“Para seducirme, un hombre debe romper los esquemas” – GENTE Online
 

“Para seducirme, un hombre debe romper los esquemas”

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No empieces a preguntarme por mi vida privada ni por mi relación con Emma (Horvilleur)...

–¿Todavía no pasaron ni cinco segundos de grabación y ya me hacés esa advertencia?
–Bueno, voy a simplificar las preguntas y sus respuestas. No hay planes de casamiento. No vivimos juntos y si existe la posibilidad de hacerlo... (se acerca al grabador y habla como en secreto) no voy a decir nada. Estamos muy bien. Es como... (detiene el relato y lo retoma con tono enérgico) ¡¿De verdad a alguien le interesa esto?!

–Obvio. Si no, no te lo preguntaría.
–Uff...

–Es más: ¿quieren tener hijos?
–¡Paraaá! ¡Nooo, jaja! Estamos muy bien. Punto.

Calu Rivero (Carla según su DNI, 23, ariana y Conejo en el horóscopo chino) forma parte de ese grupo de actores, casi todos de la misma generación, que prefieren hablar de su trabajo antes que de su vida privada. Una tribu que, empero, suele poblar cuanto evento florezca, y a la que algunos le colgaron el cartelito de “cool”. Por eso vamos a cumplir su deseo... al menos por algunas líneas. Desde hace 135 capítulos, la actriz (que estudió con Norman Briski) interpreta a Lola Rivera en la novela Alguien que me quiera –por El Trece, con producción de Pol-ka–. Pero eso no es todo: también fue elegida por segunda vez para ser la cara publicitaria de la colección primavera-verano de 47 Street.

Hagamos memoria. Su ingreso en la televisión –apenas llegada de Recreo, provincia de Catamarca– fue de la mano del semillero que tiene Cris Morena, donde interpretó a Juliette en Casi Angeles. Después pasó a la competencia (Ideas del Sur), cuando formó parte del grupo de las “divinas” de Patito Feo como Ema Taylor. A medida que aumentaba su popularidad como actriz, también se conocían –muy a su pesar, claro– varios de sus asuntos del corazón.

Primero, durante algunos meses del 2007, estuvo en pareja con Emmanuel Horvilleur (34). El círculo, por ahora, se cerró con el mismo protagonista, que en noviembre del año pasado volvió a caer rendido a los encantos de esta enfant terrible de irresistible flequillo bolinga en Michelangelo, durante un evento de Absolut Vodka donde hubo arrumacos y besos de sobra. Aunque el más comentado de sus amoríos fue el que mantuvo durante un año y medio con Fernando de la Rúa (hijo) –Aíto, el menor de los descendientes del ex presidente–, relación que tuvo vida en medio de las idas y vueltas con el cantante de Mordisco. Ante este currículum sentimental, la morocha de Multitalent Agency responde que “el qué dirán de mi vida privada no me importa nada. Una cosa es mi intimidad y otra el trabajo”.

–¿Sos consciente de lo que transmitís con tu imagen y forma de vida?
–Sé que soy un producto y un ícono, porque muchas veces me lo hicieron notar. Las chicas me preguntan qué uso o qué cosas hago... Por un lado me divierte, porque propongo algo más que el común de los actores. Sé que la gente busca información y soy cuidadosa con lo que hago. Tengo una vida prolija, en todo sentido.

–¿Te sentís una mujer rebelde?
–No, para nada. Tengo un espíritu libre, pero no rebelde. Nací en un pueblo (N. de la R: es oriunda de Recreo, Catamarca). Soy una persona tranquila, que vive con la cabeza limpia. Mis padres me enseñaron a ser independiente. Esa fue una herramienta muy importante para mi desarrollo. La libertad que me inculcaron es coherente a la hora de ver las decisiones que tomo a diario.

–A pesar de tu edad, tenés un lenguaje adulto, algo poco común entre tus contemporáneos.
–Soy de prestarles mucha atención a los adultos. Mi hermana es socióloga, y una de las personas que más me controlan en el uso de las palabras. Cada vez que digo algo me corrige. Me gusta que me enseñe, porque yo absorbo todo lo que me rodea. Si en una reunión me ves callada, es porque estoy atenta a cada una de las cosas que se exponen. En el set de grabación me pasa lo mismo: escucho a los directores, a los camarógrafos... En fin, presto atención.

–¿Tenés amigas en el show-business?
–Me relaciono con más gente fuera del medio artístico. Ojo, que me llevo bien con todos los que trabajo. En los proyectos donde estuve nunca pasé por una mala experiencia. Siempre trato de tener la mejor. Si alguien tiene mala energía me bloqueo.

–¿Con los hombres cómo te relacionás?
–¡Ya empezaste! A ver... Me conecto con toda la gente de buena energía. Dejo que las cosas fluyan. Soy una mujer súper sociable y directa. Eso de andar con vueltas no me va. Para que un hombre me seduzca tiene que romper con los esquemas. Me gusta que sea espontáneo. Si surge o se le ocurre algo, quiero que lo haga. Al que duda lo descarto...

–¿Te gusta ver a Emmanuel en los conciertos o evitás el momento, para que no te ganen los celos de ver a sus fans a los gritos por él?
–Nooo... Me fascina que le expresen su amor. Algunas me deben odiar, pero por lo menos no me lo demuestran (ríe). Por lo general tienen buena predisposición conmigo. Cuando voy a verlo no lo invado. Igual, nunca me tocó una zafadita. Lo veo, disfruto de su trabajo y nada más. Lo que sigue a eso sé que es parte del show.

–¿La edad es un problema?
–Lo vivo como algo natural. No lo busqué. Además, siempre me relacioné con gente más grande. Una vez me dijeron que era una “no age”. Es decir, puedo hablar con personas de 5 a 70 años.

La actriz realizó fotos en Colonia para la colección primavera-verano de 47 Street. Una morocha sensual de 1,70 de altura y 85-62-90 de curvas.

La actriz realizó fotos en Colonia para la colección primavera-verano de 47 Street. Una morocha sensual de 1,70 de altura y 85-62-90 de curvas.

El cantante y la actriz de piernas larguísimas se conocieron en el 2007. Estuvieron algunos meses en pareja y luego se distanciaron. Recién en noviembre del 2009 volvieron a encontrarse. Donde hubo cenizas... brotó el fuego.

El cantante y la actriz de piernas larguísimas se conocieron en el 2007. Estuvieron algunos meses en pareja y luego se distanciaron. Recién en noviembre del 2009 volvieron a encontrarse. Donde hubo cenizas... brotó el fuego.

“Siempre me relacioné con personas más grandes. Una vez me dijeron que soy una ‘no age’. Es decir, puedo hablar con gente de 5 a 70 años”.

“Siempre me relacioné con personas más grandes. Una vez me dijeron que soy una ‘no age’. Es decir, puedo hablar con gente de 5 a 70 años”.

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