Desde 2022, Gabriel Catañá y Nahir Galarza se encuentra cruzados por una fuerte batalla judicial: la detenida por el asesinato de Fernando Pastorizzo acusa al psicólogo de "violación del secreto profesional" y por falsificar su firma en una carta de supuesto consentimiento para revelar su diagnóstico en los medios de comunicación. Con versiones totalmente distintas, el panelista de Bendita se defendió en diálogo con Revista GENTE y contó su versión de los hechos tras recibir la notificación judicial.
En primera instancia, aclaró que él no tuvo a la condenada como paciente, sino como peritada en el marco de dos encuentros que mantuvieron para realizar los tests desde donde analizó el perfil de la detenida. “En el foro penal, las pericias son públicas porque el rol del perito es informar y si no informa, no puede hacer el trabajo para el cual fue contratado. Por lo tanto no hay secreto profesional”, comenzó a relatar ante nuestro requerimiento.
Es que, en su momento, Horacio Dargainz, que oficiaba como defensor de la joven nacida en Gualeguaychú, dijo que el psicólogo "envió una pericia básica e incompleta en cuanto a los supuestos test, que fue rechazada de plano por su inconsistencia de rigor profesional y por ende jamás se utilizó en el juicio oral".
Cómo fue el momento en el que los abogados de Nahir Galarza habrían querido inducir el trabajo de Cartañá
“Los otros peritos que actuaron en la causa también hicieron expresiones públicas y dieron sus dictámenes sobre lo que había, y a ellos no lo demandan. ¿Por qué me demandan a mí y a ellos no? Por una sencilla razón. Los otros peritos eran mujeres, y alegaron en su pericia que Nahir había sido víctima de violencia de género, cosa que yo jamás puse en el informe, y los abogados me reclamaron”.
“Cuando yo presento el informe pericial, lo leen, están de acuerdo en todo, me afirman que está todo bien, pero que falta algo. Les pregunto, ‘¿qué falta?’, y me responden: ‘Que vos pongas que Nahir era víctima de violencia de género, porque esa es nuestra estrategia judicial para pedir un atenuante de la pena’. Yo le digo que no voy a poner eso porque no hay ningún indicativo en todos los estudios que yo le hice de que ella haya sido víctima de violencia de género. Por eso ellos no usan mi informe en el juicio”, sospecha el psicólogo.
Y remata de forma contundente: “Nahir no fue víctima de violencia de género de Fernando Pastorizzo. Por eso ellos me demandan a mí y no demandan a la otra psicóloga, siendo que la otra psicóloga también hizo expresiones públicas, tanto o más que yo. Ese es el origen de esta causa”.
Versiones cruzadas y misterio: cómo se habría firmado el escrito entre Nahir y Cartañá
“En el escrito firmado por Nahir no solamente me piden que le realice un psicodiagnóstico, sino que además salga a informar lo que la pericia dictamine, según mi propio criterio, para modificar la mala imagen que estaba teniendo ante la opinión pública. Es una autorización y es un pedido que ella me hace por escrito, que me firma. Surgieron versiones de que esa autorización tiene una firma falsificada, y absolutamente nadie ha visto esa autorización todavía porque yo todavía no la he presentado ante la justicia, debido a que la causa no entró en lo que se llama periodo de prueba”, agrega Cartañá.
“En su momento, hace cosa de dos años, una de las tantos abogados que tuvo Nair, una abogada mediática que quería exposición pública, decidió demandarme allá en Gualeguaychú por infringir el secreto profesional. Cuando vos demandás a alguien, el criterio del lugar donde lo demandás es a partir de donde ocurre el hecho, por el cual debés demandar al imputado en el lugar donde vive. Los abogados de Nahir radican la demanda en Gualeguaychú, alegando que mis expresiones públicas fueron realizadas en programas de televisión de Buenos Aires, ¡y yo vivo en Buenos Aires! Entonces ellos, si querían demandarme, debieron hacerlo en un tribunal de Buenos Aires. El juez entendió eso, el fiscal entendió eso, nos dieron la razón, y derivaron la causa a Buenos Aires como corresponde”, completa el psicólogo.
En el ínterin, transcurrió un año y Nair despidió a dicha abogada. Por lo tanto, la causa llegó a Buenos Aires, pero desde entonces nadie movió el expediente. “Si lo mueven, no tengo ningún problema: presentaré la prueba de la causa en curso, y listo, se resolverá. El juez decidirá si lo que yo hice fue por pedido expreso de Nair, entendiendo que yo no tenía ningún secreto profesional que guardar”, redondea Cartañá.