El pasado 21 de febrero un gemelo y una gemela argentinos, de 12 años, cayeron al vacío desde el balcón del departamento en el que vivían con su familia en Sallent, Cataluña. Los menores vivían desde hace dos años en la región con su madre, que trabajaba en una cafetería, su padre, que se desempeñaba como obrero en una fábrica, y su pequeño hermano.
Los hermanos asistían al instituto Llobregat, el cual se encontraba notificado al igual que su familia de los problemas de bullying escolar que sufrían debido a su condición de extranjeras y uno era transexual. En el último tiempo había solicitado a sus compañeros que la llamaran "Iván".
A su vez la familia no pasaba una buena situación económica en España y habían solicitado ayuda al área de Asuntos Sociales del ayuntamiento para poder mejorar su calidad de vida.
El pasado martes los menores se despertaron a las 7:00 de la mañana en la vivienda ubicada en la calle Estació de Sallent, a la altura del Pont Vell o de Pere Otger. A las 7:30 ambos deberían haber tomado el colectivo que los llevaría a la escuela pero lo perdieron, y decidieron ir caminando. Por la tarde uno de lo ellos tenía una cita con el psicólogo pero nunca llegó: alrededor de las 15:00 horas cayeron al vacío. Se encontraron dos cartas que escribieron para sus familiares.
En la casa en aquel momento se encontraba el padre de los menores que sintió el impacto de los cuerpos en la calle y rápidamente junto a otros vecinos fueron a socorrerlas. La ambulancia llegó a la propiedad y constató que uno de los niños había muerto en el acto, mientras que la otra aún tenía signos vitales, por lo que fue trasladada al hospital Parc Bofarull de Sabadell, donde se encuentra internada en estado crítico pero estable.
En diálogo con el programa español Tele Cinco, muchas personas que conocieron a los niños detallaron cómo eran, los últimos momentos que vivieron junto a ellas y el bullying que vivían día a día en la escuela. "Eran muy buenos niños, yo fui su monitor en el comedor y es que eran un amor los dos", dijo un miembro del buffet escolar. Luego, este mismo trabajador confesó: "Por supuesto que sufrían acoso de otros compañeros, cuando me enteré supuse que podía haber sido por algo así, yo lo vi de primera mano, no estaban bien con sus compañeros de clase...".
Una mujer, que también conocía a los hermanos de 12 años desde pequeñas sentenció: "En el colegio de primaria no estaban bien, en el insitutito tampoco estaban bien, que se investigue realmente. Para todos nosotros ha sido un dolor muy grande, en las cartas que ellos escribieron lo ponían, que estaban cansados de todo esto y que habían decidido quitarse la vida".
Debido a ser menores, las fotos no han sido dadas a conocer a la prensa y desde el ayuntamiento de Sallent se publicó un comunicado solicitando que se mantenga el respeto por la investigación y la familia para no dar a conocer datos falsos sobre la muerte del menor, y el grave estado de salud de su hermanita.
El abuelo marplatense de los gemelos: "Mi nieta me pidió volver a la Argentina"
En medio del momento crítico que vive la familia de los menores, el abuelo paterno habló en Telefe de lo ocurrido. "Anteayer hablé con mi hijo y me dijo: 'Papá, vamos a hacer lo que quería Alana'. Alana desde que llegó a España no la pasó bien y quería venir a Argntina hace dos meses atrás", dijo Gustavo Lima, quien el día anterior a la muerte del niño había recibido el llamado de uno de sus nietos en la madrugada llorando y pidiéndole que la fuera a buscar.
"Me llamó a las 4 de la mañana desesperada, ellas me decían Gustavo, no me decían abuelo. Me dice: 'Gustavo, te extraño mucho, quiero estar en tu casa'", recordó el momento muy triste. "Yo me di cuenta la verdad, nadie se dio cuenta porque quizás la hubiésemos asistido de otra manera, hubiésemos dicho esto de cambiar de sexo, querer ser otra persona no es grave y lo acabo de ver ahora", reflexionó el hombre de 60 años que llamaba a sus dos nietos con pronombres femeninos.
"Yo veo a la gente en la calle cuando van hacia las marchas el orgullo. Lo miré con indiferencia y ahora me tocó a mí, dije: 'Era esto nada más, era esto no es tan grave'", indicó sobre su actitud siempre aceptando la identidad de su nieto, pero sin creer que esto podía traerle problemas en su vida diaria.
