A tres años del asesinato de Fernando Báez Sosa, este lunes 6 de febrero se conoció la sentencia para los ocho rugbiers que atacaron al joven de Buenos Aires a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell. La pena para Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fue de prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente agravado por su comisión por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones leves. Por ser considerados partícipes secundarios del homicidio, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron penas de 15 años de cárcel.
Así terminó el juicio que se desarrolló durante todo el mes de enero en el tribunal de Dolores, con 13 días de audiencias, 87 testigos, dos días de alegatos y 163 fojas con los fundamentos de la sentencia. En estas jornadas, los acusados hablaron por primera vez de lo ocurrido aquel 18 de enero de 2020, se conocieron detalles de la autopsia de Fernando y los padres de Báez Sosa conmovieron con su pedido de justicia.
Los jueces fueron María Claudia Castro, Christian Ariel Rabaia y Emiliano Javier Lazzari y los fiscales que llevaron adelante la investigación criminal fueron Juan Manuel Dávila, Gustavo García y Verónica Zamboni.
El equipo de abogados que acompañó a la familia de Fernando Báez Sosa estuvo liderado por Fernando Burlando, Facundo Améndola, Fabián Améndola y Martín Leguizamón. Mientras que el letrado Hugo Tomei, junto a los abogados que trabajan en su estudio de la localidad de Zárate, fueron quienes llevaron adelante la defensa de los acusados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano Pertossi (21), Ciro Pertossi (22) y Lucas Pertossi (23).
Día 1: el pedido de suspensión del juicio y la declaración de los padres de Fernando Báez Sosa
El juicio comenzó el 2 de enero de 2023 a las 10 de la mañana con la lectura del fiscal Juan Manuel Dávila sobre cómo sucedió el crimen de Fernando Báez Sosa. Alejada la defensa de los rugbiers de querer asumir lo ocurrido, Hugo Tomei, abogado de los acusados pidió a los jueces suspender el proceso judicial. “Tengo algo que es mucho más importante y que hace que solicite la suspensión del debate después de los alegatos. Es muy grave, y lo vengo diciendo desde hace tres años: no hay sentencia que pueda ser válida si el proceso no sigue los lineamientos de la Constitución”, dijo el jurista, interrumpiendo a la defensa encabezada por Fernando Burlando en la lectura de la querella.
Transcurrida la hora de declaraciones en el juzgado, el Tribunal Oral Criminal N°1 rechazó el pedido del abogado de los rugbiers confirmando que no se iba hacer lugar al pedido de suspensión del juicio.
Las palabras de Graciela Sosa Osorio, mamá de Fernando Báez Sosa
Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, los padres de la víctima, declararon después de las 14 horas en el Tribunal en lo Criminal N°1 de Dolores. La primera en tomar la palabra fue Graciela, quien quebró en llanto, pero no quiso suspender la declaración cuando se lo ofreció la presidenta del tribunal: “Quiero hablar por él”, aseguró. “Siento que mi corazón sangra todo el tiempo. Ojalá hubiera un remedio para calmar tanto dolor”, dijo la madre de Fernando llorando.
“Nunca creí que mi hijo iba a ser velado en su colegio, donde él siempre decía que iba a ayudar como agradecimiento. Fer nunca discriminaba a nadie como él ha sido discriminado. No le tuvieron piedad. Me duele tanto lo que le hicieron. Lo llamaban 'negro'. No era así, era mi príncipe. ¿Con qué derecho le arrebataron la vida a Fernando? Me quedé sin nada. No tengo razón para vivir. Quisiera retroceder el tiempo para recuperar a mi hijo. ¿Saben lo doloroso que es ir al cementerio, tomar la foto de Fer, hablarle y no tener respuesta? Las ganas de querer sacarlo un rato de ahí... Fernando está encerrado en un ataúd: no lo voy a recuperar nunca. Quiero tener un poco de paz en mi corazón”, expreso Graciela.
“Soy una mujer acabada. Sin ganas de vivir. No sé de dónde saco la fuerza pero sigo. Cuando despedí a mi hijo para irse de vacaciones con los amigos, nunca pensé que iba a ser el último abrazo. Extraño muchísimo a Fernando. Van a ser tres años. Para mí es como que el tiempo se detuvo y siento que fue ayer cuando recibí la peor noticia de mi vida. A veces tengo ganas de que venga alguien y me diga que no es verdad. Pero lastimosamente no es así: Fernando está muerto”, sentenció la mamá de Fernando Báez Sosa.
Silvino Báez fue el último en tomar la palabra y habló ante los jueces sobre cómo fue el reconocer el cuerpo de su hijo: “fue duro porque una parte de mi estaba tirada en una bandeja de acero inoxidable con la cabeza reventada. Estaba chorreando sangre por todos lados. No lo podía tocar”. relató el padre.
“Señores jueces, acá están escuchando el relato de un padre que ha perdido todo: ha perdido la felicidad, las ganas de vivir, de luchar, y perdió lo mejor de todo, que es el abrazo de su hijo. Durante mucho tiempo tuve una enfermedad en los riñones e hice un año y seis meses de diálisis. Me costó tanto... pero abría la puerta de casa y Fernando se colgaba de mi cuello: ‘¿Cómo estás, papá?’, me decía. Y ese tipo que venía muerto de la diálisis terminaba más vivo que nunca con el abrazo de su hijo. ‘Cuando sea grande, te voy a dar mi riñón…', me decía”, contó Silvino haciendo llorar a los presentes.
Día 2: el crudo relato de Oscar Rossi, el suegro de la Fernando Báez Sosa, que debió reconocer el cuerpo en Villa Gesell
En el segundo día de audiencias Julieta Rossi, la novia de Fernando, no pudo presentarse a brindar declaración debido a que se encontraba bajo un tratamiento psicológico por el síndrome de estrés post traumático que padece. En su lugar, Oscar Rossi, padre de la joven y suegro de la víctima, se acercó a los tribunales para dar testimonio de cómo se enteró del asesinato de Fernando y la crueldad que vio plasmada en su cuerpo al convertirse en la primera persona en identificarlo.
"Sonaba mi celular. Era mi hija que me llamaba: ‘Papá, por favor, venite a Gesell que Fernando está en el hospital y yo en la comisaría’, me dijo. ‘En el hospital, ¿cómo?, le dije y enseguida sentí que un chico le decía: ‘Estamos en una fiscalía y Fernando en el hospital”, recordó el hombre sobre la secuencia en la que su hija le solicitó ayuda, ya que se encontraba vacacionando muy cerca de la localidad balnearia.
“No le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fer. Ni al peor animal en el medio del campo. A ningún papá le deseo ver a Fernando acostado y esperando que lo ingresen a un cajón”, exclamó con dolor.
Día 3: Pablo Ventura, el joven acusado falsamente por los rugbiers, recordó el pasado de los imputados
Pasadas las 10 de la mañana del miércoles 4 de enero, la jueza María Claudia Castro del Tribunal de Dolores dio comienzo a la tercera jornada de audiencias en la que llamó a prestar testimonio a nuevos testigos. Entre ellos se encontraba Pablo Ventura, el joven que fue acusado por los rugbiers de asesinar a Fernando Báez Sosa y que pasó cuatro días preso hasta que se comprobó que estaba en Zárate en la noche del crimen.
En su declaración el muchacho de 23 años dijo conocer a los imputados de vista y remarcó que era habitual en ellos pelearse en manada a la salida de los boliches. Además, explicó que Lucas Pertossi siempre se refería a él diciendo que era "un tonto". Luego le mostraron una serie de chats en los que el mismo día del asesinato de Fernando escribía: "Me quieren meter a mí en el bardo", "no entiendo nada" o "siempre agarran de a diez".
Pablo también recordó sus cuatro días en prisión y dijo que sintió mucho miedo ya que él ni siquiera se encontraba en Villa Gesell cuando sucedió y que le pareció "cualquier cosa" que lo hayan incriminado falsamente. Su padre también sumó a la declaración que a toda la familia "le cambió la vida" la detención de su hijo y que a Pablo "lo afectó mucho" esta situación y la gran exposición que vivió injustamente.
Día 4: los rugbiers deciden mostrar por primera vez sus rostros sin los barbijos
En el cuarto día de audiencias, la defensa de los rugbiers decidió cambiar su estrategia de no mostrar la identidad de sus clientes, quienes durante los primeros días estuvieron con los rostros tapados por barbijos frente a las cámaras. De esta manera, Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano Pertossi (21), Ciro Pertossi (22) y Lucas Pertossi (23) mostraron sus caras ante todos los medios de televisión.
Día 5: la recepcionista del hotel que alquilaron los rugbiers contó cómo los vio huir
Uno de los testimonios más importantes para confirmar que los rugbiers estaban al tanto del asesinato que habían llevado adelante fue el de la recepcionista de un hotel de Villa Gesell en el que se encontraban alojados. Andrea Ranno relató cómo festejaron haber golpeado a Fernando y el intento desesperado de huir que realizaron antes de ser detenidos.
“Venían muy exaltados, muy contentos. Contentísimos y felices”, recordó sobre la imagen que vió sentada desde su lugar de trabajo. Además detalló que Máximo tenía su remera negra rota y el cabello revuelto. “Le rompí toda la jeta, viste” y “le llené la jeta de sangre”, aseguró que dijo uno de los atacantes junto a otros jóvenes que caminaban “riendo y festejando entre ellos”.
Día 6: La autopsia de Fernando Báez Sosa
La primera en tomar la palabra fue la médica Carolina Silvana Giribaldi Larrosa, quien llegó a la escena del crimen aquel 18 de enero de 2020 luego de que un llamado al SAME se hiciera efectivo alrededor de las 5 de la madrugada. "Cuando llegó al lugar lo encontré [a Fernando] sin signos vitales. Unos uniformados le estaban haciendo maniobras de RCP", dijo Giribaldi.
Durante el viaje al hospital, la víctima continuó recibiendo maniobras de reanimación y a su vez se le fue administrando oxígeno. “Yo le hago la constatación de los signos vitales entre las 5:07 o 5:09. En ese momento, el desfibrilador externo automático (DEA) informó: ‘Paciente en asistolia. Continúe el masaje cardíaco’", explicó.
"Cada vez que me detenía para ver el monitor, es decir, si había alguna respuesta del corazón, el aparato volvía a decir lo mismo. Cuando el paciente está en asistolia, el DEA no dispara. Recién lo hace cuando se recupera el ritmo. Si eso hubiera pasado el DEA lo hubiera censado e indicado que me alejara para volver a un ritmo normal”, indicó.
Al llegar al hospital, Fernando fue atendido también por la doctora Silvia Romero que por segunda vez intentó practicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar. “Lamentablemente no hubo ninguna respuesta", señaló la especialista y aseguró que la hemorragia cerebral que sufrió el joven por los golpes y patadas que recibió fue lo que le impidió sobrevivir.
Continuando con el análisis del cuerpo de Fernando Báez Sosa tras su asesinato, el perito médico de la Policía Científica de Pinamar, Diego Duarte, se hizo presente y expuso los resultados que halló. “Al abrir el cráneo observamos abundante sangre. Encontramos abundantes hematomas en muchas regiones del cerebro”, detalló.
“La víctima presentaba la mayoría de los golpes en la cara y en el cráneo. Zonas vitales del cuerpo", continuó describiendo mientras se pasaban las diapositivas del informe. Durante esta etapa del juicio los padres del difunto prefirieron retirarse de la sala para no ver las impactantes imágenes de su hijo. "Los golpes fueron multidireccionales e hicieron el impacto suficiente para dañar el cerebro contra la pared ósea”, concluyó.
Pero las hemorragias no solo fueron cerebrales en el cuerpo de la víctima sino que como confirmó a continuación la perito Silvina De Piero, distintos órganos vitales se habían visto afectados de la misma manera. "Recibí un pool de vísceras para analizar muestras del pulmón, bazo, hígado, cerebro y cerebelo. En el informe final pudo constatarse que Fernando sufrió hemorragias cerebrales y pequeños focos hemorrágicos en el hígado y pulmón", precisó
Día 7: la cicatriz de Fernando en su rostro coincide con la zapatilla de Máximo Thomsen
En la séptima audiencia del juicio, la criminalista María Eugenia Cariac determinó que la marca del zigzag que quedó impactada en la cara de Fernando Báez Sosa coincide con la suela de la zapatilla negra de Máximo Thomsen. "Podrían haber sido causadas por la parte anterior o talón de zapatilla", indicó Cariac, para luego agregar: "Sugerían una prueba más profunda, una scopométrica para corroborar si había correspondencia de diseño".
Día 8: los aberrantes chats de los rugbiers
En el marco del inicio de la segunda semana de audiencias el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores tuvo acceso a la secuencia de chats y audios de los ocho imputados luego de haber cometido el crimen.
Javier Pablo Laborde, el secretario del Ministerio Público Fiscal, fue el encargado en analizar los teléfonos de los acusados y exponer ante los jueces las comunicaciones que mantuvieron luego de matar y abandonar a la víctima en la vía pública.
Los jovenes tenían un grupo de WhatsApp que se titulaba: "El club del Azote”, en el cual habían 13 personas de Zárate. Un mensaje que consta de las 5.08 de la mañana de ese 18 de enero de 2020 decía: “Nos peleamos, ganamos contra unos chetos, los rompimos. Nos vamos al centro a premiar”.
“Amigo, flasheamos. Creo que matamos a uno. Todo Gesell está diciendo eso”, fue el mensaje de WhatsApp más fuerte revelado de un celular de los rugbiers y enviado también a las 5.15 de la mañana del 18 de enero del 2020.
“¿Qué onda Blas, se dieron masa?” fue otro de los mensajes que Cinalli recibió y contestó: “Dos convulsionaron, a uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales. Le dimos murra a uno con ‘El Perto’, lo recargamos a palos, pero mal. Vinimos corriendo a casa”, expresó el rugbier sobre lo sucedido.
Luego Cinalli continúa hablando con uno de sus conocidos: “Amigo, dos grupos distintos dijeron que lo llevaron al hospital sin signos vitales. Ni ahí la flasheo, pero volvimos todos a la casa. No queremos salir”, explicó el acusado, lo peor llegó con el mensaje del amigo que le respondió festejando: “NOOO AMIGOO, LOS DEMOLEDORES”, expresó.
"¿Fumaron un nevado? ¿Posta se pelearon? ¿Qué pasó?”, preguntó otro de sus amigos a las 6.37 de la mañana y le respondió Cinelli: “Si, no diga que te dije yo porque no sé si es heavy o no. Adentro de Le Brique pintó bondi. Eran un par lo cagamos a palos cuando salieron toda la gorra. Se fueron los polis y le dimos vida un buen rato. Dos convulsionaron y supuestamente no tenían signos vitales”, dijo.
Siendo ya las 14.03 del 18 de enero y con los rugbiers arrestados por la Policía Bonaerense, la persona con la que se estaba mandando mensajes Cinelli le escribió sobre la noticia del crimen y le dijo: “Mal ahí, mataron a uno. Están todos en cana. ¿Qué pensás vos, José? ¿Estás ahí? Ah son una verga. Algunos salen por plata. A Blas no lo vemos más. Yo cuando me llegó la noticia del celu lo primero que pensé fue Blas”, expresó.
Día 9: Luciano Pertossi se convierte en el primer acusado en romper el silencio
Luciano Pertossi fue el primer acusado que habló durante el juicio. El muchacho rompió el silencio cuando en el noveno día de audiencias se reprodujo un video en el que se veía a todos los rugbiers golpeando a Fernando. Con el mismo los fiscales buscaban identificar el lugar que ocupó cada uno de los imputados al momento del crimen.
Todo marchaba según lo previsto hasta que Pertossi le solicitó a su abogado y este a la jueza la palabra. "Quiero aclarar algo. Yo no estaba ahí", exclamó para sorpresa de los presentes.
El fiscal Juan Manuel Dávila quiso saber entonces dónde se ubicaba a él mismo en la secuencia reproducida. Pero el joven decidió llamarse nuevamente al silencio y solo pronunció las siguientes palabras: "No se esfuercen en hacer más preguntas".
Día 10: un vecino de Zárate recordó un hecho delictivo que sufrió a manos de Lucas Pertossi
Pablo Gastón Zapata (38), vecino de la localidad de Zárate, se presentó al día siguiente de la repentina declaración de Luciano Pertossi y mencionó en su testimonio que conocía a Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y a Lucas Pertossi (primo de Luciano). A los dos primeros por gente en común y al tercero “por un hecho”. Al pedirle los jueces que desarrollara su respuesta el hombre contó el calvario que vivió con el joven.
El día 10 de diciembre de 2019 (un mes antes del ataque en Villa Gesell), Zapata recibió una golpiza con unas cinco o seis personas con las que estaba. “Después me lo crucé a los 5 días, con los mismos sujetos, y se me vinieron encima. Yo les dije que: “Ya está” que ‘la bronca’ había pasado", indicó.
“Uno de los pibes me abrió el paso y ahí Lucas Pertossi me pegó una trompada. Yo intenté escapar, me hice una fractura platillo tibial, caí por la baranda de la escalera mientras Lucas me tiraba cosas y me decía: ‘Hijo de puta, te voy a matar, te voy a robar la moto’”, relató el hombre que no realizó una denuncia a la policía por la golpiza, pero sí por el robo de su vehículo que desapareció a la media hora del altercado.
Día 11: Juan Pedro Guarino, el rugbier sobreseído
En la tercera semana de audiencias, Juan Pedro Guarino debió contestar las preguntas del abogado defensor Fernando Burlando. La primera de ellas fue cuáles eran sus recuerdos de aquel día, a lo que el muchacho de 22 años respondió: "Que yo me acuerde, nos levantamos tarde porque nos acostamos tarde. Fuimos a la playa, volvimos a la casa, nos bañamos, nos cambiamos y nos preparamos. Hablé con una compañera de colegio que hacía una previa y fuimos a una casa. Ya habíamos comprado las entradas para ir a Le Brique. El boliche estaba muy lleno de gente".
"Yo esperé a poder entrar. Dije: ‘Me voy’. Hasta que por una de las puertas pudimos entrar. Todo fue normal hasta que estaba parado en las escaleras de la pista de abajo y veo que cerca mío, en la barra, estaba discutiendo Máximo Thomsen y Matías Benicelli con dos o tres chicos. Más tarde me entero que había sido porque le habían tirado un vaso”, indicó.
Aunque Guarino no pudo precisar a qué hora ingresó al boliche bailable ni cuántas habitaciones tenía la casa que habían alquilado, en todo momento se posicionó alejado de los altercados. "Después de eso hay una avalancha de gente, me caigo a la pista y se hace una ronda gigante y veo como estan sacado a a Máximo y a los otros del boliche. Ahí pensé: 'No me voy a quedar solo, a mí nadie me saca'”, agregó.
En las horas posteriores, en las que Juan Pedro Guarino convivió con los asesinos de Fernando no pidió explicación alguna de lo sucedido ni se hablo del tema, según su declaración. "Salgo por decisión propia más tarde que ellos. Salgo caminando por atrás y veo a mi izquierda que Luciano Pertossi está peleando con otro chico. Llego cuando Luciano ya no se estaba peleando más. Voy a ver cómo estaba él. Lo siento en un banco. Viene Ciro Pertossi", continuó el relato.
"Luego escucho gritos a mi derecha, Luciano y Ciro se levantan y se van, imaginé que iban a pelearse de vuelta, no lo podía creer”, indicó y reveló: “Miro, veo a Máximo Thomsen y a un chico tirado en el piso, y después me entero de quién era. Cuando vi eso no lo podía creer, me enojó muchísimo, me fui solo”.
Fue entonces que todos los presentes quisieron saber la razón por la que el joven había decidido marcharse y dejar a quienes suponía sus amigos. “Habíamos ido de vacaciones a pasarla bien, ellos ya se habían peleado otras veces. Yo había hablado con mi mamá y mi novia que si volvía a pasar yo me iba a volver de la vacaciones”, argumentó.
Aunque Guarino no presenció la golpiza completa que recibió Fernando si confirmó que desde su óptica el muchacho se encontraba inmovilizado en el piso. "Sentí hasta vergüenza. Me da mucho dolor todo lo que pasó", dijo con pena del trágico final que tuvo un joven que hoy tendría su misma edad.
Al alejarse de su grupo de amigos vuelve a reencontrarse con los mismos a una cuadra de la casa de veraneo y es en aquel momento que los detiene la policía. "Yo iba caminando, los detuvo la Policía y como yo no había participado, seguí caminando. Seguía sin creer lo que estaba pasando, seguía enojado entonces no vi mucho”, manifestó.
En cuanto a su relación actual con los acusados Guarino explicó que no se encuentra "enemistado" pero que intentó "cortar todo tipo de relación". “No con todos tenía una amistad íntima. Tenia mas amistad con Ciro y Luciano Pertossi”, remarcó. En cambio, con Máximo Thomsen, el más perjudicado en la causa, tenía una relación exclusivamente deportiva debido a que jugaban en el mismo club y asistió a su mismo colegio.
Día 12: la declaración de los padres de los rugbiers
Mauro Pertossi, padre de Ciro y Luciano Pertossi; Héctor Benicelli, padre de Matías Benicelli; y María Alejandra Guillén, madre de Enzo Comelli; fueron los tutores que se presentaron a responder ante el tribunal por los delitos cometidos por sus hijos. Aunque todos ellos brindaron testimonios escuetos, los mismos estuvieron cargados de intensidad y remarcaron el hecho de que la mediatización del caso les hizo cambiar por completo sus vidas.
“Empezaron a ir a mi casa, a la casa de los abuelos, a la de los vecinos y a mi trabajo. Al final renuncié y me quedé sin obra social”, contó Rosalía Zárate, la madre de Máximo Thomsen, quien al poco tiempo de que su hijo quedara detenido fue diagnosticada con cáncer y continúa en tratamiento hasta la fecha.
“He perdido el oído y la vista de un ojo producto de una enfermedad genética por la que he sido operada doce veces. En tres años me apareció un tumor, no es maligno, pero me lo voy a tener que operar”, describió María Paula Cinalli, madre de Blas y de profesión abogada.
Mauro Pertossi, padre de Ciro y Luciano, tío de Lucas y padrino de Blas Cinalli, explicó que a raíz de lo ocurrido fue despedido de su trabajo en Toyota Argentina, después de haber sido 25 años empleado en la automotriz. "Ahora no consigo trabajo, el sostén de la familia es mi esposa”, dijo. Además, enfatizó en el hecho de que, al ser mostrada su identidad en todos los medios de comunicación, esto le ha costado a él y a sus seres queridos gran cantidad de amenzas que se encuentran denunciadas en la policía.
En la misma línea, Héctor Eduardo Benicelli, padre de Matías, aseguró: “Vivimos acosados. Le han querido pegar a mi hija y a mi señora en la calle. Escucho cómo la insultan mediáticamente a mi señora. Escucho que cuando lastimen a mi hijo en el penal no lo van a defender. No hay un día que no me levante con insultos. El dolor no se cura con más dolor”.
Día 13: la defensa de los rugbiers pone en duda las maniobras de RCP realizadas a Fernando
En la última audiencia del juicio, el médico convocado por la defensa de los rugbiers, Jorge Rodolfo Velich, cuestinó las maniobras de RCP realizadas al cuerpo de Fernando Báez Sosa después de la golpiza. "Lo aclaro ahora porque lo van a querer saber: no fue la RCP la que mató a Fernando, pero agravó la situación por la movilización", remarcó el especialista.
"La presión excesiva (en las maniobras de RCP) puede causar lesiones en el abdomen y en el hígado", agregó. Mientras que frente a la pregunta del abogado Hugo Tomei, sobre si esto "puede causar la muerte", él respondió: "Puede causar la muerte o puede acelerar la muerte".
Indignado por lo que argumentaron los médicos, a la salida Fernando Burlando declaró: "En el reino del revés dos peritos dicen que una maniobra de RCP mata y terribles patadas en la cabeza no. Quería encontrarme con eminencias del peritaje y trajeron a Piñón Fijo".
Día 14: la cuenta de Instagram a favor de los rugbiers manejada desde la cárcel
En el marco del primer día de alegatos por el juicio que busca penar a los culpables de la muerte de Fernando Báez Sosa, se conocieron detalles obtenidos a raíz del secuestro de los celulares de Blas Cinalli y Enzo Comelli por parte del Servicio Penitenciario.
Sin dudas, el dato que más resalta es que ambos manejaban una cuenta de Instagram destinada a apoyar y defender a los rugbiers. Nombrada como @rugbiers.zarate, tenía casi seis mil seguidores.
Si bien no contaba con posteos en el feed, el perfil tenía historias destacadas que usaban para repostear supuestos mensajes de apoyo que llegaban para los ocho acusados por el asesinato del joven, que tuvo lugar el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
Qué condena pidió la fiscalía para los ocho rugbiers
Los fiscales Gustavo García y Juan Manuel Dávila hicieron la apertura de los alegatos y pidieron la pena de prisión perpetua, por homicidio "doblemente agravado" por "alevosía y premeditación".
Luego de los argumentos sobre el hecho, la fiscal Dávila habló sobre la autoría de cada uno de los acusados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).
Día 15: los últimos alegatos
El 26 de enero los se conocieron los últimos alegatos en el juicio por Fernando Báez Sosa. El clima adentro de la sala se tornó desolador: Graciela Sosa, la mamá de Fernando, habló ante el tribunal y expresó sus sentimientos en el comienzo de la audiencia de hoy. "Hubiese recibido yo las patadas. Yo daría la vida por mi hijo, un chico bueno, decente, que nunca creyó en la maldad. Antes de irse, yo le decía que se cuide, que cuando había pelea trate de huir y buscar ayuda, y él me respondía que no creía en la maldad. Yo solo pido justicia por mi hijo, no le tuvieron piedad para nada".
" Me costó horrores ver la forma en cómo asesinaron a mi hijo y nunca podré olvidar el momento que él levantaba la mano implorando piedad”, agregó. Las sentidas palabras de esta madre buscando justicia logró quebrar a Máximo Thomsen, uno de los acusados más complicado.
El alegato de Hugo Tomei
Pasadas las 12.30 del mediodía Hugo Tomei, abogado defensor de los ocho rugbiers comenzó su alegato. "Habían ido a una previa, fueron a un boliche y terminaron envueltos en un caso del homicidio", comenzó diciendo el letrado y agregó: "Este caso y, no sé por qué, tuvo una impronta mediática inigualable y que ha transformado este caso en un paradigma de lo que no puede ocurrir. Horas y horas de reproducción de videos y audios, de constancias del expediente".
Tomei tuvo una fuerte crítica contra los medios de comunicación a quienes acusó de realizar un mal manejo de la información y a su vez alimentar el clima de hostigamiento contra sus clientes. "Represento a ocho condenados por el poder mediático, por la sociedad y por la opinión pública. Considero que es una forma de presionar al poder judicial. De obtener una sentencia que tenga que ver con el criterio de la opinión pública".
Y dirigiéndose directamente a los jueces les dijo: "No quisiera estar en los zapatos de ustedes porque entiendo que cualquier decisión contraria a la prisión perpetua va a pensar que son actos del tribunal que no son propios y eso es falso".
Durante la exposición Hugo Tomei hizo que se visualizara en toda la sala un video de Fernando Burlando, el abogado de la familia Báez Sosa, en donde el mismo se presentaba a distintos programas de televisión a criticar y acusar a los imputados. Fue entonces que comenzaron a escucharse gritos de Burlando diciendo: "¡Ponelo más fuerte!" o "¡No se escucha!".
Hugo Tomei solicitó la absolución de los rugbiers
"La verdad solo hay que nombrarla, porque la verdad sale sola. Los hechos alegados no coinciden con la imputación, no respetan el objeto de la requisitoria, por lo que voy a solicitar la absolución", exclamó Hugo Tomei haciendo formal el pedido de absolución de todos sus defendidos. Y argumentó: "Es una cuestión técnica y procesal. En caso de incorporar los argumentos de los acusadores, se estaría violando el principio de congruencia".
Por último, el abogado de los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa señaló que de tratarse de "un homicidio en agresión, conocido como riña", los rugbiers "con la pena que están cumpliendo, ya estarían todos en libertad". "Creo que esa es la sentencia adecuada que a mi criterio debe ser dictada", concluyó.
El día final: cinco condenados a prisión perpetua y 15 años para los tres restantes
El lunes 6 de febrero, los jueces María Claudia Castro, Christian Ariel Rabaia y Emiliano Javier Lazzari condenaron a los rugbiers por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli fueron considerados "autores primarios del homicidio doblemente agravado por premeditación y alevosía", por lo que recibieron la pena máxima que existe en nuestro país: prisión perpetua.
Como "partícipes secundarios", a Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi los condenaron a 15 años de prisión. El máximo tribunal rechazó a su vez el pedido de nulidad planteado por el abogado Hugo Tomei y solicitó la investigación de Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo, los rugbiers que fueron sobreseídos con anterioridad del caso, por haber brindado falso testimonio durante las audiencias.
A los pocos minutos de conocerse la sentencia, Máximo Thomsen se descompensó y debió ser asistido por los policías de la provincia de Buenos Aires presentes en la sala. La grabación en vivo fue cortada para que tanto los rugbiers como sus familias volvieran a mantener la compostura.