un largo camino cuesta arriba. Nadie llega hasta allí para molestarte, pedirte algo o curiosear”, aseguraba una fuente cercana a la inmobiliaria que vendió la propiedad de 63 hectáreas donde terminó refugiándose Ghislaine, de quien se creía que estaba escondida en París.
Quienes eran sus vecinos aseguran que jamás la vieron en el centro del pueblo de Bedford. “Es un increíble lugar para el amante de la naturaleza que quiere privacidad total”, decía el aviso de venta de la propiedad, que tiene una enorme sala “con chimenea de piedra desde el suelo al techo, techo tipo catedral, una espectacular araña de luz y un fabuloso salón para organizar bailes”.
La mansión tiene una decoración sobria estilo cabaña, más del ochenta por ciento de piedra y madera. Con amplios ventanales que dan a una vista soñada del Monte Sunapee, rodeado de pinos y robles, algunas habitaciones están empapeladas con motivos florales y llama la atención la presencia de un piano en el living comedor.